La competencia no es por el primero, sino por el segundo lugar. Con más de 10 puntos de ventaja en promedio, el candidato de Morena se mantiene arriba en intención del voto. Al cierre de las precampañas, y habiendo transcurrido el primer tercio de la contienda, está claro que el rival a vencer se llama Andrés Manuel López Obrador. ¿Por qué es importante el segundo lugar? Porque lo más probable es que la elección termine siendo entre dos candidatos. No entre tres.
Hay dos vectores que determinarán la elección presidencial de este año: el antipriísmo y el antilopezobradorismo. La interacción entre ambos vectores será lo que defina el resultado: por un lado, qué tanto crece el rechazo al PRI y quién lo capitaliza; y, por el otro, qué tanto disminuye la animadversión a López Obrador.
El rechazo al PRI sigue creciendo en el país al tenor de los escándalos de corrupción y la pésima valoración del presidente, Enrique Peña Nieto. Para el aspirante tricolor, la precampaña le permitió darse a conocer, pues era prácticamente un desconocido, y afianzarse al interior de su partido. Sin embargo, por más que José Antonio Meade se ha presentado como un candidato sin militancia no ha logrado sacudirse al PRI. La marca se ha convertido en un lastre.
Por su parte, López Obrador logró consolidar la percepción de ganador y quitarle cierta carga ideológica a su campaña. No obstante, su pragmatismo lo ha llevado a alianzas impresentables. Morena se ha convertido en una marca ganadora, aunque el lopezobradorismo sigue siendo el factor de arrastre porque se ha vuelto la figura que representa la alternativa al status quo. Aunque los negativos de López Obrador aún son altos está logrando capitalizar el descontento social.
En el caso de Ricardo Anaya, logró colocarse en un apretado segundo lugar, pero ha tenido que hacer trabajo interno y control de daños para cohesionar la coalición que lo postula. El candidato del PAN ha intentado posicionar la idea de que el PRI ya está fuera de la contienda, pero las encuestas dicen lo contrario.
En suma, a López Obrador no le conviene que la contienda sea entre dos, pues sabe que si el antilopezobradorismo es superior al apoyo que tiene puede producirse el voto útil por el segundo lugar. Por el contrario, a Meade y Anaya les conviene que la contienda sea entre dos, pues saben que el tercer lugar puede desfondarse. La lucha por el segundo lugar marcará lo que queda de la campaña, ya que es la única posibilidad que tienen Anaya y Meade de lograr que no gane “ya sabes quién”.