Jesús Castillo revela ecos de una historia ignorada

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Cada familia guarda un hilo que une su presente con la historia, a veces imperceptible, otras apenas sugerido por un apellido. Para Jesús Castillo Chapa, seguir ese hilo reveló no solo sus raíces maternas, sino también secretos poco contados sobre la fundación de Texas.

Esa revelación cambió su forma de ver la historia regional: los relatos de conquistadores y exploradores extranjeros no contaban toda la verdad; la memoria local tenía un protagonismo que había sido ignorado durante siglos.

El resultado de ese hallazgo es “Somos Nosotros”, libro escrito por Jesús, quien busca devolverle a los regiomontanos el orgullo de reconocer a sus propios ancestros como protagonistas de una historia que durante siglos permaneció en los márgenes.

Jesús Castillo

“¿Quién fundó Texas? Nosotros. ¿Quiénes somos nosotros? Los de Monterrey, los de Cadereyta, los de Cerralvo y los de Monclova”, afirma Jesús, con la convicción de quien ha encontrado en la investigación histórica no solo un proyecto de vida, sino una misión de memoria.

De la comunicación a la historia

Castillo estudió Comunicación en la UDEM y después Diseño Gráfico en Italia. A su regreso, en los años 80, fundó su propia agencia y desde entonces se ha movido en los terrenos de la publicidad, ferias y congresos, así como en la edición de libros de gran formato. 

“En el inter me fueron metiendo mis clientes y mis conocidos al área de la editorial. Comencé por la parte de diseño, pero luego también la parte del contenido, el historial, etcétera. Hoy tengo entre 25 y 30 libros publicados”, recuerda.

De su autoría, “Somos Nosotros”, recién publicado en el 2025, es el segundo. 

La historia llegó a su vida por curiosidad personal. Todo comenzó con una duda: ¿de dónde venía el apellido Chapa? “El apellido Chapa no existe, es un invento. Es un apellido italiano, Ligur para ser específico, y me interesaba desde el punto de vista familiar”, cuenta.

Esa indagación lo llevó hasta Juan Bautista Chapa, un inmigrante del siglo 17 cuyo verdadero nombre era Giovanni Battista Schiappapietra. Chapa fue escribano de varios gobernadores del Nuevo Reino de León y cronista anónimo de una de las fuentes más valiosas para conocer la vida en la región durante la segunda mitad del siglo 17. 

“Si tú te vas al archivo municipal de Monterrey, hay 500 folios firmados por Juan Bautista Chapa. Entonces es una persona conocida”, explica Castillo, cuyo primer libro fue precisamente dedicado a su antepasado: “1690, Giovanni Battista Schiappapietra”.

Una historia, tres versiones

El manuscrito original de Chapa terminó en la biblioteca de la Universidad de Yale. Conseguirlo no fue sencillo. 

“Llamé a la biblioteca, pedí copias… me dijeron: ‘¿Estás loco? No puedo meter una copiadora a un manuscrito de hace 400 años’. Lo más que puedo hacer es venderte un microfilm”, recuerda. 

Ese rollo en blanco y negro se convirtió en la base de su trabajo y de una primera edición privada, limitada a familiares y estudiosos cercanos.

En el camino descubrió que no era la única versión de los hechos. La llegada accidental de los franceses al Golfo de México en 1685, encabezados por La Salle, había quedado registrada desde la mirada europea, mientras que los frailes franciscanos narraron la fundación de las primeras misiones en la región. 

“Ya tenía yo tres historias de la misma historia. Y dices: ‘¿A quién le hago caso?’”, comenta entre risas.

El valor de “Somos Nosotros” radica en poner al centro la perspectiva de los vecinos del noreste, aquellos que salieron desde Monterrey, Cadereyta, Cerralvo y Monclova para internarse en lo que entonces era territorio desconocido. 

El libro incluye listas de participantes con apellidos que hoy siguen presentes en Nuevo León: Garza, Treviño, Cavazos. “Por eso el libro se llama así. Nuestros ancestros fueron los que hicieron eso”, asegura.

El poder de reconocernos

Más que un ejercicio académico, el proyecto de Jesús busca sembrar orgullo en las nuevas generaciones. “Debemos conocer esta parte, estar orgullosos de lo que hicieron nuestros ancestros. No fueron soldados españoles que vinieron desde allá, fuimos nosotros, los de aquí”, reitera.

Su meta no es comercial, sino de legado. “La verdad no me interesa el negocio, me interesa la divulgación. Quiero que dentro de 100 años alguien pueda decir: ‘Mira, ahí está la historia’”, añade.

Hoy, a sus 69 años, continúa trabajando en proyectos editoriales y ya prepara una investigación sobre cómo el manuscrito de Chapa llegó a Yale. Pero más allá de nuevos hallazgos, su objetivo es claro: divulgar este episodio olvidado en el tiempo.

Con una sonrisa que combina la satisfacción del hallazgo con la urgencia de compartirlo, Jesús concluye: “Es importante ese mensaje: reconocer quiénes somos, de dónde venimos y qué hicimos como comunidad. Porque esa historia, aunque la olvidemos, sigue siendo nuestra. Y somos nosotros”.

“Somos Nosotros” se puede solicitar en el correo jdmerca@icloud.com, así como en la página soynorestense.com, y estará disponible próximamente en la tienda del Museo de Historia Mexicana.

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