Por Oscar Naveja
Guadalajara cada día es más grande. No quiero decir que esté creciendo, ya que sus dimensiones son las mismas, lo que va en aumento es su densidad poblacional. Va creciendo en exigencias: más gente, más casas, más autos, más negocios para atender a esta gente, más negocios que necesitan un equipo de Relaciones Públicas para atender estos nuevos mercados con nuevas necesidades.
Con equipo de Relaciones Públicas no me refiero a una “agencia”, sino a que cada persona que trabaja en estas empresas debe estar capacitada para resolver situaciones que no tienen que ver directamente con lo que la organización ofrece. Insisto, una atención precisa siempre será bien recibida. No vamos a solucionar desaciertos con una voz dulce, se requiere una respuesta certera. Eso es “Relaciones Públicas”.
Cada integrante de la compañía es parte fundamental del equipo de Relaciones Públicas, y por ello hay que incluirlo en la toma de decisiones y saber su opinión, pues está dentro del sistema circulatorio del negocio. Saber que no son máquinas ni robots, y que sus pensamientos se materializan en el producto que vendemos a nuestro cliente final.
En la película Como agua para chocolate lo vimos: si ella tenía un estado de ánimo, los que probaban sus platillos lo sabían y sentían. Igual pasa en las empresas: si nuestro personal no sabe para quién trabaja, será imposible que transmita ese sentimiento. Lo he visto principalmente con quienes trabajan para una marca de cerveza: nunca toman una bebida igual de la competencia, lo que es genial en este país que siempre tiene sed.
Hace muchos años viví en Cancún y trabajé en un restaurante que nos exigía no usar la camisa con su logo mientras no estuviéramos en sus instalaciones. No quería que la marca se viera en mal estado (ya cansados a la salida del trabajo) o en el antro, rodeados de situaciones que nada tenían que ver con las delicias que ofrecía su menú. Quería que se viera cuando debía y en medio de situaciones que la marca pudiera controlar.
Las Relaciones Públicas en los negocios comienzan por el Director, quien lleva la batuta; su carisma la transmitirá a sus empleados y éstos a los que producen, y finalmente lo notarán esos clientes satisfechos. Las Relaciones Públicas no son para solucionar problemas o vender, sino para transmitir de dentro hacia fuera y viceversa, por eso el Director tiene que saber qué sucede fuera de su empresa. La información es la verdadera RP.
Hola, soy Oscar Naveja y soy Publirrelacionista. Te invito a conocer a tus empleados de la misma manera que quieres conocer a tus clientes.
