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abril 11, 2025

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Carmen Villarreal: La mujer que transformó una industria

Pionera en la industria tequilera, Carmen Villarreal ha demostrado que el éxito se construye con valores firmes, respeto por la tradición y una mentalidad innovadora

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Carmen Villarreal: La mujer que transformó una industria
Carmen Villarreal: La mujer que transformó una industria

Carmen Villarreal tiene un carácter suave y templado, irradia serenidad y liderazgo en cada gesto. Su enfoque en los negocios es claro: equilibrio entre la tradición y la innovación. Su visión está firmemente arraigada en la continuidad. Sueña con legar esta tradición a futuras generaciones de su familia, asegurando que su historia persista en el tiempo.

Lleva el tequila en las venas. No por el alcohol, sino por la pasión que ha dedicado a una de las industrias más emblemáticas de México. Su historia es algo más que solo la de una empresaria exitosa, es la de una mujer que ha sabido equilibrar el carácter humano con el empresarial, convirtiendo a San Matías en una de las tequileras más respetadas del mundo.

Ella nació en Nuevo Laredo, pero su vida dio un giro cuando sus padres decidieron mudarse a Guadalajara. “Mis papás quedaron enamorados de la Ciudad”, recuerda con una sonrisa Carmen Villarreal. Aunque el cambio no fue fácil, especialmente para una adolescente que dejaba atrás a amigas y conocidos, supo adaptarse. “Estábamos entrenados para adaptarnos”, dice, refiriéndose a su familia, que ya había vivido en varias ciudades debido al trabajo de su padre. Guadalajara se convirtió en su hogar y, con el tiempo, se asumió como “100% tapatía”.

Carmen Villarreal: Alma de agave
Carmen Villarreal: Alma de agave

El amor por la Perla Tapatía no fue instantáneo, pero sí profundo. “Llegamos en verano, en julio, y siempre recuerdo el olor a tierra mojada”, cuenta en su oficina. Fue en 1976, un año que marcó el inicio de una nueva vida para ella y su familia. La Ciudad le ofreció no solo un hogar, sino una gastronomía que la enamoró. “Encontré muchos sabores que no tenían presentes en mi paladar”. Guadalajara le abrió las puertas a una nueva cultura, a nuevos amigos y, eventualmente, a una carrera que definiría su vida.

Pueblo Viejo, el inicio

Carmen llegó a San Matías en la década de los años 80, inicialmente en el área de mercadotecnia. Fue ella quien, junto con su equipo, estructuró el área y preparó el lanzamiento de Pueblo Viejo, una de las marcas más emblemáticas de la empresa. 

“La hicimos en colaboración con la agencia de publicidad de ese tiempo, donde yo trabajé inicialmente. Ahí estuve un corto tiempo, era una agencia de un profesor mío de ITESO. Me invitó a colaborar con él y después de dos meses me di cuenta que no era en lo que yo quería desarrollarme. Ahí fue cuando don Jesús López Román me invitó a trabajar con él en San Matías. Obviamente cuando empecé no había departamento de mercadotecnia. Empezamos a estructurar un poco el área y coincidió que en ese momento empezamos a preparar el lanzamiento de Pueblo Viejo”.

Con cierta nostalgia, recuerda que en ese entonces el mercado era otro, la competencia no era tan feroz como lo es ahora. Además, el tequila no tenía el estatus que hoy ostenta. “La magia sucedió en los 90”, dice. Fue entonces cuando el destilado dejó de ser la bebida de los abuelos y se convirtió en un emblema de México. “El consumidor cambió: los jóvenes y las mujeres comenzaron a preferir el tequila y eso lo llevó a lo que es hoy”.

El reto de asumir el liderazgo

En 1997, Carmen tomó las riendas de la compañía. No fue algo planeado, sino más bien un proceso orgánico. “Nunca hice conciencia en eso”, confiesa. Aunque en ese entonces la industria estaba dominada por hombres, nunca se sintió fuera de lugar.  

“Yo tomé la decisión de asumir la dirección basada en mi familia, en la compañía y en el equipo de San Matías. Fui fluyendo conforme fueron pasando los años. No era la intención que yo permaneciera en esta posición tantos años, pero fui fluyendo. Por supuesto que yo me daba cuenta que era la única mujer en el consejo de la Cámara Tequilera. En ese tiempo fui la única mujer en muchos foros… pero tampoco sentí como una corriente en contra. No me enfocaba en eso”.

Su liderazgo no fue una batalla contra el género, sino una evolución natural basada en el talento y la dedicación. “Siempre me he sentido respetada y apoyada. No fue nada hostil mi llegada a la dirección de San Matías. Ahora que volteo hacia atrás, veo qué diferente es. Ya hay muchas mujeres en toda la cadena del tequila”.

Carmen Villarreal ha sido un ejemplo para muchas mujeres en la industria. “Hay muchísimo talento femenino”, afirma. Bajo su liderazgo, San Matías ha implementado políticas de equidad de género, no por obligación, sino por convicción. “Brindamos las mismas oportunidades para hombres y mujeres”. Aquí, la inclusión no es una moda, sino una forma de vida.

Conoce más de la historia de Carmen Villarreal y tequila San Matías
Conoce más de la historia de Carmen Villarreal y tequila San Matías

Una industria que cambió para siempre

Carmen ha sido testigo del crecimiento exponencial de la industria tequilera en los últimos años. El tequila no solo creció en México, sino que se globalizó. Estados Unidos se convirtió en el mercado más grande, pero el tequila también llegó a Europa y al continente asiático. “Estamos aprendiendo en Asia. Se sorprenden gratamente cuando prueban un tequila extra añejo”, cuenta. Señala que ese segmento es una entrada suave al mercado ya que están habituados al whisky y a los sabores amaderados.  “Todas las compañías estamos haciendo esfuerzos para posicionarnos en Asia. Es un gran mercado”.

Pese a ese panorama positivo, no evade la mirada ante el reto que representa el mercado de Estados Unidos y el proteccionismo que quiere imponer la nueva administración. Su respuesta a la pregunta de los retos al norte del País refleja la serenidad y la firmeza que la han caracterizado a lo largo de su carrera: “nos estamos acompañando de expertos, estamos construyendo escenarios. Las amenazas están fuertes, los retos son muy altos, pero también hay confianza en que prevalecerá el buen juicio de nuestros gobernantes aquí y allá”.

Para Carmen, el tequila no es solo un producto de exportación, es una expresión cultural que trasciende fronteras. “Sentimos que la categoría es tan fuerte, es una categoría tan bonita, representa tanto que creo que el deseo colectivo es cuidarla”.

“Se trata de hacer el bien”

Carmen no solo ha transformado la industria tequilera, también ha dejado una huella profunda en su comunidad. “Sabemos que tenemos una responsabilidad con la sociedad”, dice. Bajo su liderazgo, San Matías ha implementado numerosos programas sociales, desde becas para estudiantes hasta iniciativas de desarrollo comunitario. “Queremos devolver un poco de lo que hemos recibido”, explica.

Para ella, la filantropía no es un acto aislado, sino una parte integral de la filosofía de la empresa. “No se trata solo de hacer dinero, se trata de hacer el bien”, dice. Esta visión ha llevado a San Matías a ser reconocida no solo por la calidad de sus productos, sino por su compromiso con el bienestar de la comunidad.

Además, la comunidad empresarial sabe de su tesón y su legado. Por ello es que el año pasado fue reconocida con el Galardón al Mérito Industrial que entrega el Consejo de Cámaras Industriales de Jalisco (CCIJ). El reconocimiento se dio gracias a su trabajo industrial y a su compromiso social, por crear comunidad en Jalisco y el País.

Villarreal fue la tercera mujer industrial en recibir esta medalla. Antes fueron galardonadas Sandra López Benavides y María Rosario Mendoza. Con la sencillez que la caracteriza, se dijo sorprendida por ser reconocida y dedicó palabras a quien fue su marido, Jesús López Román.

“Jamás pensé que podía haber estado aquí con ustedes en el CCIJ, es una distinción enorme, yo no soy nativa de Jalisco, pero llegué hace muchísimos años a este Estado y es un Estado que quiero, en el que me gusta trabajar y en el que me gusta colaborar, me inspira mucho Jalisco. Recibiré esta medalla con muchísimo orgullo y también es dedicada a don Jesús Lópéz Román, quien fue mi esposo y quien nos legó Casa San Matías a mí y a nuestra familia”, señaló.

Un regalo para México y el mundo

En el mundo del tequila, hay marcas que trascienden el tiempo y el espacio, convirtiéndose en íconos de una tradición que se remonta a decenios. Para Carmen Villarreal, directora de San Matías, el San Matías Gran Reserva Extra Añejo no es solo un tequila, es una expresión de lo que significa ser mexicano, una bebida que encapsula elegancia, tradición y pasión. “La que gana el primer lugar es San Matías Gran Reserva Extra Añejo”, dice con una sonrisa que delata el orgullo que siente por este producto. “¿Por qué? Es una marca que me gusta mucho, una marca que lanzó don Jesús López Román en los años 90, el primer extra añejo del mercado”.

Conoce más de San Matías
Conoce más de San Matías

El San Matías Gran Reserva Extra Añejo es un tequila que “a todo mundo le gusta”. No es una exageración. Desde su lanzamiento, este tequila ha conquistado paladares en México y en el mundo, convirtiéndose en un referente de calidad y sofisticación. “Es un tequila elegante, fino, accesible”, describe Carmen. Es precisamente esa combinación de elegancia y accesibilidad lo que lo hace tan especial. No es un tequila reservado para ocasiones especiales, es una bebida que puede disfrutarse en cualquier momento, ya sea en una reunión familiar, una cena con amigos o simplemente en un momento de reflexión personal.

Pero lo que realmente distingue al San Matías Gran Reserva Extra Añejo es su capacidad para unir a las personas. “Gusta en México y en el mundo, gusta en poblaciones urbanas y rurales”. Es un tequila que trasciende fronteras, que llega tanto al corazón de las grandes ciudades como a los rincones más remotos del campo. “Les gusta a hombres y mujeres, a jóvenes y adultos”, añade. No hay distinciones de género, edad o clase social; este tequila es para todos.

“Es una marca que también ha sido marca insignia para la casa. Siento que refleja muy bien quiénes somos”. Y es que, en cada botella de este tequila, se encuentra el espíritu de San Matías: una compañía que no busca la ostentación, sino la excelencia. “Somo una compañía que hace tequila fino, una compañía donde lo que queremos enaltecer es al producto, al líquido que está dentro de esa botella”.

La familia y el legado

San Matías es una empresa familiar, y Carmen ha sabido mantener ese espíritu a lo largo de los años. “Nuestro objetivo es que la empresa siga siendo una compañía mexicana 100% familiar”, dice. Sus hijos y nietos ya forman parte de la empresa, y ella está comprometida a continuar la tradición a las siguientes generaciones. “Queremos trascender”, afirma. Para esta mujer empresaria, la familia no es solo un grupo de personas, sino un legado que debe ser cuidado y preservado.

El proceso no ha sido fácil. “Tiene sus retos”, admite. Pero Carmen y su familia han sabido evolucionar con el tiempo. “No es lo mismo cuando estaban muy pequeños en el 97, que hoy”, dice, refiriéndose a sus hijos. Ahora, con la ayuda de asesores externos, están trabajando para asegurar que la transición a la siguiente generación sea exitosa. “Estamos construyendo el camino”, dice con determinación.

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