Fotos por Alejandro Almaraz
Ocaso Café combina diseño, hospitalidad y un café de especialidad impecable. Un espacio pensado para compartir, trabajar y disfrutar, que ya marca tendencia en Saltillo.
Visitar Ocaso Café en Saltillo es descubrir un espacio que redefine lo que una cafetería puede ser. Desde que crucé la puerta, percibí que no se trataba solo de café: el lugar tiene alma.
Luis Jacob Ojeda Montoya y Rebeca Salas López, la pareja detrás del proyecto, me contaron cómo nació la idea hace apenas dos años, primero como una barra itinerante de café para eventos, hasta convertirse hoy en una cafetería de referencia en Saltillo.
El nombre “Ocaso” proviene tanto de una memoria familiar en Ensenada como de un salmo que, dicen, les confirmó que este era el camino.
El espacio, diseñado por Rebeca, arquitecta de profesión, equilibra comodidad y estética. Es fácil quedarse horas trabajando, conversando o simplemente disfrutando la luz natural que se cuela por las ventanas. No sorprende que se haya convertido en punto de encuentro en Saltillo para creativos, familias y grupos de amigos.
Pero vayamos a lo esencial: el café de especialidad. La carta está construida alrededor de espresso y métodos de especialidad, con una rotación de granos y bebidas de temporada que refrescan constantemente la oferta. El cacao, el matcha y el chai conviven con la misma seriedad y cuidado que el café, siempre con la intención de ofrecer calidad en cada taza.
En lo gastronómico, Ocaso Café Saltillo apuesta por el brunch con toasts coloridos, un grilled cheese que reconforta y colaboraciones con productores locales que dan identidad a la propuesta. Probé la galleta de Red Velvet con Nutella y confirmé que aquí la repostería artesanal también tiene carácter propio.
Más allá de la carta, lo que distingue a Ocaso Café es su vocación comunitaria: el trato cercano, la colaboración con otras cafeterías y panaderías, y esa sensación de estar en un espacio que no compite, sino que comparte.
Salir de Ocaso Café en Saltillo me dejó una certeza: visitar nuevos lugares siempre es valioso. Descubrir rincones cafeteros como este no solo nos ofrece buen café de especialidad, también nos conecta con historias, pasiones y comunidades que hacen que la ciudad se sienta más nuestra.
