No te pierdas la columna más reciente de Rita Fishburn. Como parte de mi discurso que leí para los graduados de la Universidad Carolina generación 2024; me permití profundizar en los retos que sobrellevaron los alumnos desde el comienzo de sus carreras, en 2020. Comparto el texto original esperando generar reflexión en estudiantes y padres de familia:
Tú eres parte de una generación resiliente, por todos los cambios que has vivido desde 2020. Probablemente no pudiste tener una ceremonia de graduación de secundaria, tuviste que tener las clases en línea, y luego, salir del aislamiento y regresar a la escuela, usando mascarillas, gel antibacterial y con miedo al contacto con otros.
También te ha tocado ser testigo de noticias violentas de guerras en Ucrania y en el Medio Oriente, de desastres ecológicos y experimentar la división entre personas por estatus educativo, socio-económico y por sus creencias políticas.
En estos últimos años, el mundo se ha influenciado mucho por mensajes en los medios y redes sociales, como Tiktok, sin revisar los hechos, los datos reales, dañando la credibilidad de personas honestas, creyendo en los fake news y me desconcierta el morbo actual de ver videos de personas en desgracias, sin tener empatía por la persona que la está pasando mal.
Menciono todo esto, pues me preocupa y me ocupo al hablar sobre esto buscando que haya un cambio. Mi mamá, Rosemary Carolyn, me dijo estas palabras sabias, “no te quejes, busca qué puedes hacer para cambiarlo, cada actitud y acto, por más pequeño, importa, y logra un cambio”.
Considera cómo puedes, con pequeños y grandes esfuerzos, ser esa voz de la compasión, la comprensión y la unidad; cómo puedes ser una fuerza democrática para la discusión, el debate civil, para la unidad en un mundo que a veces parece que sólo quiere dividirse e incluso desintegrarse.
Yo veo esta vida, como una universidad. Sí son importantes las materias y lo que aprendes de ciencia y de humanidades para tener éxito en tu carrera, pero lo más importante, es saber escuchar realmente, amarte y amar a los demás.
Es fácil hacerlo con las personas que quieres, que piensan igual que tú, pero el reto es escuchar con el corazón a los que piensan diferente, ver las cosas desde su punto de vista, para comprenderlos, y aprender también de ellos, creyendo en que cada uno tenemos esa chispa divina dentro.
Mientras sigas estudiando en la universidad de la vida, no te preguntes: ¿cómo me beneficio yo? ¿Qué voy a sacar de esto? Más bien, pregúntate ¿qué puedo hacer para hacer de este mundo un mejor lugar? Aprende de los errores de nosotros, las generaciones anteriores, estudia nuestra historia, así lograrás que tu generación tenga un mundo más compasivo, más equitativo, y sustentable.
Nuestro mundo se está quemando, literalmente, por el cambio climático y la falta de valores y tu generación, ¡es la fuerza del agua que puede apagarlo!
La “materia” más difícil, y la que seguiremos perfeccionando a través de la universidad de la vida, es la de “Desarrollo Humano”. Pon atención en cómo te relacionas con los demás.
Sé congruente, que tus pensamientos, tus palabras, tus sentimientos y tus acciones sean positivas, así serás una persona íntegra y feliz y recuerda siempre agradecerles a tus seres queridos que hicieron posible este día, tus retos y tus logros, tus decepciones y tus alegrías. Agradece todo pues te ha hecho quién eres y eso, ¡vale mucho!
