Las ciudades mexicanas tienen cada vez más problemas de seguridad vial derivados del aumento del parque vehicular y la falta de infraestructura adecuada para atender a esta creciente demanda. Las estadísticas de choques y accidentes fatales aumentan cada día.
Ahora consumimos más tiempo en transportarnos de la casa a la escuela o al trabajo, los congestionamientos vehiculares son cada vez más continuos y desesperantes, las autoridades colocan semáforos en cada intersección como única solución a la administración de los flujos viales, sin embargo, esto hace discontinua la circulación vehicular y vuelve cada vez más lento el traslado de los usuarios en la red vial.
El semáforo se inventó en Inglaterra a finales del siglo XIX, mientras que las glorietas fueron ideadas por los franceses a inicios del siglo XX. El propósito de ambos es similar: administrar las corrientes de tráfico en cruceros conflictivos, pero sus diferencias son grandes en los resultados finales. Se utilizó por primera vez en 1868 para controlar la circulación de trenes en Inglaterra, después en San Francisco, California, en 1917, fue aplicado como mecanismo para administrar el flujo de vehículos en los puertos de la bahía y se generalizó en Estados Unidos luego de la segunda guerra mundial.
La característica fundamental del semáforo es en verdad rudimentaria: corta totalmente el flujo vehicular de una arteria y lo permite en la otra. En términos de administración de flujos es poco eficiente, pues provoca un alto total de automóviles aún y cuando los flujos sean menores. Los ecologistas han evidenciado la ineficiencia de los semáforos basados en que propician un consumo de hidrocarburos en largos tiempos de espera, lo cual se acreciente en los cruceros de mayor conflicto. En México tenemos gran influencia por las técnicas y soluciones viales de EU, el resultado usted lo ve en nuestras calles: largas esperas y conflicto vial en muchos cruceros de las ciudades.
Por su parte, la glorieta apareció en 1904 en París, en el gran arco del triunfo, un gran círculo en la intersección de cinco calles confluyentes. En 1925 Inglaterra puso las reglas para acceder y dar prioridad de paso al usuario que se encuentra en el giro y para 1992 la geometría de ingreso a la glorieta fue modificada a diagonal, eficientando el tiempo de salida del vehículo que se encuentra en el interior, y finalmente en 1994 los Australianos ajustaron los brazos de llegada a la glorieta para ofrecer mayor seguridad de cruce a los peatones y ciclistas, y asimismo desarrollan el mejor software para su diseño.
Estas mejoras en el diseño de la glorieta tradicional han reducido los accidentes viales a gran escala, gestionan de mejor manera los crecientes volúmenes del tráfico y contribuyen a disminuir la contaminación, convirtiéndose en la herramienta urbana por excelencia para distribuir el flujo de tráfico en Europa, EU, Canadá y muchos países Asiáticos. En Francia hay más de siete mil esquinas resueltas con esta solución, más de cinco mil 600 en Inglaterra y cerca de cuatro mil en Norteamérica.
En nuestro país no hemos usado esta innovación, nuestras ciudades tienen cada vez más semáforos y el flujo vehicular es más lento. Las glorietas de última generación están cambiando la imagen de las urbes alrededor del mundo. Existen asociaciones y congresos que las impulsan en beneficio de sus ciudadanos, por ello México debe aplicarlas para mejorar su movilidad mediante inversiones que contribuyan a un entorno verde y reduzcan el tiempo de transporte.