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abril 27, 2024

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Santos Laguna: Patrimonio emocional de la región

Sin este club, que hoy cumple 35 años, no se puede entender la idiosincrasia y la esencia de esta región del norte de México

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Por Edgar Llanas

El concepto “Patrimonio Cultural de La Laguna” lo tomo del programa local Futbol al día,  encabezado por el periodista deportivo en la comarca más amado y odiado a la vez, y al que, personalmente, admiro: Juan Gómez Junco. ¿Y por qué me atrevo a tomar ese concepto? Porque describe a la perfección lo que representa un equipo de futbol para una región, para nuestra región. Sin el Club Santos Laguna no se puede entender la idiosincracia y la esencia de esta pujante y férrea región del norte de México.

Cualquier persona relacionada a La Laguna es santista. Sí, aunque apoye al “poderoso” América; aunque le vaya al tristemente célebre Cruz Azul; o aunque idolatre los millones de los equipos regiomontanos; incluso hasta un ateo futbolístico en la Comarca Lagunera es santista. Y digo esto acudiendo a lo que un profesor me contó en una clase cuando yo era universitario: “En occidente, todos somos cristianos, hasta un ateo. Porque todos fuimos criados en una cultura dominada por el cristianismo”. Lo mismo ocurre en la tierra que fue tomada por Francisco Villa en 1910.

 

 

Desde su fundación, un 4 de septiembre de 1983, nada ha sido fácil para el Santos; un equipo “malquerido” arribando a una región 100% beisbolera, hostil en clima y trato ante lo que viniera a incomodar su status quo, atiborrada de gente enfocada en el esfuerzo y trabajo, pues, siendo una región semidesértica, con un calor inclemente, tolvaneras como devenir cotidiano y otras inclemencias de la Naturaleza, el carácter forjado inevitablemente debería ser fuerte, recio y sin tiempo para banalidades superfluas que distrajeran el robustecimiento del poderío económico que la zona había logrado y seguía logrando.

Pero los albiverdes supieron lidiar con ese carácter tosco aunque noble, el ser guerrero que distingue al lagunero de cepa. Mejor aún, el Santos adoptó ese carácter y lo tomó como estandarte: nadie nos regala nada, luchamos por todo y nos ganamos todo con trabajo, somos unos guerreros incontenibles. Eso enamoró a cualquiera que estuviera relacionado con La Laguna; habitantes, visitantes, despistados que visitaban este desierto celestial y demás advenedizos. Así, de manera simbiótica, Santos Laguna se coló en los resquicios emocionales del lagunero, se instauró en su adn y se creó una inseparable y, aparentemente, irremediable correlación. Cada lagunero se convirtió en santista como cada jugador lagunero se empapó del lagunerismo y se hizo lagunero.

Hasta que llegó lo inevitable: el Club Santos Laguna se convirtió en un símbolo inequívoco de la identidad de una de las regiones más importantes del país. Santos es sinónimo de pasión, entrega, trabajo y mucha, pero mucha perseverancia. Santos es la representación deportiva del lagunero de siempre, luchón y trabajador incansable. Esta es una relación que nadie va a poder romper ni en mil años, y es ahí donde radica el éxito del equipo: ser lagunero. No conozco, en mis 24 años de amor al futbol, mayor compenetración equipo-afición que la del Santos con los laguneros. Se hicieron uno. Son uno. Una fusión que se vive día a día, que se vive como un solo ente. No hay más explicación: Santos y La Laguna SON un mismo ente viviente. Sencillamente complejo.

El 20 de mayo de 2018, otra vez un enigmático 20 de mayo (3 de los 6 campeonatos de los albiverdes se han concretado en esta fecha), el Club Santos Laguna se coronó campeón por 6ª vez en su historia de apenas 35 años, convirtiéndose en el equipo que más seguido otorga campeonatos a la afición de acuerdo a sus años de existencia (campeón cada 6 años promedio) y La Laguna vive una noche mágica festejando que ha salido nuevamente vencedora, a pesar de todo pronóstico y ante la hostilidad de todos los frentes posibles.

 

 

Reitero: lo que se conoce como “Santosmanía”, que es cuando millones de personas hacen el pasillo triunfal a su equipo y festejan sin cesar (algo que pocos logran), está más renovada que nunca. La sinergia emocional que el Santos Laguna tiene con su afición es inigualable. La identificación con los colores albiverdes de los laguneros es el equivalente al mexicano con los colores patrios. La Laguna es Santos, gorditas, lonches. Santos es la Comarca Lagunera y la Comarca Lagunera es Santos.

Laguneros, ahí tienen a su equipo. Santos, ahí tienes a tu afición. Disfrútense. Gócense. Ámense. Continúen con esta fiesta, su fiesta; porque se la han ganado, porque la han luchado incansablemente, porque nadie se las ha regalado, porque se la merecen, porque son guerreros. Este es el Patrimonio Emocional de La Laguna. Esto es Santos Laguna. Esto es La Laguna.

¡Gracias, Santos Laguna, infinitas gracias por tanto!

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