Por: Ing. José Ruiloba Madero
Director General del Centro de Rehabilitación e Inclusión Infantil Occidente
ruiloba@teleton-occ.org.mx
Hace tiempo leí en algún lugar, que un maestro impartía cátedra a sus alumnos, haciéndoles reflexionar sobre lo afortunados que eran, al ser como eran, pero que no se daban cuenta.
Sugería el maestro a sus alumnos que cada uno escribiera en una hoja de papel las cosas por las que podría estar agradecido cada día. Comentaba que, al cabo de una semana, los alumnos le trajeron sus respuestas con cosas muy interesantes y conmovedoras, comentando casos como: agradecidos por su familia, por sus amigos, por su educación, por su salud, etc., pero que hubo un alumno en especial que llegó prácticamente con un cuaderno lleno.
Este joven narraba lo que iba haciendo durante el día y de todo lo que podría agradecer. Escribió: agradezco por haber despertado a otro día, y se levantó de la cama y dijo: agradezco porque tengo pies para caminar, agradezco que tengo una cama dónde dormir, y llegó después al baño y dijo: agradezco porque hay agua y, además, caliente en mi regadera, agradezco porque tengo una casa dónde resguardarme del frío, agradezco que tengo una madre que se preocupa por mí y me preparó un desayuno y porque puedo tener un desayuno, agradezco porque tengo la oportunidad de ir a la escuela, agradezco que tengo dinero para el camión y así con cada una de las cosas que lo confortaban y de la acciones que fue desarrollando durante cada día de la semana.
Reflexionando sobre el tema, llegamos a la conclusión de que, por donde quiera que lo veamos, tenemos mucho que agradecer a la vida y que la mayoría de las veces damos por sentado que las cosas las merecemos y que ahí están y estarán para cuando las necesitemos.
“Nadie es tan pobre que no tenga algo que dar, ni nadie es tan rico que no tenga algo que recibir”.
En México la cultura de donación de recursos o de trabajo voluntario es prácticamente incipiente y se comienza apenas a hablar de empresas socialmente responsables.
Debemos fomentar una consciencia social y un compromiso con las causas que se dedican a ayudar a los más necesitados.
En Jalisco hay una gran cantidad de fundaciones y asociaciones que se dedican a apoyar las diversas necesidades de nuestros hermanos con carencias y que sufren por la necesidad de recursos para poder ofrecerles apoyo.
Es importante involucrarse, para conocer de cerca estas instituciones, ver su trabajo, evaluar sus resultados, vencer los prejuicios de credibilidad y participar de forma activa con ellas.
“Ven, conoce y decide”, es una campaña permanente que hemos implementado en Teletón con mucho éxito. Te invito a que lo implementes en tu vida.
