De lo que se están perdiendo si no van al Estadio Corona cada quince días, ¡espectáculo, diversión y muchísimo ambiente! No sé si es porque Santos es campeón o qué pero la afición lagunera ha logrado hacer click con su equipo… Otra vez.
De todos los hinchas de Santos es bien conocido que el club ha buscado, a partir de la generación de su súper complejo, crear experiencias para quien asiste a ver al club local. Y es que no solamente se trata de ir a ver un partido de fútbol sino que la diversión está garantizada para cualquier persona, futbolera o no. Café, áreas para echar trago, música, restaurantes y hasta capilla, de todo encontramos en la anteriormente llamada Casa del Dolor Ajeno.
Si bien encontraré muchos críticos a esta columna, y la mayoría de ellos vendrá encaminada al tema del billete, me mantendré firme en mi postura: el TSM lo vale. Con conocimiento de causa puedo decirles que el precio de la cerveza es prácticamente el mismo en casi todos los estadios del país; con precios que oscilan entre los 80 y 100 pesos, la bebida refrescante con alcohol y acompañante fiel de muchos fanáticos ha elevado sus precios considerablemente en casi todos los estadios de fútbol alrededor el mundo. La comida, el café y demás comestibles que puedas llegar a comprar en el estadio tienen un precio que si bien quizá es alto para muchos, te ofrece muy buena calidad.
El domingo fui, como cada partido de local, a ver al Santos, y quedé maravillado por el ambiente que se vivió, y lo mejor es que esto se viene viendo desde hace ya un buen tiempo. Santos es el mejor equipo de local del último año y eso no es coincidencia. Los Guerreros han perdido solamente un partido entre los torneos de Clausura y Apertura y hoy, más que nunca, estoy seguro que seguirán por esta senda. Y es que si de por sí ya es difícil jugarle a este Santos, hoy en casa es prácticamente imposible ganarle. Con la afición conectada, gritando, emocionándose y con muchísimas ganas de ir a sentarse en sus butacas, el recinto albiverde se ha convertido en una aduana donde el equipo local saca los partidos con pulmón, coraje y entrega.
Prueba de todo lo dicho con anterioridad es que los nuevos refuerzos han mostrado su beneplácito con el ambiente que se ha vivido tarde tras tarde en el estadio. Por supuesto que el andar del equipo ilusiona, y mucho, pero lo que está generando la hinchada, que alienta más que nunca, es monumental.
Se habla de los Tigres y sus incomparables, de la máquina en el Azteca y hasta del Atlas y su fiel afición, antes de hablar de los Guerreros. Siempre lo he dicho, no importa que no nos hagan caso a nivel nacional, vale un comino si nos consideran favoritos, pero lo que no se puede menospreciar más es a la fiel hinchada de Santos, una afición que ha reconectado, que si bien perdió algo de esencia con el cambio de estadio, hoy se ha adaptado al nuevo mundo, el equipo ha empezado a ser protagonista y los rivales han vuelto a sentir incomodidad en sus visitas.
Cuidado amigos, el Santos de hoy es más fuerte que el campeón, tiene mejor plantel, mayor número de abonados y más empuje que antes.
