Hace tres años supo aprovechar lo que para otros representaba un residuo, lo convirtió en la materia prima de artículos de piel de res y exótica para dar vida, junto a su socia Amanda Dolfi, a la marca Paulina Casamadrid.
Hoy en día ya no utilizan el material que las fábricas desechan sino que le han apostado a pieles italianas, colombianas y españolas, combinando en el diseño las tendencias europeas con la elaboración a mano de artesanos mexicanos.
Paulina es egresada de la Licenciatura en Creación y Desarrollo de Empresas por el Tecnológico de Monterrey y en un programa de mentoría encontró al que llama su ángel guardián, Fernando Cuadra, quien la ha impulsado a convertirse en empresaria.
Colaborando para el leonés, vio una buena idea de negocio: aprovechar la piel sobrante de sus fábricas para crear pulseras y collares. Se alió con la italiana Dolfi a quien conoció en México y con quien comparte no solo gustos sino opiniones y filosofía, resultando el match ideal para emprender un negocio propio.
Extrovertida, alegre y siempre en busca de nuevos retos, así es Paulina tanto en su vida personal como profesional. Le gusta experimentar en busca de nuevas oportunidades, un claro ejemplo sucedió casi al principio de iniciar con la marca cuando llevó sus productos a la Riviera Maya en busca de mercado y lo logró. Paulina Casamadrid se ha posicionado en 15 tiendas de Cozumel, Playa del Carmen, Cancún, Mahahual y Tulum.
También exhibe desde principios de año en Florencia, Italia y no conforme busca aumentar el número de artículos en el país considerado como uno de los más influyentes en el mundo de la moda, con su expansión a más boutiques.
A largo plazo espera abrir su propia tienda en la que más allá de solo ir de compras sea un espacio para disfrutar de una taza de café internacional, donde además la esencia de México e Italia se conjuguen. “Cuando empiezas no tienes un límite hasta dónde puede llegar tu imaginación, si tú ahorita me preguntas, me veo todavía muy chiquita, quiero crecer más”.
En cuanto a sus productos, tanto Paulina como Amanda se han preocupado porque sean divertidos y sexis, se atreven con diseños y conceptos diferentes acordes a las tendencias mundiales convirtiéndolos en referentes de la moda. Recientemente presentó su colección Hand Painted Collection, que se distingue por sus pieles de caimán y pitón con infinidad de diseños pintados a mano en colaboración con la diseñadora gráfica Jazmín Salcedo.
Sin embargo, al comienzo uno de los principales retos para Paulina fue quitarse ese temor de que sus productos no fuesen del agrado del público, pero recuerda una de las frases de aliento que recibió: “Debes creer que eres grande, así vendas la peor cosa”, eso la llevó a adquirir seguridad al momento de vender, claro que sin quitar los pies sobre la tierra, pues la humildad es el factor que más aprecia de una persona.
Por otro lado, comenta que el éxito que ha tenido Paulina Casamadrid se debe a las personas que a lo largo de estos años se han sumado al proyecto aportando de su talento, desde los jóvenes que se acercan a hacer sus prácticas profesionales, los artesanos que hacen realidad sus diseños y empresarios que con su experiencia las van guiando.
Derivado de lo anterior, es para ella una gran satisfacción que esa misma gente que las ha apoyado bastante también salgan ganando de alguna u otra manera. “Nosotros al momento de contratar a alguien, es en eso en lo que nos fijamos: cómo lo podemos hacer crecer a él porque al final de cuentas te va hacer crecer a ti”.
Además, le gusta apoyar a otros chicos con oportunidades de empleo pues no es como en otras empresas que les exigen contar con experiencia sino que busca que el crecimiento sea a la par. A otros jóvenes que desean emprender los invita a atreverse y a no ponerse barreras sino a creer en ellos mismos y no perder el piso en el camino.
“Siempre con humildad y no tener miedo, no sé cómo pero la gente llega y te ayuda de la nada pero es por tu sencillez y porque siempre vas a tener bien enfocado que quieres llegar a hacer algo”.
