Escrito por Dr. Javier Castañeda Ibarra
Al recibir el tema central de esta edición, vino a mi cabeza esta canción de los 80 que titulaba el segundo álbum del desaparecido grupo Fandango. Hablar de los 80 resulta fácil para quienes nacimos en los 70. Son muchos los recuerdos de esos años mozos. Pocas eran las marcas de autos que se comercializaban en nuestro país, la moda venía de Europa con unos meses de retraso, y nacía un movimiento de rock mexicano, argentino y español que llevaba por nombre “Rock en tu idioma”.
En aquella época no existían los teléfonos celulares, el internet era todavía un proyecto, viajar por el mundo y por el propio país implicaba un profundo acto de fe en quienes recomendaban los destinos (normalmente amigos y agencias de viajes), y pocos eran los recintos de negocios especializados en atender grupos y convenciones. Pero aún así, fuimos y somos muy felices.
35 años después, tenemos en México más de 50 marcas de autos, las boutiques de moda ofrecen los mismos productos que se exhiben en París, Milán y Nueva York; se tiene acceso a todos los géneros de música que existen a nivel mundial; desaparecen los teléfonos fijos y cada día se incrementa el número de usuarios de telefonía celular. Se ha agregado a la base de la pirámide de necesidades de Maslow, el wifi, el internet y la batería; viajar por el mundo resulta sencillo con aplicaciones (apps) accesibles y amigables en las que se pueden conseguir excelentes tarifas en los mejores lugares y en lo que respecta al turismo de negocios, existen una gran cantidad de recintos feriales y salones de exposición que han convertido a nuestras ciudades en auténticas metrópolis cosmopolitas.
Es innegable que hemos tenido un amplio desarrollo, las ciudades crecen horizontal y verticalmente, los servicios y las opciones gastronómicas se incrementan y con ellos un amplio crecimiento del sector hotelero e inmobiliario. Pero ante tal desarrollo surgen algunas asignaturas pendientes que favorezcan la democratización de esos servicios y las oportunidades para todos los ciudadanos.
Se avecinan unas elecciones estratégicas para la historia del país. Estamos en un momento crucial que podría resultar todo un “fandango” si no cerramos filas y buscamos como sociedad atender los grandes temas entre los que se enlistan: la educación, la construcción de honestidad, el desarrollo de infraestructura, el fortalecimiento de nuestras instituciones y la instauración de un auténtico Estado de Derecho.
Resulta imperativo el conseguir mayor igualdad, un incremento de la clase media, un mayor número de autos (pero autos de formal prisión para quienes cometen delitos y ponen en riesgo nuestra seguridad), un incremento en el consumo de la moda (pero en la moda de los buenos modales que nos permitan convivir en sociedad y en fraternidad) y, por supuesto, un incremento del rock & roll (pero del progresivo) para tomarnos en serio lo verdaderamente importante de la vida y dar notas de felicidad como objetivo común para todos quienes habitamos en este planeta.