El talento de Diana Orozco Gollaz con el balón le ha abierto las puertas en el basquetbol no solo a nivel región sino que le ha permitido ser seleccionada nacional y entregar todo de sí para poner en alto el nombre de México.
Con 31 años de edad ha recorrido un largo camino en este deporte, pues desde que tenía 10 empezó a practicarlo y a los 12 ya se encontraba participando en equipos representativos. En 2002 jugó con la Selección Estatal de Guanajuato en la Olimpiada Juvenil resultando campeonas de la justa deportiva.
A partir de ese momento la carrera de esta leonesa fue en ascenso, su actuación en la cancha le valió para ser llamada a la Selección Nacional, llegando a competir en Centrobasket, Juegos Centroamericanos y Panamericanos, por mencionar algunos.
Hasta que en 2004 se le presentó la oportunidad de cambiar de residencia a Búfalo, Nueva York, para estudiar Negocios Internacionales y continuar con su faceta de canastera. “Sonia Ortega de Chihuahua me ayudó a conseguir una beca full ride en SUNY Buffalo. Ella estudió ahí y la conocí en la Selección Nacional, me ayudó mucho sin conocerme, es una gran persona”.
Al año siguiente de haber iniciado su Licenciatura en Estados Unidos, tuvo su primer juego contra la Universidad de Connecticut, la cual es considerada como la número uno dentro de la Asociación Atlética Colegial Nacional (NCAA, por sus siglas en inglés).
“Nunca había visto tanta gente para un juego de mujeres, nos ganaron por 40 puntos pero fue una experiencia increíble ver jugadoras de ese nivel”.
El basquetbol está en su ADN, su papá también gustaba de practicarlo, inclusive pasaban tiempo padre e hija encestando el balón. Además sus tíos, José Gollaz y Cuauhtémoc Orozco han jugado en diversos equipos representativos.
Recuerda que este deporte le llamó mucho la atención pues le parecía muy emocionante, rápido e intenso; la idea de trabajar en equipo le agradaba y en la escuela provechaba los recreos para jugar. “Vi cómo muchos de mis amigos más grandes entrenaban y pensé en yo también hacerlo. Lo elegí por cómo me hace sentir, me inspira”.
Para Diana el basquetbol se ha convertido en un estilo de vida, en una forma de expresión que la ha acompañado a lo largo de su vida y un medio que le ha permitido aprender aspectos que se han vuelto esenciales en su carrera como trabajar en equipo, ser disciplinada y tener carácter, motivación y resiliencia; además de conocer gente y distintos lugares.
Los últimos tres años años ha vestido con orgullo la camiseta de Mieleras de Guanajuato, cuya participación en dicho equipo la colocó en 2015 en el top cinco de mejores anotadoras de la liga al promediar 19 puntos.
“Fue muy gratificante ser un equipo que veníamos desde abajo y pudimos vencer a las favoritas. La química era envidiable, nos divertimos mucho”, expresó al recordar cuando ganaron el campeonato en el que jugaba como titular de la escuadra guanajuatense.
Entre sus planes está apoyar a otras jóvenes que tienen el deseo de realizar una carrera en el basquetbol, a través de becas en universidades, igual que como a ella le brindaron la oportunidad. También le interesa impartir clínicas ya sea en León o Guanajuato para involucrarse más con la comunidad.
A niños y jóvenes los invita a disfrutar de cualquier práctica deportiva, a vivir la experiencia y dejarse llevar por todos aquellos sentimientos al momento de entrenar. “Que se dejen envolver de la magia que se siente al expresar el espíritu. La motivación viene de diferentes lados pero al final, que lo hagan por ellos mismos, porque lo disfrutan porque quieren ese compromiso con ellos mismos y con sus compañeros de equipo”.
