El mercado de la cerveza artesanal está en constante crecimiento, y hoy en día es una gran oportunidad de negocio. Enrique García y Diego Amaya son dos jóvenes emprendedores regios que se asociaron para realizar el proyecto Cerveza Dorada Artesanal, misma que tardó varios años en ser lanzada debido a los altos estándares de calidad que tenían y con la que esperan poner el nombre de México muy en alto.
Conoce más de este producto en la voz de uno de sus creadores, Enrique García.
-¿De qué manera surgió el proyecto?
Desde pequeños nos poníamos mis hermanos y yo a elaborar cerveza en la cocina de mamá sin que ella se diera cuenta, porque al final del día dejábamos un desastre en su cocina. Para ser honesto, siempre nos salía muy mala, demasiado amarga, pero era nuestra pasión, nos sentíamos grandes cerveceros.
Eventualmente, por cuestiones del destino y al haber trabajado en un despacho fiscal, tuve la oportunidad de presenciar y celebrar contratos de enajenaciones y adquisiciones de las cervecerías mexicanas a empresas extranjeras, me dio mucha tristeza enterarme de eso, ya que nos quitaban una vez más parte de lo nuestro. Así que me puse a investigar el mercado de la cerveza artesanal en México y nos dimos cuenta que había muchísimo talento, la cerveza industrial sería extranjera, pero la artesanal 100% mexicana. Es así que decidimos unirnos a darle a México eso que el extranjero se llevó.
-¿Se relaciona con tus gustos o intereses?
Desde luego, como les comentaba, desde pequeño teníamos esa inquietud de elaborar cerveza en casa de mis papás, siempre hacíamos un desastre pero recuerdo como nos divertíamos mucho. En las carnes asadas, siempre teníamos la cerveza elaborada por nosotros para la familia.
-¿Cuáles fueron los primeros pasos para iniciarlo?
Me gusta ser muy metódico, hacer las cosas paso a paso y con estrategia, planes bien definidos, así que lo primero que hicimos, fue hacer un estudio de mercado, nos costó todo un año ejecutar dicho estudio, pero valió la pena.
Adicional a eso, tardamos más de 2 años en elaborar la receta, nos costó tiempo, esfuerzo, y dedicación encontrar ese sabor que veíamos en nuestras mentes. Era algo como si ya hubiera pasado, sabíamos exactamente cuál sabor era el que queríamos, así como sus demás características, entonces nos era fácil rechazar las más de 30 pruebas que se hicieron durante dos años y medio.
-¿Qué retos ha implicado este proyecto?
El reto más fuerte que hemos tenido que vencer, es el del control de emociones, el controlar la mente, es decir; si queremos brindarles una buena cerveza a México, una cerveza sin precedentes, tenemos que ser muy pacientes, ya que toma demasiado tiempo hacer una cerveza de calidad en todos sus estándares.
Es un A, B, C, D y F de pasos para elaborar una buena cerveza. Nosotros iniciamos a ejecutar el plan en enero de 2015. A veces nos ganaban las ganas de salir ya por salir, por el tiempo que llevábamos incurridos, pero una voz interna nos decía que no era momento, que aguantáramos, que ya estábamos cerca, y así pasaron tres años y medio. De hecho, estando en la labor de venta, cuando finalmente pensamos que lo habíamos logrado, tuvimos que sacrificar todo un lote porque no salió como esperábamos, ese fue, yo creo el golpe emocional más fuerte que hemos tenido hasta el día de hoy, tuvimos que controlar emocionalmente la ilusión de salir al mercado a vender.
¿Y qué riesgos has tenido para llevarlo a cabo?
Yo creo que el “riesgo” y lo pongo entre comillas, porque realmente cuando tienes certeza de que algo va por buen camino, y amas lo que estás haciendo, no hay riesgos, sino aventuras. Pero el más grande fue cuando me di cuenta que, para constituir la empresa Cervecería Iturbide, tenía que dedicarme 100% a ella, darle toda mi creatividad, planes y tiempo. Tuve que confiar en mi intuición, y renunciar a 13 años de estudios legales y de trabajo como abogado. Recuerdo que hice un ejercicio mental, me dije a mi mismo, “estás en una isla desierta, no hay comida ni agua, para regresar a casa están los barcos de la abogacía…, entonces, si quieres hacer las cosas perfectamente bien, debes quemar aquellos barcos y construir otros nuevos”. Y eso hice, quemé esos barcos y nos estamos dedicando a construir otros.
-¿Quién representó el mayor apoyo o impulso para seguir adelante?
Desde luego que Dios, Él es nuestro socio principal, y lo amo por sobre todas las cosas. En todo el camino se ha sentido su presencia a través de ideas creativas, sueños, incluso toma de decisiones que muchas veces no sabíamos de donde provenían. Es quien nos recuerda que la “mente domina a la materia”.
Ahora bien, sin lugar a dudas mi padre, él siempre ha estado a mi lado, cuando algo no sale bien, siempre me apoya anímicamente, es un líder nato a quien amo y respeto, es a quien le he tratado de aprender sus valores y su liderazgo. Estuve tentado a tirar la toalla en una par de ocasiones, pero siempre apariencia él a recordarme del último “round”, así que me daba fuerzas para avanzar.
-¿Cuál fue el hecho específico que demostró que podía tratarse de un proyecto exitoso?
En 2014, cuando laboraba en una firma internacional dedicada a auditar a empresas, por casualidad me tocó leer sobre un estudio que se realizó, donde me di cuenta que una economía débil ocasionó que el volumen de venta de la industria cervecera cayera en 1.5%; sin embargo; el segmento artesanal se mantuvo con crecimientos de dos dígitos. Así, la industria de la cerveza artesanal tuvo crecimientos que alcanzaron hasta un 200% al año.
Justamente, en ese año nos percatamos que las grandes cerveceras (AB InBev antes Grupo Modelo y Heineken antes Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma) al ver este comportamiento en la demanda de cerveza artesanal, en su intento de abarcar mas mercado, y con afán de establecer una competencia directa con las cervezas artesanales, Grupo Modelo adquiere en 2015 a dos de las cervecerías artesanales más importantes de México. Igualmente, en 2017, la productora de cerveza artesanal “N”se asoció con Heineken México.
Concluyendo que el mercado de la cerveza artesanal está en constante crecimiento, y es una gran oportunidad de negocio.
-¿Cómo te sientes al ver que tu propuesta tenía éxito y que podía ser un proyecto duradero, con crecimiento constante?
Orgulloso, no solamente del equipo que ha hecho posible la creación de la cerveza Dorada Artesanal, sino de todos los productores mexicanos artesanales. Todo indica que en México hay talento, que lo hecho en México está “bien hecho”.
-¿En qué estatus se encuentra actualmente el proyecto, de acuerdo a las expectativas que has puesto en él a futuro?
Como comentamos anteriormente, actualmente estamos a la espera del segundo lote. En un par de meses, ya estaremos en mercado.
-¿Cuál es la meta máxima que aspiras alcanzar con este proyecto?
Ser la cerveza Dorada de México, pues el hecho que sea una cerveza artesanal, no nos dice que podemos hacer un trabajo mediocre, al contrario, la cerveza tiene que ser de mayor calidad a la de una cerveza industrial en todos los sentidos.
-¿Qué bases de tu formación personal consideras que han sido y serán fundamentales para lograr este objetivo?
Ese compromiso que tengo de dar lo mejor de mí en todo lo que haga o emprenda, la responsabilidad, creatividad, disciplina, metodología, las ganas de meter toda la carne al asador, y sobre todo, las habilidades sociales, me he dado cuenta a lo largo de los años, que no somos robots, tratamos con personas, al final del día, el cómo tratamos a los demás, dice mucho. Nosotros no sólo vendemos cerveza, sino que tenemos el compromiso principal de entregarnos a los demás a través de nuestro servicio incondicional.
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