Por El Hincha
La temporada ha terminado para Club Santos Laguna, sin embargo la directiva encabezada por Alejandro Irarragorri tiene más trabajo que nunca, y es que el resultado del último torneo no tiene otro calificativo que desastroso. No ganar ni un solo partido de local en la temporada y despachar a dos entrenadores son motivos suficientes para que los altos mandos del club se alarmen por una situación que, si bien hoy no es trágica, el próximo año puede serlo.
Esta semana el cuadro lagunero ha anunciado su lista de transferibles y destaca que dos jugadores que normalmente participan, de relevo o titulares, están en la lista. Jesús Alonso Escoboza y Sergio Ceballos fueron regulares en el esquema de Caixinha (no tanto en el de Ayestarán), sin embargo hoy el departamento de inteligencia deportiva no los considera necesarios para el club. La lista la completan Luis Lozoya, Mauro Cejas y Carlos Orrantia, éste último con nula oportunidad de mostrarse en el primer equipo.
Dejando un poco de lado las especulaciones baratas y los rumores sin sentido típicos de esta época del año, me abocaré, desde mi particular punto de vista, en explicar cuáles son las necesidades de los Guerreros con miras al 2016:
– No se requiere ser un gran conocedor de futbol para reconocer que los años productivos de Matías Vuoso están por terminar, si no es que ya han terminado, sin embargo un tipo como el argentino naturalizado mexicano es exactamente lo que necesita el club. No necesitan las piernas de Matías, necesitan el corazón, la garra y el empuje. Santos requiere de más toros y menos chuletas, las cosas como son. El club actual carece de ídolos y tipos comprometidos con la camiseta, por supuesto que el futbol y el talento es necesario, pero es duro caminar por las calles de Torreón y ver a gente con su playera verdiblanca sin número en la espalda, y claro, es porque aman al equipo y sus colores, pero en la cancha nadie conecta y apasiona. Santos necesita llenar ese hueco tremendo de identidad, que vuelvan las épocas del 30, 58 y 10.
– Futbolísticamente, Santos tiene al equipo más joven de la liga y eso es igual a tener a un joven en sus 18: impredecible, volátil y peligroso. Un partido puedes correr, otro no, un torneo quedas campeón y otro eres el peor, así es este Santos. La euforia del campeonato provocó que muchos aficionados volvieran a la Casa del Dolor Ajeno, de modo que el torneo de Apertura registró muy buenas entradas a pesar del horripilante desempeño. Hoy la directiva necesita hacer una temporada muerta muy inteligente, la afición ha hecho su parte, así que los aliento a más que pensar en el talento de un diez y la contundencia de un nueve, busquen a las “Hachitas”, a los “Chatos” y ¿por qué no? a los “Toros”.
