Originario de nuestra ciudad, nació en el seno de una familia conformada por nueve hermanos, cuyos padres estaban dedicados al campo. Los valores que lo describían eran lealtad, honestidad y fidelidad, mismos que llevaba a la práctica a través de su amor a Dios y a su familia.
Desde muy temprana edad incursionó en el comercio para ayudar en los gastos de la casa, ya que perdió a su padre siendo muy joven. Inquieto y con aspiraciones entró a trabajar con Don Indalecio Andrade, quien al ver su entusiasmo y tesón, le vende la que sería su primera tienda en el barrio de Santiago, “La Casa del Pueblo”, donde hasta la fecha venden todo tipo de artículos para vestir. Por más de seis décadas desarrolló una ardua labor comercial, emprendiendo otro tipo de negocios como fueron el Supermercado Madero y el del Parque, Mueblería Hermanos Velázquez y la Casa Orozco.
Don Gustavo fue un gran visionario para los negocios y siempre tuvo presente que para hacer crecer tu ciudad, debes apoyar al comercio local, principio que le valió recibir varios reconocimientos como el Yacatlecutli y un homenaje en el Barrio de Santiago por su gran apoyo para el crecimiento de este.
Junto a su esposa Lolita Verdad, formó una familia integrada por 12 hijos, a quienes permanentemente apoyó para que pudieran emprender sus propios negocios. Siempre fue considerado un hombre de palabra, por lo que las personas que llegaron a trabajar con él, lo recuerdan con enorme agradecimiento, afirmando a la par que disfrutaba la vida intensamente a través de cosas simples como la convivencia familiar, la naturaleza y la lectura.