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noviembre 22, 2024

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Juandrés Vera

Por

Juandrés Vera nació con el talento y el gusto por el dibujo, sin embargo, su elección por hacer de la anamorfosis la manera de ganarse la vida fue hace poco más de 10 años.

Tras darse cuenta que lo que mejor hacía era realizar proyectos de pintura en tercera dimensión, encontró en esta actividad una pasión que poco a poco fue desarrollando hasta convertirla en un estilo de vida.

“Realizo proyectos de pintura principalmente en la técnica llamada anamorfosis, mejor conocida como 3D por la ilusión tridimensional que se crea en espacios como muros y pisos”.

El originario de Monterrey, Nuevo León, egresó de la Facultad de Artes Visuales de la UANL y comentó que las principales herramientas para hacer su trabajo son los clientes o patrocinadores con buen gusto o un presupuesto suficiente, buena comunicación y la materia prima de todo artista pintor: inspiración, tema, pigmentos, brochas, un muro y su público.

Como a cualquier niño, al artista plástico le gustaba dibujar paisajes, animales y caricaturas, incluso, dice, Bob Ross fue su primer acercamiento con la pintura aunque haya sido solo a través de la televisión; el resto fue tomar los pinceles, pintura y plasmar una imagen.

Juandrés Vera comenta que su trabajo, como cualquier otro que se hace con verdadera pasión, se convierte en una forma de vida, autoconocimiento, de conocer el mundo y de crear nuevas realidades. Así lo ha hecho, pues desde que comenzó a explotar su talento ha tenido la oportunidad de viajar alrededor del globo y plasmar su talento en diversos muros.

“Desde que empecé a viajar para pintar hace 10 años, he visitado más de 25 países, si geográficamente las antípodas de México están allá por la India, lo más cerca de ahí que he pintando ha sido en Tailandia, sin embargo emocionalmente lo más lejos que mi trabajo me ha llevado es hasta aquí y ahora”.

Y es esa experiencia de viajar para poder ejecutar su talento lo que más disfruta de su trabajo, pues también tiene la oportunidad de conocer gente de distintas culturas y países y la retroalimentación positiva que de ello tienen todos los involucrados en la obra.

Sin embargo ser muralista también tiene sus dificultades, pues a veces pareciera que lo más complicado es poder vivir de ello, pero cuando se pagan bien las cuentas, dice, entonces lo difícil es seguir haciéndolo con la misma pasión de antes o bien lo difícil es soltar cada vez las ganas de dejarlo perfecto porque ya hay que moverse al siguiente destino.

Para Juandrés ser muralista es la oportunidad de crear un diálogo suspendido en el tiempo, pues aún cuando muchas veces el mural no es permanente, las redes sociales permiten hoy que dure mucho tiempo más en la memoria del colectivo.

El artista plástico compartió de entre sus variadas anécdotas una muy especial, se trata Kyu, un niño de 10 años que una vez acudió a uno de sus talleres en Tailandia.

Aquella ocasión Kyu, quien hablaba casi nada de inglés, le pidió que revisara su trabajo en 3D. Juandrés se sorprendió de la calidad del trabajo del niño, mucho mejor que cualquier otro en la sala.

Kyu era un admirador del muralista mexicano. El pequeño, acompañado de su madre, fue a buscar al artista hasta su hotel para pasar un momento con su ídolo, tuvo tan buena suerte que Juandrés le regaló su boina, pues habían pasado él y su madre toda la tarde buscando una similar. Estaba fascinado.

Al día siguiente el regiomontano tenía que regresar a México, eran las 7 de la mañana cuando estaba haciendo su registro en el aeropuerto y al voltear volvió a encontrarse con Kyu y toda su familia, habían acudido a despedirse de él.

“Tenía impresiones de mi trabajo para que se las autografiara, además de una carta que él escribió y dibujó con nuestras figuras parados uno junto al otro cada quién frente a la pieza que pintamos en el festival, y en la portada decía en inglés “Juandrés, you are my idol”. El artista quedó en shock.

Así como esta anécdota, ha vivido otros momentos bastantes significativos en su carrera, como ser el primer mexicano en obtener el título de Maestro Madonnaro por el Concurso Internacional de Madonnari de Grazie, Mantova, Italia, pues es el festival de más prestigio del arte de pintura de calle efímera del mundo con más de 40 años de tradición.

Actualmente Juandrés reside en León, y continúa en la búsqueda de seguir mejorando en su trabajo y así aportar más y mejores propuestas al mundo.

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