Obedeciendo al pensamiento de que la arquitectura tiene un poder transformador único, los arquitectos Andrea Carolina Romero y Fernando Sariñana han creado su manifiesto arquitectónico en la región.
La fascinación por las formas y estructuras, que en algún momento de su preparación académica los maravillaron, ahora está latente en cientos de sus proyectos.
FAACR Arquitectos cree que el acompañamiento es clave en cada proyecto.
A lo largo de su historia se han enfocado en perfeccionar el arte de entender a sus clientes, para así poder crear y materializar su espacio único.
Esto es lo que nos comparten acerca de su labor, dedicada desde hace años a la búsqueda constante de la felicidad para quienes habitan sus espacios.
ESPACIOS QUE VIVEN
Una obra emblemática tiene el poder de detener miradas, de entender su espacio, de mezclarse y de plantearse un juego con el aire y la luz que tal vez imperaban libremente ahí; tiene el poder de respirar al mismo ritmo que sus habitantes.
Las obras de la arquitecta Andrea Carolina Romero y el arquitecto Fernando Sariñana hablan por sí solas de esto.
Basta con dar un recorrido a las imágenes de sus proyectos en sus redes sociales, para reconocer estos espacios que se sienten vivos.
“La arquitectura tiene el poder de transformar la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos, y poder ser parte de ese proceso es algo que nos llena de entusiasmo”, mencionan los fundadores del despacho en entrevista.
En su labor diaria, también destaca la unión de todos los elementos para lograr su cometido.
“La oportunidad de trabajar con diferentes elementos como la luz, el espacio, los materiales y la función, para crear una obra estéticamente hermosa y funcional, es un desafío creativo que nos motiva constantemente a superarnos”, comentan los arquitectos.
LA MARCA FAACR
Andrea Carolina Romero y Fernando Sariñana han sabido fusionar la innovación, la sustentabilidad y los contextos específicos de cada comunidad con sus enfoques creativos particulares.
Fue una primera apuesta la que los llevó a ahora ser FAACR Arquitectos; una unión de alto valor en la arquitectura local.
“Nos gustaría que cada obra sea reconocida por su capacidad para mejorar la calidad de vida de las personas, su integración armoniosa con el entorno y su contribución al desarrollo cultural y social de la región”, manifiestan ambos arquitectos.
De igual forma, se encuentran comprometidos con la excelencia arquitectónica y la responsabilidad ambiental que incorporan en cada una de sus construcciones.
PATRIMONIO PARA SER FELIZ
“Nuestro objetivo es crear espacios únicos, contemporáneos; diseños auténticos que se materialicen y perduren en el tiempo, logrando que quienes los habiten sean felices”, declaran Romero y Sariñana.
Para lograrlo este cometido, la arquitecta Andrea Carolina Romero se ha ido enfocando en el interiorismo, un área que le apasiona.
Y tras trabajar en otros despachos reconocidos a nivel nacional, ahora su meta está en compartir sus conocimientos para llegar junto a su equipo a mejores resultados.
Por su parte, Fernando Sariñana ha ido más allá de la función, creando obras que evocan al arte que yace en los procesos.
Ambos saben la responsabilidad que implica el convertir la inversión de un cliente en espacio que ha deseado, pero su sincronía ha logrado tomar lienzos y deconstruirlos.
Esto se puede ver en la región y se han planteado expandirlo al interior de la República Mexicana en los próximos años.
“Nuestro objetivo es crear espacios únicos, contemporáneos; diseños auténticos que se materialicen y perduren en el tiempo, logrando que quienes los habiten sean felices”
Andrea Carolina Romero & Fernando Sariñana
Arquitectos fundadores de FAACR Arquitectos
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