La Cervecería volvió a llenarse de luces, música y memoria. En el mismo lugar donde en 1890 comenzó la historia cervecera más influyente del país, Heineken México celebró 135 años de operación, el miércoles 26 de noviembre, con un evento que reunió a empresarios, autoridades, colaboradores y socios comerciales.
Más que una fiesta corporativa, la noche funcionó como un repaso del impacto que la compañía ha tenido en la industria, en la economía y en la vida de miles de familias.
Lo que inició como el proyecto de Isaac Garza, Francisco Sada y José Muguerza terminó por convertirse en un motor de desarrollo para sectores como el vidrio, el cartón, la refrigeración y el transporte. Ese impulso fue moldeando el modelo de integración vertical que hoy distingue a la industria cervecera mexicana.
Con el paso del tiempo, la empresa sumó hitos que se volvieron parte del consumo cotidiano: desde la primera lata abre fácil del país hasta la popular Caguama, el six-pack y, más recientemente, el liderazgo en cervezas sin alcohol.
En 2010, su integración a The HEINEKEN Company abrió una nueva etapa. México pasó a convertirse en la operación más grande del grupo a nivel mundial, con siete plantas cerveceras, una maltera, más de 170 centros de distribución y una red de más de 17 mil tiendas Six.
Hoy genera más de 17 mil empleos directos y trabaja con más de 2,700 proveedores nacionales, dentro de una industria que aporta el 1.3% del PIB.
La celebración incluyó una proyección de video mapping sobre la fachada histórica y una cena-maridaje protagonizada por una edición especial de Carta Blanca, elaborada con procesos inspirados en los de hace un siglo.
Proyectan su historia en emblemático edificio
En ese contexto, el CEO Oriol Bonaclocha subrayó el espíritu que ha acompañado a la compañía desde su origen: “La Cervecería es un legado vivo, forjado por generaciones que soñaron más grande que su tiempo. Hoy esa misma alma pionera nos impulsa a seguir transformando y liderando”.
Además de los hitos industriales, la empresa destacó el impacto social que ha construido a lo largo de décadas. Su antiguo modelo de Servicios, Cultura y Formación sentó un precedente en prácticas laborales y abrió camino para que más mujeres ingresaran al sector industrial.
Actualmente mantiene iniciativas como el HEINEKEN Green Challenge —que ha acompañado a más de 12 mil emprendedores— y el programa de becas Liderazgo con Propósito.
La sostenibilidad ocupó un lugar central en la gala. Las plantas de Tecate y Meoqui fueron presentadas como ejemplos de innovación: la primera ya reabastece el 100% del agua contenida en sus productos; la segunda es reconocida como la más eficiente del grupo a nivel global, con un consumo de 1.71 hectolitros por hectolitro.
Ambas forman parte de la estrategia “Brindar un Mundo Mejor”, que impulsa economía circular, reforestación, educación ambiental, consumo responsable y procesos de producción con aprovechamiento total de residuos.
“Buscamos dejar un legado”, afirmó Claudia de la Vega, vicepresidenta de Asuntos Corporativos. “Cada acción de sustentabilidad, cada colaboración y cada historia compartida con comunidades suma a una visión para construir un mundo mejor desde México”.
La noche concluyó con un mensaje que combinó memoria y ambición: Heineken México se reivindicó como una empresa con raíces profundas en el norte del país, pero con la vista puesta en los próximo 135 años.
Desde La Cervecería, donde todo comenzó, la compañía asegura que su historia aún está en pleno proceso de escribirse.
