Mientras Priscila Mier estudiaba Arquitectura de Interiores en el Centro de Estudios Superiores de Diseño de Monterrey (CEDIM), tuvo la oportunidad de tomar una materia cocurricular con un fotógrafo muy reconocido de la ciudad y eso hizo que su panorama se abriera por completo.
Desde muy pequeña la regiomontana tomaba fotografías a todo lo que veía y se movía, era algo muy natural para ella, pero nunca lo consideró un hobbie o algo a lo que se pudiera dedicar en un futuro.
En el año 2010, finalizó su carrera profesional y comenzó a trabajar con Armando Elizondo, uno de los wedding planners más conocidos de Monterrey. Elizondo abrió un despacho de interiorismo y decoración, donde trabajó cerca de un año.
Priscila tenía una cámara fotográfica y en una ocasión le pidieron apoyo para tomar fotografías del montaje de una boda y así fue como, poco a poco se fue adentrando a un mundo que jamás imaginó que se convertiría en su trabajo.
En 2011, una conocida la contactó para pedirle que tomara las fotografías de su boda, a lo que la regia de 32 años se negó, ya que no contaba con la experiencia necesaria y no tomaba ese estilo de fotos. La novia insistió y Priscila lo consideró como la oportunidad perfecta para empezar con el pie derecho en ese rubro.
A la par, Marco Treviño, que en esa época era su novio, le propuso formar la Agencia 1826, donde Priscila se dedicaría a la fotografía y él al video.
No lo pensaron dos veces y en menos de una semana iban camino a McAllen, Texas con un préstamo en mano, para comprar el equipo necesario para el primer evento.
Priscila estaba muy nerviosa ya que sabía era la única oportunidad que tendría para presentarle al mundo su trabajo. La boda salió perfecta y se convirtió en el portafolio ideal, para conseguir de manera natural más clientes, ya que curiosamente, en esa época sus compañeros de generación comenzaban a casarse.
Dos años después, 20 diferentes tipos de eventos en su portafolio y una competencia en video que ponía a temblar la agencia, hicieron que tomaran una decisión. Priscila continuaría en ese mercado y Marco su esposo eligió enfocarse en su carrera profesional: Artes.
Gracias a un crew de fotógrafos de la ciudad, que comparten un estilo de fotografías más artísticas, comenzaron a traer a Monterrey a fotógrafos como Sam Hurd, a dar talleres intensivos durante los fines de semana y así fue como Priscila poco a poco se fue preparando.
En 2015 surge Priscila Mier Wedding Photography, donde la columna vertebral es la fotografía social para bodas, bautizos, civiles, ceremonias, cumpleaños, despedidas de soltera, retratos, entre otros.
Al preguntarle cuál es su estilo, nos comparte que hace poco mientras estaba en una reunión con unos novios ellos le preguntaron por qué debían elegir a Priscila Mier Wedding Photography, ella recordó que cuando se casó, Fer Juaristi el fotógrafo de su boda le dijo algo que se le quedó muy grabado: “busca al fotógrafo más importante de tu ciudad y haz todo lo contrario a él”, así que la filosofía de Priscila a través de los años ha sido buscar un estilo propio, su propia identidad.
Priscila afirma que la inspiración para sus fotos surge de las películas y las series, ya que siempre que ve algo en la televisión, se enfoca en detalles como la iluminación, la decoración, los colores y más.
“Todos los eventos tienen su reto, ya que al final al trabajar en fotos sociales, estoy trabajando con las personas y con sus sentimientos a flor de piel. En los eventos puede pasar algo y tienes que estar preparada”, comenta la fotógrafa.
Anualmente trabaja en aproximadamente 25 y 30 bodas en diferentes ciudades del territorio mexicano como: Riviera Maya, Sonora, Saltillo, San Miguel de Allende, Guanajuato, Mérida y Monterrey. Adicional a esas bodas registra otros 30 más, que se dividen en eventos sociales y retratos.
Hace poco más de un año de la mano de Marco Treviño desarrolló Estudio de La Sombra, un proyecto independiente donde registran exposiciones, obras de arte y realizan retratos a artistas.
“Creo que al inicio el darte cuenta que depende de lo que tu hagas tus ingresos, es muy aterrador. El no tener esa estabilidad económica de trabajar en una empresa. Te tienes que levantar todos los días con la idea de que tienes que perseguir un algo, sino no hay mes. A veces te levantas y tienes flojera, es muy fácil ser freelance y no saber medir el tiempo, cómo organizarse y manejar las finanzas”, destacó la fotógrafa.
Priscila Mier trabaja en cada uno de sus eventos bajo la filosofía de dejar plasmado en una fotografía, las emociones que sus clientes vivieron en ese momento y robarle al tiempo un cachito de vida.