Los millennials son todos aquellos hombres y mujeres que nacieron entre 1980 y el año 2000. Son todas aquellas personas que tuvieron que adaptarse rápidamente a los cambios: entre el VHS y el Blu-Ray o entre el teléfono de casa y los más recientes teléfonos celulares.
Son esa generación de la que tanto se ha hablado en los últimos años. La generación de las decisiones. La generación que dicen, marcará el rumbo de nuestro país.
Según el último censo del INEGI, la población millennial en México es de aproximadamente 30 millones de personas, es decir, una cuarta parte del total de la población nacional.
Para las elecciones presidenciales del primero de julio del presente año, la generación millennial jugará un rol fundamental. La pregunta es, ¿podrán los candidatos convencer a los votantes jóvenes y llevarlos a las urnas? También, ¿serán los millennials partícipes del cambio, o, por el contrario, buscarán darle continuidad al proyecto actual?
Analistas políticos hablan de que el proceso electoral 2018 puede verse afectado por una baja participación, debido a la gran desesperanza social, a las estrategias de confrontación de los partidos políticos y al clima de inseguridad que se vive en el país. Sin embargo, los millennials han mostrado un gran interés en lo político y han llevado al debate temas de los que antes no se hablaba.
Así, quien aspire a ser Presidente o Presidenta de México, deberá convencer a una gran masa de votantes, que hoy más allá de pedir promesas, exigen soluciones y oportunidades.
El primer paso para cualquier candidato sería conocerlos. Y por conocerlos me refiero a hacer un verdadero intento por comprender cuáles son sus problemas y sus aspiraciones, dejando de lado esos falsos clichés sobre irresponsabilidad y apatía.
El segundo paso sería entender cuáles son sus espacios de comunicación y su dinámica de interacciones. En la actualidad está de moda decir que para ganarse a los jóvenes es necesario que las campañas políticas se lleven a las redes sociales. Lamentablemente para todos los políticos que creen en ello, el tema es mucho más complejo.
No basta con poner imágenes y largos comentarios. No basta con hacer promesas y publicar spots estilo Hollywood. El político que hoy quiera convencer a los millennials deberá de ser breve, directo y sobre todo real. Deberá mostrar una cara humana, que demuestre autenticidad y que genere confianza.
El tercer paso, y quizás el más complicado para los políticos tradicionales, es el de abrirles espacios para la participación. El votante millennial tiene mucho que decir. El votante millennial quiere ser escuchado y quiere ser un agente activo en la formación del nuevo proyecto nacional. Por eso, es necesario que los partidos políticos y sus candidatos muestren apertura ante las expresiones juveniles, entiendan la relevancia de su inclusión e incluyan sus inquietudes dentro de la agenda política.
Sin duda alguna la elección presidencial del primero de julio será una de las más interesantes en la historia moderna de nuestro país. Será un gran reto para los candidatos romper con el esquema de la vieja política, para transitar a nuevas prácticas que fortalezcan a nuestra democracia. Con políticas más cercanas al ciudadano y con una clara visión de servicio.
Para los millennials, será una oportunidad para cambiar el rumbo del país. Será una oportunidad para hacerse escuchar y hacerle entender a los políticos su descontento con la política tradicional. Ya lo han hecho. Lo están haciendo en estos momentos.
¿Qué pasará? Sólo el tiempo lo dirá…
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