Nacido en Guadalajara hace 20 años, pero residente de San Antonio, Texas, en Estados Unidos, Moisés De la Vara es el joven piloto que se llevó el título de la FIA Fórmula 4 NACAM. Lo logró luego de 3 años de intensa preparación y de no conformarse con un lugar intermedio. Además, es un apasionado de la adrenalina y la velocidad y ya se encuentra enfocado en los que serán sus siguientes retos como piloto profesional.
¿Cómo fue que te interesaste por el mundo del automovilismo?
Mi ingreso al automovilismo fue bastante inesperado. De pequeño, nunca tuve verdadero interés en las carreras, pero a los 17 años un tío me invitó a una carrera de karts local, y ahí fue cuando todo cambió. La primera vez solo fui de espectador; sin embargo, lo disfruté bastante. Después de eso hice un esfuerzo para competir y, para el siguiente fin de semana, ya estaba en el kart de mi tío y listo para mi primera carrera. Fue una experiencia que me cambió para siempre, y desde entonces no he podido dejar de correr.
¿Recuerdas qué pasó por tu mente durante tu primera carrera? ¿Qué tal fue esa experiencia para ti?
La primera carrera que tuve en un auto de fórmula fue una experiencia increíble y llena de nervios. Ni siquiera con toda la preparación que había hecho con el equipo fue suficiente para estar tranquilo. Antes de subir al auto, me di cuenta que me temblaban las manos, que estaba realmente muy nervioso. Pero al llegar a la parrilla de arranque, me tranquilicé y me sentí listo para hacer un buen papel. Quedamos en la octava posición, de 20 autos, entonces estábamos más que contentos con la primera carrera.
¿Qué significó para ti coronarte como campeón de la FIA Fórmula 4 NACAM?
Son 3 años de estar dentro de la categoría y de por fin poder llamarnos campeones. Para nosotros fue algo increíble quedar como campeones de esta categoría. El equipo trabajó duro y con mucha dedicación toda la temporada para que se nos diera la oportunidad de ganar. Fue el primer campeonato para mi equipo de Martiga
EG y para mí. Realmente este campeonato es más de ellos que mío. Le tengo que agradecer a los mecánicos, a mi ingeniero Alex Henry Ridge, a mis entrenadores David Martínez y Ernesto Martínez, a mi familia y a todos los que me apoyaron durante la temporada. Es algo por lo que todos hemos estado trabajando muy duro para cumplir, así que lograr ser campeones es una alegría inexplicable. Nos motiva bastante para seguir empujando y para prepararnos para lo que viene.
¿Cómo te has preparado este año para mantener el título y para buscar nuevas metas?
Este año fue muy difícil. Siempre estuvo bastante reñido con los demás competidores, entonces siempre tuve que estar al 100% para poder estar peleando el primer puesto. Todos los meses fueron de una preparación intensa para competir de lleno un solo fin de semana. Estuve incontables horas en el simulador para siempre estar en ritmo. Sabía que, si no estaba haciendo todo lo posible para estar en mi mejor forma, mis competidores sí lo harían y tendrían la ventaja en pista.
Considero que hice un buen trabajo en mi preparación toda la temporada y que eso fue lo que nos ayudó a llevarnos el título. Y ahora, la preparación está haciéndose más intensa por los planes que tenemos a futuro, ya que la siguiente categoría en la que ingresaré es con un auto mucho más demandante.
¿Qué consejo les darías a los jóvenes que, como tú, buscan abrirse camino en el deporte motor?
Que quieran ingresar a este deporte, que no importa qué tan difícil se vea el objetivo, si de verdad lo quieren lograr, tienen que dedicarse de lleno y trabajar más duro de lo que puedan imaginar. Es algo que al final sí te retribuye. Si hacen el trabajo que tienen que hacer, poco a poco los resultados van a llegar y se acercarán las metas que se pongan. Solo es tener la confianza de saber que, si se dedican al 100, van a llegar a donde quieran.
¿Cuál podrías decir que ha sido el mayor reto de tu etapa como corredor? ¿Estuviste a punto de declinar o qué sentiste en ese momento?
Lo más difícil de mi carrera ha sido este año de pelear el campeonato y de siempre tener que estar en mi mejor forma posible y no cometer ningún error para mantener la ventaja. Cada vez aumentaba más la presión y tenía que guardar mi compostura.
¿Cómo vives un día en la pista, sea entrenando o en competencia? ¿Qué cosas te motivan y te llevan a dar lo mejor de ti?
Un día en la pista me obliga a estar siempre concentrado. Me gusta prepararme bien, revisar dónde puedo mejorar y descubrir cuáles son mis puntos fuertes para aprovecharlos en la carrera. Arriba del carro tengo que analizarme a mí mismo y siempre buscar esas últimas décimas para estar adelante.