Hiram Torres: El fabricante de sueños con su marca Onix

Hiram Torres, CEO de Onix, creó un mundo mágico y un fenómeno cultural al ser la primera marca aspiracional para las niñas mexicanas. Hoy es un referente en un nicho cada vez más potente

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Emprendedor autodidacta, convirtió a la marca de lifestyle para niñas en un fenómeno y en la primera con rasgos aspiracionales. Llegó a operar 125 tiendas y hoy compite contra gigantes del retail, al tiempo de crear alianzas poderosas con íconos, como Roblox.

El camino al éxito no siempre se traza en las aulas, sino en la urgencia y el talento. Hiram Torres, figura reconocida en la industria del diseño y el emprendimiento en Guadalajara, personifica esta máxima. Su trayectoria se define por una persistencia innata, un ojo clínico para la estética y una formación autodidacta cimentada en la pasión y el trabajo duro. De la trinchera de una fábrica de zapatos a liderar proyectos innovadores, Torres siempre ha mantenido una filosofía innegociable: el compromiso con la creación de valor y la diferenciación, llevando la visión de una marca local a competir con franquicias globales.

Su historia, más que un relato de novela, es la crónica de una necesidad que despertó el diseño y la urgencia de forjar un futuro propio. Desde joven, la moda, el arte, el dibujo y el diseño gráfico le atrajeron. Su incursión en el mundo laboral tuvo un origen apremiante: la pérdida de su madre a los 17 años y la educación de “vieja escuela” de su padre, quien definió una regla simple: “Yo ya cumplí dándoles el colegio y, de ahora en adelante, ya se rascan ustedes con sus propias uñas”.

Esta situación lo obligó a tomar decisiones radicales. El joven Torres, un adolescente que de pronto se encontró “con una vida de adulto”, tomó la decisión de independizarse. “Denme la oportunidad de demostrarles que puedo vivir solito”, solicitó. Decidió trabajar de lleno y costear su propia educación nocturna, iniciando su carrera en la base de la industria del calzado de su hermano, Arturo. Este punto de partida afianzó su visión empresarial, basada en conocer el negocio desde sus cimientos.

EL ORIGEN DEL EMPRESARIO

Se integró a las fábricas de su hermano, donde se dedicó a Zapaterías Minelli, una marca de calzado de referencia. Hiram inició en la base: “Me llevaban de las greñas”, recuerda, entendiendo el valor de la disciplina. La fábrica se convirtió en su verdadero campo de estudio: “yo sabía hacer un zapato”. Torres conoció cada etapa del proceso, desde “diseñarlo y dibujarlo a mano en una horma y en un papel” hasta el corte, el pespunte, el montaje y el pegado. Su tenacidad lo llevó rápidamente a escalar posiciones, pasando de obrero a convertirse en el jefe de “todo lo que es la fabricación y desarrollo de producto” de su hermano. Él mismo describe cómo llegó ahí: “Me fui metiendo, metiendo, metiendo, metiendo como la humedad”.

ROMPER TRADICIONES

Bajo su liderazgo, la producción escaló de pequeños talleres a una fábrica mecanizada con tecnología avanzada, llegando a producir hasta “2 mil 500 pares diarios de mujer, hombre y niño”. La visión de Torres trascendió la manufactura. Se dedicó a estudiar el mercado y las tendencias, viajando constantemente a Nueva York y Europa. Su cámara, cargada con rollos fotográficos, capturaba no solo el calzado, sino la experiencia completa de compra en las grandes capitales. Esta exploración lo llevó a proponer un concepto de venta disruptivo en México, donde las zapaterías tenían el calzado “tirado por todos lados” y la gente no podía tocar la mercancía. Hiram impulsó la creación de la primera zapatería Minelli con el concepto de self-service. “Nosotros abrimos la primera zapatería Minelli de ese estilo”, enfatiza, un modelo innovador en México que fue un “exitazo”, pues como cliente por fin “ya tocabas, lo veías, sentías la piel, todo era muy diferente”.

Más tarde, su pasión por lo radical y la moda urbana impulsó la creación de Extremo M (Extremo de Minelli). “Vamos haciendo algo que sea totalmente lo extremo de Minelli”, propuso a su hermano. La primera Extremo M simuló “una covacha de Nueva York… todo lastimado, oxidado”, con DJ en vivo, música electrónica y uniformes atrevidos. A pesar de la inicial desaprobación de su hermano, el concepto fue un “pinche éxito”. Sin embargo, la falta de sociedad en ese proyecto específico lo llevó a la decisión de independizarse y crear su propio camino.

ROMPER EL PARADIGMA

Tras la independencia, Torres fundó su propia fábrica de calzado, Ixsos, enfocándose en la maquila y las ventas directas. Pero el verdadero foco de su carrera se estableció con la marca que creó junto con su ex mujer, Irma. Propusieron un concepto de bisutería y regalos que Torres, tomando referentes de tiendas teenagers en Italia y la cadena Claire’s, bautizó como Onix.

El concepto evolucionó rápidamente de bisutería a una tienda de lifestyle completa. El objetivo era claro: incrementar el “ticket promedio” vendiendo desde joyería hasta audífonos y cosméticos, posicionando la tienda como un destino para todo lo que una niña pudiera desear. Para el diseño de la primera tienda, en Plaza México, Torres se rodeó de diseñadores industriales, creando un espacio espectacular. La inauguración fue un éxito desbordante: “eran colas y colas y colas y colas de niñas y mamás entrando a la tienda”. La experiencia sensorial, con el aromarketing que olía a chicle y el uso de “canastitas” para impulsar la venta, creó un fenómeno de culto.

La marca logró una conexión emocional profunda con su público. “(En) Onix siempre el tema era best friends”, explica Torres, pues entendió que la máxima prioridad de las niñas es la amistad y el estatus. Este enfoque le valió un reconocimiento clave: ser nombrada “la primera marca aspiracional de las niñas mexicanas”. El modelo de mercadotecnia incluía estrategias audaces, como las “ventas especiales para mamás”.

En 25 años, Onix abrió “125 tiendas” entre propias y franquicias. Torres, un hombre “obsesivo y compulsivo del orden”, decidió finalmente absorber las franquicias que no mantenían los estándares operacionales que exigía para proteger la imagen de su marca.

Onix se convirtió en la primera marca aspiracional de las niñas mexicanas”

Hiram Torres

MODELO PARA ARMAR

La crisis de la pandemia afectó duramente a las tiendas físicas. Torres se vio obligado a cerrar los puntos menos rentables debido a la imposición de los centros comerciales de pagar rentas completas. Esta “disrupción en el sistema” impulsó un cambio total en el modelo de negocio.

Su socio más importante en licencias es Ruz, un gigante que fabrica mochilas y productos licenciados para tiendas de autoservicio y departamentales. Torres conoció al dueño de Ruz, Arieh Ruzansky, en la Expo Licensing de Las Vegas, logrando una asociación estratégica. La marca Onix lleva 10 años ininterrumpidos en el back to school de las grandes tiendas como Costco y Sam’s, compitiendo a la par de licencias mundiales como Disney y Hello Kitty.

El empresario reconoce que su trabajo es ahora un “tema de mera creatividad”. Su rol se centra en diseñar colecciones con hasta un año y medio de anticipación y cobrar regalías. “Yo estoy muy cómodo porque yo ahorita me dedico a diseñar, que es lo que me gusta y la gente me paga una regalía por ello”, afirma. Este modelo le permite mantener la esencia creativa sin el desgaste operativo de las tiendas.

LA ERA DIGITAL

Actualmente, Onix tiene más de 27 licencias activas, que cubren desde pijamas y ropa hasta colecciones de cuidado personal y colaboraciones estratégicas con marcas como Cloé y Zoé Water. El futuro de la marca se enfoca en la narrativa y el mundo digital, buscando conectar con la nueva generación de consumidoras.

Recientemente, lanzó su primer videojuego en la plataforma Roblox, que ha sido un “exitazo” y donde las niñas interactúan con la marca en el mundo virtual. Además, la empresa ya trabaja en una caricatura, con planes de lanzar los primeros 10 capítulos en YouTube el año que entra.

Torres define su negocio con una frase que encapsula la aspiración y el deseo de su público: Onix da “todo lo que necesitan y no necesitan las niñas para sobrevivir”.

Hiram Torres, con su propia historia de crecimiento, demuestra que, con pasión y estrategia, “claro que podemos competir con cualquiera, en todos lados”. Actualmente, con la plataforma de Onix consolidada, continúa explorando nuevos proyectos empresariales, manteniendo siempre la creatividad y la innovación como el centro de su visión.

A veces se nos olvida que somos capaces y a los mexicanos nos gusta ser muy, muy cómodos…y no, podemos nosotros hacer cosas espectaculares”.

Hiram Torres
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