El mercado inmobiliario mexicano cerró 2025 con señales claras de madurez: menos operaciones especulativas, precios al alza y una demanda que se mantiene activa en las ciudades con mejores fundamentos urbanos, de acuerdo con Realty One Baja & Pacific. En ese escenario, la ciudad de Guadalajara (capital del estado de Jalisco) destaca como uno de los mercados más sólidos del país, impulsado por conectividad, crecimiento empresarial y una transformación urbana que comienza a reflejarse en el valor de sus desarrollos.
Aunque el ritmo de ventas fue moderado a nivel nacional, el sector sostuvo su dinamismo gracias a la escasez de inventario bien ubicado, lo que mantuvo presionados los precios y consolidó la plusvalía como el principal motor del crecimiento inmobiliario.
Un mercado más selectivo y con visión de largo plazo
Durante 2025, el valor total de las transacciones residenciales en México se movió en niveles históricos (27 y 28 mil millones de dólares, equivalentes a cerca de 500 mil millones de pesos), con una fuerte presencia de vivienda usada (63% de las operaciones) y un entorno de tasas de interés que obligó a compradores e inversionistas a ser más estratégicos. Este contexto marcó el inicio de una nueva etapa: un mercado más racional, profesional y enfocado en el valor real del activo, según el análisis de la firma Realty One Baja & Pacific.
De cara a 2026, el crecimiento ya no vendrá tanto del volumen, sino de la calidad del producto inmobiliario. Ubicación, conectividad, diseño y eficiencia se posicionan como los factores que definirán qué proyectos se valorizan y cuáles quedan rezagados.
Guadalajara: Conectividad, verticalización y plusvalía sostenida
En el caso de Guadalajara, 2025 fue un año de estabilidad y consolidación. La ciudad mantuvo un nivel constante de operaciones, acompañado de una plusvalía promedio cercana al 8.5%, reflejo de un mercado sano y bien estructurado.
Para 2026, las proyecciones apuntan a un ligero repunte en el número de viviendas comercializadas (cercano a los 40 mil), así como a un mayor volumen de inversión, impulsado por desarrollos verticales, proyectos de usos mixtos y una creciente demanda de renta.
Uno de los factores clave ha sido la inversión en movilidad y conectividad, que está redefiniendo el mapa inmobiliario del Área Metropolitana. La expansión del Tren Ligero, los proyectos de conexión con el aeropuerto y la regeneración de zonas consolidadas han detonado nuevos polos de desarrollo, atrayendo capital y acelerando la absorción de inventario.
A esto se suma la fortaleza de Guadalajara como hub tecnológico y corporativo, lo que sostiene la demanda de vivienda media y media-alta, así como de espacios para renta de largo y corto plazo.
Monterrey: El otro gran referente nacional
Aunque Guadalajara mantiene un desempeño destacado, Monterrey continúa encabezando el mercado inmobiliario a nivel nacional. Nuevo León concentra una parte relevante de la producción de vivienda del país y cerró 2025 con una plusvalía cercana al 10%, impulsada por infraestructura, nearshoring y grandes proyectos de movilidad.
Para 2026, se espera que Monterrey mantenga crecimientos de precios cercanos al 9%, con zonas que podrían superar ese promedio, especialmente aquellas vinculadas a corredores industriales, transporte masivo y proyectos asociados al Mundial de Futbol 2026.
La diferencia clave es que, a diferencia de ciclos anteriores, el crecimiento en Monterrey será más estructural y menos especulativo, basado en infraestructura, logística y demanda real de largo plazo.
Tendencias que marcarán el mercado en 2026
El análisis de Realty One Baja & Pacific en el sector anticipa un año de consolidación, con tendencias claras:
- Vivienda más compacta y eficiente en zonas bien conectadas.
- Mayor crecimiento del mercado de renta y desarrollos multifamiliares.
- Proyectos de usos mixtos vinculados a inversión pública en movilidad.
- Sostenibilidad como un nuevo criterio de valor inmobiliario.
- Nearshoring como motor estructural, especialmente en ciudades con perfil industrial y logístico.
El panorama para 2026 confirma que el mercado inmobiliario mexicano entra en una etapa de mayor eficiencia. Guadalajara y Monterrey se mantienen como referentes, cada una con fortalezas distintas, pero con un denominador común: la escasez de oferta bien ubicada seguirá presionando los precios al alza.
Para inversionistas y desarrolladores, el mensaje es claro: el valor ya no está en la velocidad, sino en la visión de largo plazo.

