Para Karina García no hay imposibles. La ingeniera, formada en Ciudad Guzmán, ha impulsado la profesión desde cada trinchera en la que se ha desarrollado. Ahora, como director of engineering en Wizeline promueve proyectos para que la empresa tenga un crecimiento sólido y su equipo se sienta respaldado.
El primer reto superado, visto en retrospectiva, fue graduarse en un entorno donde había 35 mujeres, de las cuales sólo 10 terminaron la carrera; ella es la única que ejerce su profesión. La directora cuenta que, si bien su carrera la cursó en el sur de Jalisco, sus objetivos siempre estuvieron enfocados en desarrollarse en donde estuviera la industria, ya fuera en la Zona Metropolitana de Guadalajara o en alguna ciudad que fuera un polo tecnológico
“En mi casa mis papás siempre tuvieron una visión más amplia, la meta fue que nos desarrolláramos donde estuvieran las empresas más grandes. Para mí no fue extraño estar viendo compañías en Guadalajara desde antes de concluir la ingeniería, como IBM, Intel o HP relevante HP; para mí ya era como un ‘mindset’ establecido que iba a venir aquí a desarrollarme”.
Comenzó su trayecto profesional en una empresa pequeña dedicada a la consultoría en sistemas de desarrollo. Karina explica que uno de los primeros obstáculos que enfrentó fue el manejo del inglés. Sus capacidades profesionales no estaban en duda, pero no se sentía tan fuerte en su comunicación.
“El manejo del idioma es súper importante en nuestra rama, no sólo la ingeniería sino la comunicación y el liderazgo en inglés. Nunca fui mala, pero sentía que si quería seguir avanzando era necesario seguir avanzando en esa área. Y no quería estar en clases a las 7:00 de la mañana, para luego trabajar y luego ir al gimnasio y dormir. No me veía con ese estilo de vida, así que decidí irme a Estados Unidos a estudiar específicamente comunicación en inglés. Estuve un año allá, regreso y es cuando empiezo a buscar nuevas oportunidades en otras empresas que fueran internacionales”.
“Aprendo también todos los días de las mujeres que hay en Wizeline, de lo que están viviendo y cómo lo manejan. Eso a mí me nutre, me ayuda y me empuja a seguir a seguir adelante”
Wizeline la atrapa
Su llegada a Wizeline se da casi de manera fortuita. Su esposo trabajaba en la compañía y la impulsó para sumarse al equipo de trabajo luego de que se abrieran vacantes de management.
“Trabajaba en otra compañía y estaba muy bien, creciendo y teniendo buen impacto. Mi esposo me dijo que debería de aplicar porque Wizeline es una empresa única y no se abren esas oportunidades siempre. Lo pensé mucho porque estaba encantada con mi trabajo de entonces. Pero me llevó a la compañía y vi la energía de la gente, la cultura y lo que hacían, por lo que decidí aplicar y me aceptaron”.
Con cinco años ya en la empresa, Karina tuvo que manejar a su equipo de la mejor manera una vez que la crisis de salud tomó por sorpresa a todo el mundo. Explotó al 100 sus capacidades y recursos para que los cambios en las formas de trabajo no impactaran entre sus compañeros.
“Antes de la pandemia hice una micromaestría en Liderazgo en la era digital en la Universidad de Boston y fue mucho sobre cómo liderar un equipo remoto, cómo crear y formar equipos de alto rendimiento de manera presencial, mixta o remota. Entonces, para mí al entrar a este modo remoto no fue tan extraño, pero como compañía y como organización sí fue un choque. Lo que sí te puedo decir es de que teníamos planes que tuvimos que pausar unos meses para pensar, revalidar y revaluar cómo íbamos a continuar con esos planes”.
Ahora, ya con una sociedad adaptada al trabajo a distancia y con nuevas herramientas, la directora cuenta que esto es el futuro. “Tenemos que pensar en cómo vamos a continuar con esta dualidad entre remoto y presencial. También nos ha hecho más sensibles en cómo nos comunicarnos cuando estamos con un equipo mixto. Pero es increíble volver a la oficina porque es más fácil interactuar, más fácil conectar, y en mi caso para crear una organización que sea autónoma, que sea high performance, la base es la confianza. Entonces, cuando estás remoto es más difícil crear ese ese nivel de confianza, no imposible, pero toma más tiempo”.
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Ser modelo de inspiración
Karina García sabe que es un espejo en el que muchas mujeres e ingenieras quieren reflejarse. Y no se arredra ni se intimida ante eso porque impulsa a que otras puedan aprender de su trayectoria.
“Si bien es mucha responsabilidad definitivamente, me encanta apoyar a otras mujeres a crecer, a dar un paso más adelante, contar de lo que yo viví y no sentir que no hay quien te apoye. Porque había mujeres representando, pero no era tampoco como que te ayudaran. Yo quiero ser ese ‘sponsor’ para que sigan creciendo, quiero hacer ese cambio en donde realmente tengamos un programa dentro de Wizeline en donde se sientan que estamos cerca, que no estamos lejos y que podemos apoyarnos”.