El dentista de los famosos es Raúl Pérez. No solo porque a su consultorio acuden mediáticas figuras públicas de las redes sociales y la música para una limpieza rutinaria. También son invitados especiales del podcast que este tapatío ha impulsado para mostrar el otro lado de la odontología.
Con más de 149 mil seguidores en redes sociales, Raúl Pérez ha expuesto su trabajo de una manera creativa. Cercano a la generación milennial, este dentista también da catedra de cómo hacer de la odontología un negocio de crecimiento potencial.
Con sus clínicas dentales ubicadas en Huentitán El Bajo y en el Hospital Puerta de Hierro, en Andares, Raúl Pérez, el dentista de los famosos, especializado como prostodoncista, nos comparte cómo ha sido su camino en la odontología, como empresario y como creador de contenido con su canal “Dr. Raúl Pérez”.
“Complementé muy bien mi carrera con las redes sociales y supe aprovechar la oportunidad que tenía para hacerme amigo de muchos famosos”.
El dentista en Guadalajara que marca tendencia
Tanto en Instagram, YouTube y TikTok, Raúl Pérez comparte consejos para mejorar la higiene y salud dental. Aunque se confiesa que era una persona muy cohibida, hoy en su consultorio tanto brinda un tratamiento dental para diseñar una sonrisa o entrevista a personalidades como Peso Pluma, Maya Nazor o Chitin Venegas, por ejemplo.
“Me considero una persona totalmente sincera con todo lo que hago y digo, apasionada totalmente por la estética dental”, dice Raúl Pérez al recordar cómo una inesperada interacción con el influencer “Dominguero”, abrió una puerta en su trayectoria para explorar a la odontología desde las redes sociales.
“En un en vivo dijo que sus encías sangraban mucho y fue al consultorio. Se hizo una cadenita, él me recomendó con otros influencers y ellos con cantantes del regional mexicano. Se hizo una clientela grande de personas famosas. Pensé en cómo aprovechar esto y empecé con un podcast en YouTube”.
Legado familiar
Si bien Raúl Pérez ha impulsado una carrera exitosa por cuenta propia, recuerda que este gusto por la odontología viene de cuna, pues tanto su abuelo y su padre fueron dentistas. Con una infancia desde el consultorio, no dudó en seguir el mismo camino sin imaginar los retos que la vida le pondría.
“Desde bien chiquito me iba al negocio. Creo que todos los hijos vemos a nuestros papás como superhéroes, ellos eran mis figuras. Crecí con esa idea de querer ser como ellos. Creo que aún hay muchos tabús en la odontología. Como muchos, yo le batallé para entrar a esta carrera, porque sí es de las más competidas con la medicina”.
Aunque inicialmente Raúl tuvo la posibilidad de estar en una universidad de paga, ante una crisis económica, se arropó en la Universidad de Guadalajara para dar continuidad al legado familiar.
“El tabú de que los dentistas somos muy malos y hacemos cosas dolorosas, poco a poco se ha quitado. Anteriormente ibas por necesidad, por si algo te dolía, hoy hay más prevención, quieres que tus dientes se van bonitos, eso ha hecho un hábito entre mucha gente”.
“No vendan en redes sociales, más bien regalen consejos de su propio trabajo, de su producto, eso les dará la venta en un futuro”.
Raúl Pérez, el dentista de los artistas.
De la pasión dental al negocio
Más allá de cómo Raúl se ha posicionado en las redes sociales, refiere que emprender su propio negocio no ha sido una tarea sencilla. Aunque comenzó en el consultorio de su papá, al empezar a tener sus propios pacientes, decidió aventurarse a la independencia y capacitarse en conocimientos que fueron clave para debutar como empresario.
“Creo que en ninguna carrera de medicina nos enseñan a ser empresarios, sobre números o cómo generar dinero. Tuve que tomar cursos de marketing, fotografía y administración, y eso me enseñó a que tengo que delegar muchas cosas, que no puedo hacer todo yo”.
Raúl memora que con su primer consultorio, solo eran él y otro colega, y a la fecha con sus dos clínicas conforma un equipo de trabajo de 20 colaboradores para atender la cargada agenda que le implica hasta jornadas de 12 horas de labor al día.
“Las redes sociales me abrieron las puertas para hacer emprendimiento. Muchas veces se creía un consultorio solo era el dentista y alguien de recepción, pero hoy en día hay un sinfín de cosas que puede hacer un dentista”.
Perder el miedo a la cámara
Con los planes de expandir su consultorio en Andares, Raúl reflexiona sobre cómo la figura y el potencial de conocimiento de los dentistas tienen un nicho de oportunidad altamente potencial en las redes sociales.
“Yo no podía agarrar el celular y hablar, me daba mucha pena. Fui practicando y perdiendo ese miedo, aguantando críticas, porque muchos colegas pensaban: ‘¿este loco qué está haciendo?’, me decían que no fuera ridículo, que me pusiera a trabajar. Sabía que algo iba a funcionar. Tomé cursos en redes sociales, desde cómo grabar y editar. Me fui capacitando para abrirme más puertas”.