Como estudiante de comunicación, Karla Arroyo no sabía que el destino le tenía reservado un asiento en el backstage de la cultura y los espectáculos de Guadalajara La ahora empresaria se veía como locutora de radio antes que otra cosa.
Sin embargo, la vida la llevó por el camino de las relaciones públicas y ahora, desde su empresa, es una de las mujeres más buscadas al momento de desarrollar conciertos, festivales y asuntos gastronómicos.
“Yo estudié comunicación y ya en campo laboral empecé haciendo publicidad. Luego, a la par de la licenciatura, entré a practicar a Promomedios porque yo quería ser locutora, pero era malísima, así que gracias, no fui locutora. Sin embargo, en ese espacio me presentaron a un promotor que necesitaba a alguien para trabajar y me animé”, cuenta Karla.
Una vez que el sueño de estar detrás de los micrófonos se fue diluyendo, Arroyo se empeñó en desarrollar su carrera como relacionista pública, aprendiendo del día a día de la profesión.
“Todo esto se fue dando. No hay una carrera formal para hacer lo que hago, aunque sí hay licenciaturas en comunicación que pueden aportar algo. Sin embargo, en la vida real, fuera del aula, tienes que aprender conforme lo haces. Nosotros empezamos haciendo conciertos y hacíamos de todo, desde poner las sillas hasta recibir a los artistas”.
Y explica que se dio cuenta que su trabajo era importante desde detrás del escenario para que la cultura o los espectáculos que llegaban a la ciudad tuvieran éxito.
Karla Arroyo: la reinvención tras la pandemia es indispensable
Para Karla Arroyo ya no sólo se trata de llevar las relaciones públicas de un evento en particular. Se ha expandido de tal forma, que en su agencia se encarga de llevar la agenda de influencers, restaurantes, spas y festivales culturales.
Además de ser la coordinadora de Comunicación y Difusión del Teatro Diana, por sus manos han pasado éxitos como Calaverandia o Navidalia. Y tras el parón de eventos que significó la pandemia, para ella es momento de que la ciudad se reactive de una manera más ordenada.
“Debemos volvernos más selectivos en cuanto a los conciertos o eventos culturales, porque ahora parece hay una necesidad grande de tener espectáculos. Guadalajara es un lugar al que todos quieren venir, que consume mucha cultura. Entonces, ahora debemos conocer mejor las ofertas para tener una mejor experiencia”.
Y aunque la crisis sanitaria fue un bache para muchos, la agencia de Karla Arroyo encontró nuevos nichos de mercado y se reinventó.
“Precisamente por la pandemia, al no haber eventos de espectáculos o cultura, que son mis áreas principales, comenzamos a hacer cosas que nunca habíamos podido hacer por falta de tiempo. Nos enfocamos en generar experiencias con restaurantes y con un spa. Y ha sido muy satisfactorio poder mostrar a la ciudad estos lugares, estas experiencias. Tuvimos que reinventarnos y lo hemos hecho bien”.
La formalidad como requisito indispensable
Tras sus años de experiencia, Karla Arroyo sabe que adentrarse en el mundo de las relaciones públicas no es sencillo y requiere mucho trabajo, por lo que aconseja a quienes aspiran a dedicarse a ello a tener claros sus objetivos.
“Es un poco complicado encontrar gente que aguante el ritmo de este trabajo. Pero el consejo más importante es que no sean informales, que no se conviertan en fanáticos de la gente con la que les va a tocar trabajar. Aquí es muy importante el respeto y poner líneas claras. Y empezar de cero, no dar por hecho que al salir de la universidad tendrán un gran sueldo y se van a comer el mundo. Qué bueno que tengan esas ganas, pero también es importante saber dónde se está parado”.