Héctor Díaz, emprendedor y marchante de arte radicado en Zapopan, vive en una búsqueda constante de grandes talentos para exponerlos en su galería. Estudió negocios en el IPADE, lo cual lo ayudó a transformar su pasión por el arte en un verdadero negocio.
“Creo que hay que tratar a una galería como una empresa. Dejar de lado el romanticismo y verlo como el negocio que es” comenta Héctor.
Héctor ha ganado notoriedad en la industria internacional por integrar extraordinarios artistas de todo el mundo, complaciendo los gustos de nuevos y maduros coleccionistas.
¿Cuál es la diferencia entre una galería y una tienda de arte?
La gran diferencia entre galería y tienda es que las tiendas son estáticas, es como si en mi galería yo metiera cien obras de distintos artistas a distintos precios, para venderlas y luego reemplazarlas.
Pero no, una galería es dinámica. Para que realmente te consideres una galería tienes que tener tres cosas: representar artistas (no sólo colaborar con ellos), es decir, abrirle mercado en el país y a niveles internacionales, meterlo con medios, etc. Lo segundo, es tener un espacio físico y tercero, tener un programa de exposiciones.
Toda galería debe tener siempre tres cosas en su programa: la exposición que tienes ahorita, la que fue y la que viene.
¿De dónde nace esa inquietud para poner tu propia galería?
Anteriormente yo trabajaba como biógrafo y documentalista, pero en Jalisco no era el lugar adecuado para hacerlo.
Sin embargo, me di cuenta que en el mundo del arte, un artista no solamente vende su obra, sino también vende su historia. Entonces, cuando entendí eso, fue muy fácil para mí dar el paso a este mundo.
Mi vocación está muy enfocada en la trascendencia de los artistas más que en la venta de las piezas, El vender cuadros, cualquiera, pero ayudarle un artista que trascienda es eso es otra cosa, por eso decidí poner mi propia galería.
¿Cuáles son los retos más grandes a los que te has enfrentado en estos años?
Como en todo hay cosas buenas y malas, pero el principal reto ha sido la credibilidad. Hay gente que piensa que el precio se lo pone el mercado, pero no es cierto, son las mejores casas de subastas del mundo.
Entonces para mí lo más importante ha sido tener credibilidad como galerista y como galería porque yo represento a los artistas y sus obras y quiero que le den el valor justo.
¿Cuál es la parte que te apasiona de tu trabajo?
Lo que más me apasiona es tener la oportunidad de trascender, hay pocas industrias en las que se trasciende a través de lo que se hace y una de ellas es el arte. Entonces es algo muy satisfactorio que todo lo que se hace día a día, o cuando se acomoda una obra, no sabes hasta dónde va a llegar y eso está increíble.
¿Cuáles son los planes a corto y mediano plazo?
Estamos enfocándonos en tres áreas, primero, en nuestro famoso programa de exposiciones, queremos convertirnos en uno de los mejores espacios privados culturales del occidente del país.
Después estamos teniendo mucha presencia en subastas, tanto nacionales, en Latinoamérica e internacionales. Esto nos permite presentar a nuestros artistas en otros mercados. Y por último ya vamos a ferias de arte.
¿Qué consejo le darías a esas personas que quieren dedicarse al arte pero no se atreven?
Para los artistas es muy importante que tengan una galería que los represente. Es importante hacer equipo, si eres un escritor, necesitas una casa editorial, si eres un cantante, necesitas una disquera. Entonces recomendaría que aprendan a hacer equipo con las galerías y dos, que no trabajen pieza por pieza. Se tienen que hacer colecciones para que realmente se de a conocer su trabajo.
“Cree firmemente en que colecciones espectaculares y exposiciones encantadoras son la forma de enamorar al público”
Y bueno, hay muchísima gente que vive del arte, más que un sueño, yo creo que es uno de los trabajos más seguros de hoy en día si realmente te dedicas a esto.
Además, es una industria donde hay magia en todos los sentidos, no podría describirlo con palabras.