Hay algo que Aldara Alonso Noriega no quiere escuchar en su vida: que el cáncer es una enfermedad mortal, para ella, en su calidad de presidenta de Cruz Rosa Guadalajara, el cáncer es curable, y ese es el mensaje que brinda a las pacientes que día con día llegan a este albergue de Guadalajara.
Ubicado en Manuel Acuña 2436, colonia Ladrón de Guevara, Cruz Rosa lleva 10 años apoyando a mujeres con cáncer que requieren un lugar para descansar de sus terapias, es decir, de quimioterapias y radioterapias.
Ante la potencia que este tipo de medicamentos tienen en el cuerpo de las pacientes, Cruz Rosa Guadalajara se convierte en un aliado para que evolucionen favorablemente.
Esto, por medio de dormitorios disponibles, alimentación, apoyo psicológico, yoga y otras actividades recreativas, como juegos de mesa, costura, etcétera. Es tan importante este apoyo, que la estadística de recuperación en Cruz Rosa es bastante alta.
“Tenemos una estadística que me encanta presumir: el 92 por ciento de las mujeres que han pasado por el albergue aún vive. Cuando veo estadísticas de toda la gente que muere por causa del cáncer, y las comparo con nuestras cifras, me doy cuenta de que tenemos un gran indicador: el testimonio de las propias pacientes, de viva voz, y el hecho de que regresen a sus casas fortalecidas, con herramientas para enfrentar u condición y ganas de vivir”, expresa Aldara, arquitecta de profesión, y con experiencia ayudando a enfermos y personas de la tercera edad desde la preparatoria.
Cruz Rosa, una plataforma que va desde Guadalajara a todo México
Cruz Rosa atiende a mujeres de diferentes estados de la República: Michoacán, Nayarit, Puebla, Oaxaca y Yucatán entre otros. Del estado de Jalisco, tienen pacientes de Puerto Vallarta y Chapala, por ejemplo.
Actualmente, Aldara encabeza un grupo conformado por siete trabajadores y trabajadoras que aportan su esfuerzo para añadir ese grano de arena que se requiere para encontrar el alivio frente a esta enfermedad.
Contrario a lo que podría pensarse, Cruz Rosa no se vio afectado por la pandemia. Este centro de apoyo se convirtió en un lugar que generó tal convivencia que no presentó casos de COVID-19.
“No haber tenido ningún caso de COVID-19 en el albergue fue algo maravilloso; ningún caso, ninguno. Bajó la gente porque bajaron los medicamentos casi al mismo tiempo, porque bajaron las atenciones en los hospitales, pero nosotros nunca cerramos”, reconoció Alonso.
Para que este lugar camine es necesario contar con un apoyo económico, y es por ello que los patrocinios y donativos son de gran importancia. A las pacientes se les pide sólo una cuota simbólica de 40 pesos diarios, por un servicio que incluye tres comidas diarias, dormitorio, terapias psicológicas y traslados, entre otras cosas.
“Tenemos empresas que llevan varios años haciéndonos donativos. La más grande de ellas es Estee Lauder, que en México hace una gran labor de combate al cáncer, y ya lleva 10 años apoyándonos. También hemos recibido apoyo de Akron y de la WTA (Women’s Tennis Association); este es el tercer año en que nos va a apoyar. Junto a estas, hay muchas otras pequeñas empresas que también se suman a la causa”.
Vinculación artística
Como parte de esa apertura a la sociedad que busca Cruz Rosa, durante octubre, el recinto se convertirá en una galería en la que se darán a conocer las acciones que realizan como parte de la lucha contra el cáncer, además de fomentar el arte y sus efectos terapéuticos.
“Llevamos tres años casados con el arte, y este año todo sucederá aquí, con la intención de que la gente venga. Va a estar aquí Mimi Mendoza, que tiene una galería. Cada artista está comprometido a invitar gente para que nos conozcan. Durante 30 días este espacio permanecerá abierto al público. Nuestra intención es que venga la gente”, expresó Alonso.
“Creo que el arte ofrece algo especial. No soy artista, soy arquitecta, pero creo en el arte y en su capacidad de conectar con la gente a través de expresiones sensibles; espero que este evento sea un éxito”.
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En la voz de Aldara Alonso
- “Se ha difundido la idea de que cáncer es igual a muerte, pero en Cruz Rosa tenemos otras estadísticas. Nos hemos dado cuenta, y hemos tratado de fomentar, que cáncer no es igual a muerte, que Cruz Rosa es igual a vida y que si pasan por el albergue la calidad de vida y pensamiento sí las cambian”.
- “Queremos que se quede con la idea de que somos más que un albergue”.
- “Los medicamentos son muy fuertes, y si a eso sumamos la tristeza que hay en el corazón de las pacientes, el resultado es una mala mezcla que no ayuda a combatir la enfermedad. Ha sido muy difícil transmitirle a la gente que nos llame, que venga y nos conozca, porque nos han etiquetado como una opción sólo para gente de escasos recursos. Ha sido muy difícil transmitir que estamos aquí para todas”.
- “Quiero regresarle a la vida algo de lo bueno que me ha dado, y esta ha sido la oportunidad de aportar un granito para ayudar a cambiar la vida de otras personas”.
- “Aquí les decimos que la enfermedad puede vivirse de una manera diferente, que no se asusten”.
Para saber
- Aproximadamente, Cruz Rosa atiende poco más de 50 mujeres por día.
- 40 pesos diarios es lo que se cobra a las pacientes por hospedaje, comida, terapias piscológicas y físicas, talleres y traslados.
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