Iliana Jayme González se ha convertido en un referente dentro del mundo de la consultoría de imagen, destacando tanto en el ámbito profesional como en su activismo por la aceptación corporal y la lucha contra la violencia estética.
Nacida en la Ciudad de México, ha vivido en varias ciudades debido al trabajo de su esposo, lo que la ha llevado a desarrollar una adaptabilidad extraordinaria y una perspectiva enriquecida sobre la vida en distintos contextos. Actualmente reside en Guadalajara, donde ha vivido durante los últimos siete años.
Aunque el trabajo de su esposo fue el motivo principal de su mudanza a la Perla Tapatía, Iliana Jayme ha encontrado en Guadalajara un lugar donde ha podido florecer personal y profesionalmente. En sus palabras: “las mudanzas no me gustan, pero las experiencias en las nuevas ciudades sí, son muy enriquecedoras”.
Su carrera comenzó de manera inesperada. Iliana es licenciada en Administración, pero fue durante su maternidad cuando descubrió el mundo de la consultoría de imagen.
Buscando una actividad que le permitiera equilibrar su vida familiar y su desarrollo profesional, comenzó su formación en este ámbito casi por casualidad, en una época en la que la consultoría de imagen era una disciplina poco conocida y con escasas opciones de estudio en México. Desde entonces, ha dedicado los últimos 18 años a perfeccionarse y a influir en la vida de innumerables personas.
Dedicada a la transformación
A lo largo de su carrera, Iliana ha trabajado con diversas empresas, tanto nacionales como internacionales, y ha ayudado a cientos de personas a proyectar una imagen que refleje su mejor versión.
La consultoría de imagen para ella se divide en tres pilares fundamentales: la imagen física, la etiqueta social y de mesa, y, lo más importante para ella en la actualidad, la aceptación y liberación corporal.
El primer pilar abarca la asesoría sobre la vestimenta, el color, las texturas y los estilos más adecuados para cada persona, dependiendo de su estilo de vida y profesión.
Ella ha trabajado tanto con mujeres como con hombres, siempre buscando que su imagen proyecte lo mejor de ellos, respetando su esencia y necesidades particulares. Esto va más allá de simplemente verse bien: “la imagen debe ser un medio de comunicación, de expresión”, afirma.
El segundo pilar, la etiqueta social y de mesa, es otra de sus especialidades. Considera que estas habilidades son herramientas esenciales en muchos ámbitos profesionales y sociales. Disfruta particularmente de compartir su conocimiento con personas que buscan destacar en ambientes corporativos o ejecutivos, enseñándoles cómo desenvolverse en situaciones formales con seguridad y gracia.
Sin embargo, su tercer pilar, el de la aceptación y liberación corporal, es donde ha puesto más énfasis en los últimos años. Esta faceta de su carrera surgió de su interés en temas de feminismo y su deseo de luchar contra la violencia estética y la gordofobia.
Se describe como activista en estos temas, y se enfoca en ayudar a las personas, especialmente a las mujeres, a liberarse de las expectativas irreales que la sociedad y los medios de comunicación imponen sobre el cuerpo.
La lucha contra los estereotipos
Uno de los mayores logros de Iliana es su lucha por cambiar la narrativa en torno a la imagen personal y corporal. Ella ha visto de primera mano cómo las mujeres, y en menor medida los hombres, están sometidos a una constante presión para cumplir con estándares de belleza inalcanzables.
“Estamos expuestas a una mayor presión, ya sea por las redes sociales, los medios o la sociedad. Nos necesitan perfectas, sin cansancio, sin quejas”, menciona.
Lo anterior la ha llevado a convertirse en pionera en México y Latinoamérica en la promoción de una consultoría de imagen no centrada en el peso, desafiando las ideas preconcebidas sobre cómo una persona “debe” verse.
Iliana trabaja constantemente para concienciar a sus clientes sobre la importancia de aceptar su cuerpo tal como es y elegir conscientemente qué aspectos de su imagen desean cambiar o mantener. Para ella, la consultoría de imagen debe ser una herramienta para empoderar a las personas, no para hacerlas sentir insuficientes.
“Hoy, la consultoría de imagen ha avanzado y se ha vuelto más holística. No se trata solo de cómo te ves por fuera, sino también de cómo te sientes por dentro”, comenta Iliana, quien considera que uno de los grandes retos de su profesión es desafiar el sistema que nos obliga a perseguir ideales de belleza irreales.
Desafíos y logros
Iliana ha enfrentado muchos desafíos a lo largo de su carrera, especialmente en el ámbito corporativo, donde las expectativas suelen ser más altas y las demandas más rigurosas. Sin embargo, uno de los mayores retos ha sido reevaluar su propio enfoque en la consultoría de imagen.
En sus primeros años, trabajaba con un enfoque más tradicional, centrado en el peso y en las “normas” de belleza establecidas. Con el tiempo, su perspectiva ha evolucionado, y hoy se enfoca en la aceptación y la liberación del cuerpo, un cambio que ha abrazado con humildad y compasión.
“Es mirar con compasión mis años previos, cuando hablaba de que a lo mejor si bajabas unos kilitos te verías mejor. No lo hacía con la intención de lastimar, pero hoy veo esa parte y sé que puedo hacerlo mejor”, reflexiona.
Afortunadamente, muchas de sus clientas la han apoyado en esta transformación, agradeciendo su enfoque más humano e inclusivo.
Un futuro de oportunidades
Para Iliana, el futuro de la consultoría de imagen está en continuar desafiando los paradigmas establecidos. Reconoce que su lucha contra la cultura de las dietas y el culto al cuerpo perfecto puede parecer una tarea titánica, pero está convencida de que es un camino necesario para las futuras generaciones.
“Quiero ayudar a romper esos paradigmas, esas ideas que están tan arraigadas en nuestra sociedad”, afirma con determinación.
Iliana también ha encontrado satisfacción en ser una mentora para las nuevas generaciones de consultores de imagen. Su consejo para quienes quieren seguir este camino es claro: “esta es una carrera para servir a las personas. No se trata de moda o ropa, sino de entender la esencia de las personas y ayudarlas a proyectar su mejor versión”.
Con una carrera que abarca más de 18 años, Iliana Jayme ha demostrado que la consultoría de imagen va mucho más allá de la apariencia externa.
Para ella, la verdadera belleza radica en el equilibrio entre cómo nos vemos y cómo nos sentimos, y su misión es ayudar a las personas a encontrar ese equilibrio y a liberarse de las expectativas ajenas, empoderándolas a través de su propia imagen.
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