De cara al Mundial de Futbol 2026 (que tendrá a México como uno de los países sede), la conversación sobre infraestructura y conectividad aérea se intensifica en el norte del país. En este contexto, el Aeropuerto Internacional de Saltillo comienza a perfilarse como una pieza clave en el equilibrio logístico de la región, particularmente como un alivio operativo para el Aeropuerto Internacional de Monterrey, uno de los más transitados del país.
Más allá del evento deportivo, el crecimiento y reposicionamiento de la terminal aérea de la capital de Coahuila responde a una lógica de negocios, movilidad ejecutiva y planeación regional de largo plazo.
Aeropuerto Internacional de Saltillo: Un soporte estratégico para Monterrey
De acuerdo con Sergio Reséndez, director de Colliers México, el Aeropuerto Internacional de Saltillo ya cumple una función concreta en la desconcentración del tráfico aéreo del Aeropuerto Internacional de Monterrey. Actualmente, cerca de 18% de los pasajeros de negocios que llegan a la región lo hacen vía Saltillo, particularmente a través del vuelo Ciudad de México–Saltillo.
Este fenómeno se explica por la cercanía con el corredor industrial Monterrey–Ramos Arizpe, donde se concentra una parte relevante de la actividad manufacturera, automotriz y de inversión extranjera. Para ejecutivos y directivos, volar a Saltillo representa una alternativa más eficiente en tiempos y traslados.
La movilidad de negocios como motor del crecimiento
A diferencia de otros aeropuertos regionales, el de Saltillo ha encontrado su fortaleza en el viajero corporativo, un perfil que privilegia conectividad, agilidad y cercanía con zonas industriales, según el director de Colliers México. Parte de este posicionamiento responde a la inversión conjunta entre iniciativa privada y el Gobierno de Coahuila, con el objetivo de convertir la terminal en un hub complementario al de Monterrey.
El hecho de que el aeropuerto sea operado por el gobierno estatal ha permitido mayor agilidad en la toma de decisiones, facilitando inversiones, ajustes operativos y una visión de crecimiento alineada con el desarrollo económico de la región.
Mundial 2026: Un catalizador, no el único objetivo
Aunque el Mundial 2026 será un evento que incrementará la demanda aérea en el norte del país, el papel del Aeropuerto de Saltillo va más allá del corto plazo. La expectativa es que, conforme se acerque el torneo, más pasajeros opten por esta terminal para evitar la saturación de Monterrey, especialmente quienes se desplazan desde el sur del área metropolitana regiomontana.
Este escenario se fortalecería con la apertura de nuevas rutas nacionales, como Guadalajara o Cancún, que ampliarían la base de usuarios y consolidarían al aeropuerto como una opción real y competitiva.
Conectividad regional y proyectos de largo plazo
El crecimiento del Aeropuerto Internacional de Saltillo se inserta en una estrategia más amplia de conectividad regional. Proyectos como el Tren del Norte refuerzan la visión de convertir al eje Monterrey–Saltillo–Ramos Arizpe en un nodo logístico integral, donde transporte aéreo, ferroviario y carretero trabajen de forma complementaria.
Además, aerolíneas como Viva han mostrado un desempeño sólido en el mercado doméstico, con incrementos en su tráfico de pasajeros y factores de ocupación superiores al 85%, lo que abre la puerta a una mayor oferta de vuelos desde ciudades secundarias con alto potencial.
El futuro del Aeropuerto Internacional de Saltillo en el mapa nacional
Todo apunta a que el Aeropuerto Internacional de Saltillo dejará de ser visto únicamente como una terminal local para convertirse en un activo estratégico del norte de México. Su rol durante el Mundial 2026 será relevante, pero su verdadero valor está en el mediano y largo plazo: facilitar la movilidad de negocios, apoyar el crecimiento industrial y contribuir a una distribución más eficiente del tráfico aéreo en la región.
