Los libros de texto gratuito impulsados por la Secretaría de Educación Pública a nivel federal, han generado discusiones sobre cómo se abordan diversas temáticas, asignaturas y sucesos en México.
En recientes días, Coparmex compartió su posicionamiento ante la mención que diversos empresarios tienen en los libros.
La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) señaló que al ser mencionados los empresarios Fernando Aranguren Castiello, ex presidente de Coparmex Jalisco, así como el empresario regiomontano Eugenio Garza Sada, y ahondar en la forma en cómo fueron privados de la vida, “los libros de texto modifican la historia y matizan hechos violentos que deberían ser tomados con seriedad”.
“No se pueden permitir los ataques al sector empresarial, recordemos que es desde la empresa en donde se genera empleo, desarrollo social y económico que se traduce en mejores condiciones de vida para todas y todos. Es necesario buscar la unión en nuestro país, no deformando la historia, sino aprendiendo de ella”.
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¿Quién fue Eugenio Garza Sada?
Eugenio Garza Sada, reconocido empresario, hombre de negocios y filántropo mexicano, deja un legado y un impacto duraderos en el desarrollo industrial y cultural del país. Nacido el 22 de enero de 1892 en Monterrey, México, procedía de una familia prominente asociada a la fundación y el crecimiento de uno de los mayores conglomerados industriales de México, el Grupo Alfa.
Un líder visionario
La trayectoria empresarial de Eugenio Garza Sada comenzó con la Cervecería Cuauhtémoc, propiedad de su padre, que más tarde se fusionó con otras empresas para formar el Grupo Modelo. Conocido por su pensamiento visionario y sus dotes de liderazgo, Eugenio desempeñó un papel fundamental en la transformación de la empresa familiar en un conglomerado diversificado. Bajo su dirección, el Grupo Alfa amplió sus intereses más allá de la producción de cerveza, aventurándose en diversas industrias como la automovilística, siderúrgica, petroquímica y de telecomunicaciones, entre otras.
La perspicacia estratégica y el intelecto empresarial de Garza Sada condujeron al establecimiento de un conglomerado de éxito que se convirtió en una de las fuerzas motrices del crecimiento industrial de México. Su espíritu emprendedor y su determinación contribuyeron significativamente a la economía del país, generando oportunidades de empleo y fomentando la innovación.
Filántropo y generoso
Aunque los logros empresariales de Eugenio Garza Sada fueron impresionantes, sus actividades filantrópicas fueron igualmente dignas de mención. Creía firmemente en retribuir a la sociedad y adoptó la responsabilidad social corporativa como un valor fundamental del Grupo Alfa. Reconociendo la importancia de la educación y su papel en el desarrollo de una nación próspera, dedicó incansablemente sus esfuerzos a promover instituciones e iniciativas educativas en todo México.
La participación filantrópica más destacada de Garza Sada fue la fundación del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) en 1943. Concibió esta institución como un catalizador para el desarrollo de México, proporcionando educación técnica y científica de primer nivel para formar a los futuros líderes e innovadores del país. En la actualidad, el ITESM es una prestigiosa universidad, aclamada por su excelencia académica y su compromiso con el progreso de la sociedad.
La influencia filantrópica de Eugenio Garza Sada fue más allá de la educación. Apoyó activamente diversas iniciativas y proyectos culturales, contribuyendo al avance del panorama artístico y literario de México. Su apoyo a las artes tenía como objetivo enriquecer el patrimonio cultural del país y fomentar la creatividad y el talento.
Un final trágico, un legado perdurable
Lamentablemente, la inspiradora trayectoria y los esfuerzos filantrópicos de Eugenio Garza Sada se vieron abruptamente truncados. El 17 de septiembre de 1973 fue secuestrado por un grupo radical de izquierda conocido como Liga Comunista 23 de Septiembre. A pesar de que su familia accedió a las exigencias de los secuestradores, Garza Sada fue trágicamente asesinado durante un intento de rescate por parte de las autoridades.
Aunque le arrebataron la vida injustamente, el legado de Eugenio Garza Sada sigue prosperando a través del Grupo Alfa y de las instituciones que creó. Sus valores de espíritu emprendedor, liderazgo y filantropía sirven de inspiración duradera para muchos mexicanos.
Eugenio Garza Sada, el renombrado empresario, filántropo y visionario mexicano, hizo importantes contribuciones al desarrollo industrial y cultural de México. A través de su liderazgo del Grupo Alfa y del establecimiento de instituciones como el ITESM, creó un impacto duradero en la economía y el sector educativo de la nación. Puede que su vida haya sido trágicamente truncada, pero su legado sigue vivo, inspirando a las generaciones venideras.
Fernando Aranguren y su impacto en Jalisco
Fernando Aranguren (30 de mayo 1936 – 16 de octubre 1973) brilló como un talento empresarial juvenil en Jalisco. Con 31 años de edad, llevó el timón de Coparmex Jalisco marcando una dirección que abogó por el crecimiento empresarial del Estado y atracción de proyectos.
Aranguren resaltó por su gran capacidad de crear redes de trabajo y hermanamiento empresarial. Su fortaleza quedó evidenciada al establecer grandes lazos con los más destacados líderes empresariales del país, como Dionisio Garza, presidente de grupo Alfa de Monterrey, y Lorenzo Servitje, dueño de Marinela y Bimbo y Marinela, en Ciudad de México. Con esta red de contactos y aliados, el jalisciense impulsó la Unión Social de Empresarios Mexicanos (USEM).
Durante un año, fue presidente de Centro Empresarial de Jalisco (Coparmex Jalisco) apostando por empujar a una nueva generación juvenil de empresarios visualizando en Jalisco y México una transformación de innovación.
Parte de su legado en su natal Guadalajara se observa hasta en uno de los inmuebles empresariales más icónicos de la ciudad. Pues al ser originario de la colonia Lafayette, en la zona de Chapultepec y la calle López Cotilla, la que fue su casa paterna, recuerda en sus crónicas el periódico El Informador, hoy da espacio a diversos complejos comerciales y la sede de Coparmex Jalisco.
Fernando Aranguren, mientras iba camino a su casa, el 10 de octubre de 1973, fue secuestrado por la Liga Comunista 23 de septiembre. Tenía 37 años de edad. Su cuerpo fue encontrado días después con signos de violencia, tras ser asesinado el 16 de octubre. Su muerte marcó luto e indignación en el empresariado y sociedad tapatía.