El santismo, el sentimiento lagunero por el futbol. Santos es el equipo con mejor promedio de logros sobre tiempo de existencia. La afición lagunera a mí me encanta aunque tenga sus bemoles, principalmente porque es exigente, en su mayoría de ninguna manera es borregada, es una afición que cuestiona, acompaña pero está bien acostumbrada a ganar.
La afición santista ha pasado de todo y siempre ha terminado unida con su equipo. Hoy vive otra vez una situación complicada. Nada tiene que ver la situación actual con aquellas como pelear el descenso con un plantel pobre como en el inicio de su historia en primera o coquetear con la desaparición después de que Carlos Ahumada emprendió la huida. No, esto es nuevo, la hinchada guerrera hoy está probando lo que es compartir dueño, ser hermano mayor, compartir patrimonio.
Esta nueva situación tiene a la mayoría de aficionadas y aficionados sacados de onda, destanteadas, destanteados, con mucho temor a lo que viene. Dicen que crecer duele pero también da miedo, las señales que se mandan con las salidas y llegadas de jugadores a muy poca gente deja conforme. Mientras en Santos se arma un equipo a gusto del nuevo entrenador, en Atlas el nuevo hermano parecen llegar jugadores con mayor nivel y nombre. ¿Qué viene?
Dice el Licenciado Alejandro Irarragorri que quiere a Santos y a Atlas como un padre a sus hijos, que no tiene preferencia y yo le creo, trato de entender que cada equipo se manejará distinto porque simplemente son distintos aunque la exigencia sea la misma. Entiendo que tanto guerreros como rojinegros buscarán con sus medios el campeonato y lo principal: estoy completamente seguro de que ningún dueño con varias empresas busque debilitar a una para favorecer a la otra, los grandes empresarios no se dan balazos en los pies.
Llamo a la afición santista a estar ahí como siempre lo ha hecho, que renueve votos, que tenga confianza, que simplemente vuelva a ser santista, no porque haya dejado de serlo sino porque tiene que seguir queriendo a este Santos institucionalmente empoderado, con hermanos y cada vez creciendo más.