Entender y analizar cómo funciona el método de transferencias de Santos Laguna no es complicado, es, de hecho, tan rutinario que ya a nadie sorprende los movimientos realizados.
Antes de que se permitiera aumentar brutalmente el número de futbolistas extranjeros en nuestro país, un plantel competitivo y por supuesto candidato al título, constaba (al menos en mi punto de vista) de una sólida base de futbolistas nacionales, uno que otro seleccionado tricolor y una fina selección de extranjeros, que por lo general eran ubicados en las posiciones de defensores centrales, volantes y delanteros.
En la actualidad lamentablemente los equipos han perdido identidad y no cuentan con referentes regionales. Un ejemplo claro son los Rayados de Monterrey, un equipo que en el partido de vuelta de la semifinal solamente alineó a un mexicano. El cancerbero Hugo González ha sido titular toda la campaña, en gran medida por la restricción de extranjeros que impide a Juan Pablo Carrizo estar siquiera en la banca. Da la impresión que un puñado de extranjeros millonarios utilizan la cancha del BBVA como si fuera prestada, mientras miles de regios se deleitan con un buen espectáculo, sin alcanzar los niveles de identidad que se alcanzó con tipos como Vucetich, De Nigris o hasta el “Cabrito” Arellano.
No estoy demeritando la final regia, de hecho se agradecen este tipo de fichajes y el atrevimiento de empresarios en su apuesta por lograr un espectáculo de alta calidad. El modelo de Rayados y Tigres ha funcionado porque trae jugadores que tienen nivel para estar en Europa, pero digamos “no son determinantes” en sus clubes, sin embargo les alcanza para ser un jugador que rota en plantilla y tiene algunos minutos. Aún así muchos son titulares en sus selecciones nacionales y deseados por los clubes de sus países de origen.
Aquí es cuando regreso a mi tierra, la Comarca Lagunera, para hablar de los cuatro fichajes laguneros que, por lo visto en redes sociales, no tienen nada ilusionada a la hinchada lagunera. Gerardo Alcoba, Jefferson Cuero, José Juan Vázquez y Jesús Isijara son nombres que ilusionan, si hablamos del 2015. Los cuatro nuevos integrantes vienen bajando su valor considerablemente, y haberlos tenido hace un par de años hubiera alimentado las esperanzas de los fanáticos.
Personalmente me quedan muchísimas dudas. ¿Por qué no se invierte en refuerzos? La respuesta natural es que no hay dinero, sin embargo Irarragorri no ha dejado de mostrar su malestar cada que tiene un micrófono enfrente y se le cuestiona respecto a ese tema, alega que ese no es el punto y pide que se deje de hablar de ello. Entonces, si hay dinero, ¿por qué no se realizan fichajes con un poco de mayor calidad? Vaya, hay tipos relegados como Ismael Sosa, Matías Alustiza o hasta un Darwin Quintero, que no es nada querido en Coapa, que podrían funcionar y alimentar la ilusión de los fanáticos… Hazlo hasta por negocio Alejandro, vendes más abonos chiquitos.
Este año, (a excepción del partido contra América, donde Santos fue visitante), la asistencia, sin importar el rival, fue cayendo conforme avanzaba el torneo. Desde agotar la zona poniente, la más barata del estadio, hasta partidos de 11 mil personas. El Corona este otoño fue una congeladora, y lo que se viene para enero. Los santistas hoy en día se caracterizan por ir al estadio “dependiendo del rival” y el panorama no luce prometedor a menos que el equipo empiece a acumular victorias. Lobos, Monarcas, Xolos, León y Querétaro prometen para que el estadio tenga menos de la mitad si el equipo no responde. Son cinco partidos y más de la mitad de los partidos en casa.
Finalizo externando mi apoyo a los nuevos integrantes de la escuadra albiverde, los números avalan lo dicho anteriormente sin embargo la afición y las ganas de revancha han logrado que algunos futbolistas se enganchen con este bello club, que hace muchas cosas correctas, pues es ejemplo en cuanto a valores y atención. Sin embargo en los años recientes ha fallado en uno de los departamentos que más motiva a la afición, el de la inteligencia. No lo jueguen a la suerte y mucho menos jueguen con la afición. Hoy más que nunca he notado que si es posible el alejamiento, urge identidad y conexión. Es necesario que los jugadores anoten, y hoy más que nunca háganlo por la gente, ya ni por el marcador, sino por los que pagan boleto, aún confían y quieren festejar con el jugador, con su compañero santista con cerveza en mano y por las nuevas generaciones.
¡Con todo por la sexta, que ya nos alcanzaron!
