Por Kuiny Ramírez
Más allá de vitorear un liderato o “súperlíder”, como le llaman a la posición que ocupa Santos Laguna en el actual torneo del balompié mexicano, me llama poderosamente la atención el juego que se viene para el próximo domingo en contra de los Rayados de Monterrey.
No es que no me emocione con el paso del equipo en estas 10 jornadas, han sabido conseguir puntos que en otros torneos no lograba. Sin embargo aún faltan varias jornadas y el juego en cuestión me llama mucho la atención, dentro y fuera de la cancha.
Es muy sabida la rivalidad que prevalece entre estos dos equipos norteños, y no solo se vive en la cancha sino en la grada. El resultado es de suma importancia, no solo son 3 puntos, es el orgullo propio, el regionalismo y, claro está, la carrilla de toda la semana. Es por ello que en este juego se librarán dos batallas.
La primera es en la cancha, en donde nuestro equipo, los Guerreros del Santos Laguna, líderes del torneo y con el jugador que más goles mete en la liga, se enfrenta al subcampeón del torneo pasado, los Rayados de Monterrey, un equipo peligroso, de nómina elevada, que seguramente querrá dar un golpe doble, sumar puntos y anímicamente tomar fuerzas de vencer al líder y acérrimo rival.
La segunda batalla se librará en la grada. No es un secreto a voces que las porras de cualquier equipo de Nuevo León no son bien recibidas en el TSM, ellos no vienen solo con la intención de apoyar a su equipo, les gusta provocar, desquiciar en la tribuna… En pocas palabras, crear problemas al estadio rival.
Esta segunda batalla la tenemos que ganar nosotros como afición, apoyando al equipo, no cayendo en provocaciones. No hay nada que le duela más a un rival que perder, nada le puede más a la porra rival que ser ignorada, minimizada. Esta batalla es con gritos, con cánticos, con la garganta, no entraré en detalles de si debe haber o no boletos para las porras de los equipos visitantes, sé que hay Guerreros que viajan cada 15 días, prueba de ellos son los videos de laguneros en Aguascalientes. Así como exigimos respeto hay que darlo, pero eso no está peleado con apoyar a morir.
Así sean uno o diez camiones de porras visitantes en nuestro estadio, jamás podrán cantar más que nosotros, jamás se verán más playeras de ellos que las “albiverdes”. Eso depende de nosotros, no de los jugadores, no de la directiva… Esta batalla es personal, es tuya y mía, de quien está a tu lado en la grada.
Hace dos o tres torneos, cuando las cosas no iban como en al día de hoy, me preguntaron qué tipo de afición somos y mi respuesta en aquel entonces y al día de hoy es sencilla: “Ve al estadio, apoya, grita, presiona desde la grada, celebra con la persona que esté a lado, sea quien sea… Cuando hagas eso, sabrás quiénes somos”.
Hay gente que me saluda y saludo en la calle, en oficinas, en el estadio. Sin llegar a ser mal educado, no conozco sus nombres ni ellos el mío, lo único que sé es que le van al Santos. Los veo cada 15 días en su lugar, en la fila para entrar, al pasar por las escaleras, no nos damos la mano ni platicamos de cómo estuvo la semana, solo “asentimos” con un movimiento de cabeza que nos vimos, que nos reconocemos como tal, GUERREROS, sabemos quiénes somos…
A toda esa gente que siente los colores, a todos esos que sin conocernos somos parte de una legión albiverde, se les convoca este domingo porque hay juego, y también nosotros tenemos una batalla que librar.
#NosVemosEnElCorona
