Práctico y seguro, para el ingeniero Alejandro Jiménez Algara, presidente de CMIC Laguna, su gestión puede definirse en tres palabras: grandeza, unidad y fuerza. Y desde su llegada al cargo, tal encomienda se ha cumplido con una meta clara.
-¿Qué busca al frente de CMIC Laguna?-, se le pregunta al ingeniero.
Él, sin dudarlo, señala que su objetivo es fortalecer la unidad entre los empresarios del sector, elevar su competitividad y construir una comunidad que, en todo momento, aporte al desarrollo de La Laguna.
“Es un reto, sí, pero es una responsabilidad que yo adquirí y que decidí asumir. Estoy muy contento, me absorbe mucho tiempo, pero lo hago con gusto porque estoy comprometido con la Cámara”, comparte.
La Presidencia de Alejandro Jiménez
La historia del ingeniero Alejandro Jiménez con la CMIC, una Cámara que agrupa a más de 135 empresas del sector constructor de la región, tiene raíces familiares. Su padre fue parte activa del organismo, y esa cercanía impulsó su propio interés por la construcción organizada.
Años más tarde, su compromiso y continuidad lo llevaron a presidir la Cámara, donde asegura que su propósito es sencillo pero firme, y está enfocado en ayudar a los constructores afiliados y simplificarles la vida en los procesos que enfrentan ante autoridades y proyectos.
Así, como presidente de CMIC Laguna, las bases de su estrategia son la unidad del gremio y la capacitación constante, pues considera que estos pilares son fundamentales para el desarrollo económico y social de la región.
“El aporte de la CMIC Laguna es la unión de todos los empresarios del ramo. Tenemos alrededor de 135 empresas afiliadas y queremos llegar a 150. Aquí hay desde grandes empresas hasta pequeñas y medianas, todas con el mismo compromiso de aportar un granito de arena a la ciudad”, afirma.
Los ejes prioritarios
Con Alejandro Jiménez al frente, la capacitación ocupa un lugar prioritario en la CMIC Laguna, donde, a través del Instituto de Capacitación de la Industria de la Construcción (ICIC), la Cámara ofrece programas especializados que actualizan y profesionalizan tanto a empresarios como a empleados.
Entre las nuevas temáticas que se abordan, se incluyen el impulso a la formación en inteligencia artificial, una herramienta que, según Alejandro, “va a revolucionar el mundo” y será clave para modernizar al sector.
En cuanto a la competitividad, el presidente de CMIC Laguna considera que la clave es la unión de los afiliados, pues “tenemos que permanecer unidos como empresarios, constructores y contratistas para que nuestra voz se escuche fuerte”.
Por ello, su gestión se centra en impulsar la colaboración y la visión de cada uno de sus agremiados, señalando que “la fortaleza de la industria se construye con cooperación, no con competencia interna”.
Por otro lado, la innovación y la sustentabilidad también son ejes transversales en la presidencia de Alejandro.
Y es que, en sus palabras, “si no estás innovando, no avanzas”, pero ambos conceptos deben ir de la mano, pues la sustentabilidad “ya no es una opción, sino una exigencia”.
Los retos y oportunidades de Alejandro Jiménez
Respecto a los retos que enfrenta el sector, el ingeniero Alejandro Jiménez reconoce que son numerosos, pero que los visualiza como oportunidades.
Uno de los más importantes, en su punto de vista, es lograr que las empresas laguneras sean consideradas para las obras públicas en todos los niveles de Gobierno y para proyectos de inversión privada foránea.
“Queremos que se nos tome en cuenta en las obras federales, estatales y municipales. Nuestras empresas tienen la capacidad de competir a nivel nacional e incluso internacional”, enfatiza, añadiendo que, para él, el sello distintivo de las constructoras laguneras es su calidad, su compromiso y su invaluable capacidad técnica.
Visión a futuro
A futuro, considera que la construcción seguirá siendo un pilar económico y un generador clave de empleos, ya que la región “está creciendo y hay mucha infraestructura por hacer”.
Por ello, Jiménez Algara proyecta que, con el paso de los años, solo puede venir una CMIC más sólida, más moderna y más unida, centrándose no solo en los nombres, sino en el legado.
En ese tono, asegura que le gustaría que su legado “fuera de honestidad, y que se diga que impulsé y puse en alto el nombre de la CMIC”.
“Aquí no hay intereses personales, lo único que quiero es que a la Cámara le vaya bien”, concluye.
