Los recuerdos de Tamara Serhan están rodeados de joyas, pues siempre encontró un lugar para ella en la joyería de su abuelo, de ahí pasó a sumarse a sus hermanos en el negocio y descubrió otras pasiones que le han permitido explorar su talento al mismo tiempo que lo comercializa.
Tamara como joyera
Hace 65 años, la familia de Tamara comenzó en el negocio de la joyería con su abuelo y después con su papá, ahora en la tercera generación, ella y sus hermanos tomaron la decisión de crear Alnur, una joyería ubicada en Almanara que se especializa en las piezas únicas.
“Uno de mis dos hermanos se especializó en joyería, es diseñador de anillos de compromiso específicamente.
Él tomó la decisión de que en conjunto podríamos crear una joyería diferente enfocándonos en piezas únicas, más del 80% de nuestra joyería es piezas únicas. Y pues queríamos como darle a nuestros clientes, a la gente que nos visita todos los días algo diferente y algo que fuera único para ellos mismos también”.
Para la joven de 26 años, la experiencia ha sido un factor de retos en su carrera, pero gracias al apoyo familiar, que en conjunto suman una gran experiencia en el sector, se ha vuelto algo más fácil de sobrellevar.
Tamara la artista
A la par de manejar Alnur, el negocio de joyería familiar, Tamara tiene un negocio de arte, en el que recrea fotografías con técnicas de pintura.
Esta actividad la desarrolló en la carrera y después de mostrar su trabajo a familiares y de ahí en redes sociales, comenzó comercializando algo que se le daba bien y además le gustaba.
“Me di cuenta de que es algo que se me da bien, es algo que me gusta mucho, me distrae mucho de lo que está pasando en mi vida día a día, me enfoco mucho en lo que estoy haciendo en el momento y me desconecto de todo lo que pasa a mi alrededor”.
La faceta de influencer de Tamara
El trabajo de la lagunera en las redes sociales, surgió después de crear contenido justo para promocionar la joyería que vende y al ver lo bien que resultaron sus contenidos, su familia la alentó a crear más.
“Batalla en tomar la decisión, no fue fácil, pero pues la tomé y al poco tiempo de subir videos se me hicieron virales unos a mí en mi cuenta personal y me empezaron a contactar marcas. Entonces ya ahí fue cuando dije, “Okay, esto es algo a lo que me puedo dedicar también.”
Dedicar tiempo y videos a las marcas que la buscan, además de Alnur, entre las pasiones de Tamara está la Fórmula 1, que también ha servido para su contenido y como un pasatiempo en común con su papá.
“Vemos todas las carreras juntos, las discutimos juntos, nos reímos juntos, nos enojamos juntos y pues sí, o sea, es algo que me encanta, me gusta mucho también la adrenalina, entonces esa parte junto con la Fórmula 1 es algo muy padre”.
Tamara se ve dentro de cinco años creciendo y disfrutando de la vida, así como disfruta de cada cliente feliz con uno de sus cuadros o de sus piezas de joyería.
