Jorge Dávila Flores; El Buen Fin es saltillense

Su historia comienza en Saltillo, Coahuila, y tiene como protagonista al ingeniero y empresario Jorge Dávila Flores

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A quince años del nacimiento de El Buen Fin, la iniciativa que redefinió el comercio y el consumo interno, recordamos su origen en Saltillo y al hombre que la hizo posible: Jorge Dávila Flores, un visionario del sector empresarial mexicano.

Entrevista y producción: Constance Cifuentes, Editor-in-Chief of Content
Diseño: Amauri Solís
Fotografía: Alejandro Almaraz
Producción multimedia: Lily Quirino 

Serio y mesurado, pero con una sonrisa franca que asoma al recordar su trayectoria, Jorge Dávila Flores es un hombre de familia, esposo por más de 45 años, padre de cuatro hijos y creyente del respeto como el valor más alto.
Cuando se habla de los grandes hitos que transformaron la economía mexicana en el siglo XXI, su nombre ocupa un lugar indiscutible.

Empresario, ex presidente de la Concanaco Servytur y creador de El Buen Fin, Dávila Flores ha sabido leer el pulso del consumidor mexicano, anticiparse a las tendencias y, sobre todo, impulsar una visión que reconfiguró el dinamismo comercial del país.

El Buen Fin nació de una idea muy simple: si todos los sectores ganan, el país crece”, recuerda el empresario coahuilense.

De “Compra en Saltillo” a un movimiento nacional

El modelo de El Buen Fin tuvo sus raíces en Saltillo, bajo el nombre “Compra en Saltillo”, una iniciativa local que buscaba incentivar el consumo interno y fortalecer los comercios de la región.
La propuesta fue tan exitosa que, en 2011, se convirtió en un programa nacional inspirado en modelos internacionales, pero con un sello mexicano inconfundible: promover el consumo responsable y la economía formal.

Desde entonces, el programa ha generado millones de consumidores, miles de empresas participantes y un impacto económico que supera los 200 mil millones de pesos anuales.

Esto pasa cuando el ciudadano confía, invierte, consume y construye futuro”, afirma con convicción.

Orígenes y formación

Originario de Saltillo, Coahuila, Jorge Dávila Flores estudió Ingeniería Agrónoma y Administración, aunque pronto descubrió su pasión por las finanzas. Fue docente y fundador de la carrera de Administración Agropecuaria en la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro.

Hijo de Mario R. Dávila Rivera, reconocido financiero, y miembro de una familia donde el trabajo y la educación fueron pilares, Dávila aprendió desde joven el valor de la integridad.

Saltillo me enseñó el valor del trabajo bien hecho; aquí aprendí que la palabra dada sigue siendo la mejor garantía”, comenta.

El comerciante antes que el político

Aunque su trayectoria abarca cargos públicos y empresariales, Dávila se considera ante todo comerciante.
Su liderazgo combina estrategia, ética y una fe constante en el potencial del país, entendiendo que la economía no solo se mide en cifras, sino en calidad de vida y confianza social.

El Buen Fin: un éxito que traspasó fronteras

El programa que comenzó como una apuesta entre empresarios se transformó en un fenómeno económico nacional.

El objetivo fue competir con el Black Friday y fortalecer el mercado interno”, relata Dávila.

En las zonas fronterizas, el flujo comercial se invirtió: consumidores estadounidenses comenzaron a comprar en México, atraídos por las ofertas del Buen Fin.
Hoy, con 15 años de historia, el programa es una de las estrategias más exitosas del país, con ventas que superan los 200 mil millones de pesos.

La credibilidad es lo más importante: el consumidor mexicano es inteligente, compara e identifica los descuentos reales”, advierte.

Un hombre de datos y decisiones

Como presidente del Centro de Estudios Económicos del Comercio y consejero del Consejo Coordinador Empresarial, Dávila Flores sigue participando en los espacios donde se define el rumbo económico de México.

Su experiencia en organismos como IMSS, Infonavit, Nacional Financiera y Bancomext le ha permitido aportar una visión integral sobre la economía formal y el comercio responsable.

Cuando estás en las mesas donde se toman decisiones, puedes proponer con mayor solidez y claridad”, sostiene.

Filosofía, vida y visión

Padre de cuatro hijos y esposo de Gloria Angélica Flores, Jorge Dávila Flores se define como un hombre de familia y principios.
Admirador de Winston Churchill, reconoce en él la visión y el temple necesarios para sostener el rumbo en tiempos difíciles.

El éxito empresarial exige disciplina, sacrificio y constancia. No hay fórmulas mágicas: hay que innovar, cuidar los gastos y participar más allá de tu empresa”.

La noche que nació El Buen Fin

Era la una de la mañana cuando le dije a nuestro abogado que registrara el nombre. A las ocho me llamó y me dijo: ‘Hay seis abogados adelante de mí, de Televisa, de TV Azteca, del Consejo Coordinador’. Entonces hablé con el secretario de Economía, y el programa se declaró de interés público. Así nació oficialmente El Buen Fin”, recuerda entre risas.

Desde entonces, el proyecto ha superado toda expectativa: en 2024 registró ventas por 173 mil 800 millones de pesos, y para 2025 se prevé que supere los 200 mil millones.

Nunca imaginé que crecería tanto. Me da orgullo ver lo que generó para el país”, concluye.

Hoy, El Buen Fin es más que una temporada de descuentos: es un símbolo de confianza nacional, un impulso al consumo responsable, a la bancarización y a la formalidad económica.

Y en su origen, permanece una verdad incuestionable: El Buen Fin nació en Saltillo, y su creador, Jorge Dávila Flores, es el rostro del México que cree en sí mismo.

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