Cada vez que visitaba Sephora, Regina Saldívar solía pasar horas ahí, fascinada por los colores, los empaques y la experiencia de cada producto. Esa curiosidad y pasión por el maquillaje pronto se transformó en un objetivo concreto: crear su propia marca.
Hoy, a sus 28 años, la joven es la fundadora y directora de Sinless Beauty, empresa que ha revolucionado la industria cosmética mexicana.
El proyecto comenzó mientras estudiaba Negocios Internacionales en el Tecnológico de Monterrey. Durante un programa académico en Asia, visitó proveedores de maquillaje en Japón, Corea, China e India y regresó con la visión de traer al mercado mexicano productos que combinan calidad, diseño y accesibilidad.
Su plan se presentó a inversionistas y, tras ultimar detalles conceptuales y el necesario cumplimiento con la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), en febrero de 2020 lanzaron los primeros cinco productos, apenas dos semanas antes del inicio de la pandemia. El reto fue enorme.
“Me acuerdo que lloraba y decía: ‘¿Cómo se va a vender si todas las tiendas están cerradas?’. Al final encontramos la forma: buscamos a influencers, hicimos tutoriales y motivamos a la gente a practicar en casa. Así empezamos poco a poco”, dice.
Disney toca la puerta
Poco a poco, la marca ganó presencia y consolidó su catálogo, que hoy suma más de 667 productos y presencia en Nuevo León, Tamaulipas, Coahuila, Puebla, San Luis Potosí y Puerto Vallarta, además de fuertes canales de venta digital como TikTok Shop.
“Vendemos muchísimo por TikTok. Todo lo que es videos, influencers y presencia online es prácticamente nuestra base. Si no estás en lo digital, no existes en este mercado”, afirma.
Las oportunidades más grandes llegaron sin buscarlas. “Para mí es un orgullo decir que Disney nos buscó, luego Netflix, y después HBO. No fue algo que saliéramos a buscar; de repente nos hablaron y empezamos a desarrollar productos para sus series”, relata con emoción.
La colección de Disney abarca personajes como Stitch, Frozen, Tinker Bell, Cenicienta y Alicia en el País de las Maravillas, entre otros.
Recientemente, se lanzó la colección Wednesday X Sinless Beauty, inspirada en la serie de Netflix, conocida como “Merlina” en español.
“Todos nuestros productos tienen una intención. Siempre son cosas que nosotros mismos usaríamos. Y cada colaboración tiene que representar a la empresa”, advierte la joven rubia, quien proyecta seguridad, pero también candidez y dulzura.
Mujeres al frente
El crecimiento de Sinless Beauty también ha significado la construcción de un gran equipo de trabajo. Lo que empezó con dos personas, hoy suma más de 200 colaboradores.
“Habrá unos 10 hombres entre almacén y tiendas; el resto somos mujeres. Siempre hemos priorizado dar espacio a las mujeres en la empresa”, explica.
Ese compromiso lo aprendió en casa. Su madre, Nancy Salazar, es fundadora de las tiendas Renatta Cosmetics, con tres décadas en el mercado de la belleza.
“Ella es mi mayor ejemplo. Siempre le digo que si llego a ser la mitad de mujer que es ella, ya me puedo dar por satisfecha. Su consejo más grande ha sido enseñarme que sin tu equipo no eres nadie”, dice.
Además de empresaria, Regina está casada y es madre de un niño de año y medio, lo que le ha enseñado a encontrar equilibrio entre la vida profesional y personal. “Trabajo 24/7 porque los proveedores están despiertos en la noche. He aprendido a priorizar: qué puede esperar y qué no. También a aceptar ayuda; mis papás y mi esposo son fundamentales para que yo pueda seguir”, señala.
Cuando se le pregunta por el secreto de su éxito, no titubea: “Si tú no te crees tu proyecto, nadie más lo va a hacer por ti. Yo desayuno, como, ceno y sueño mi empresa. Literal, me despierto en la noche pensando en pendientes. Hay que dedicarle toda tu energía a tu sueño”, comenta.
Belleza en expansión
Con apenas 28 años, Regina se proyecta hacia un futuro lleno de expansión. “Me veo con la marca en todos lados, exportando a Latinoamérica y con muchas más colaboraciones. Lo que más me emociona es mantenernos vigentes y sorprender siempre al consumidor”, dice.
De aquellas largas horas en Sephora, pasó a construir una marca propia que hoy atrae la atención de las productoras más grandes del mundo. Y lo logró con la convicción de que la belleza es diversa, incluyente y, sobre todo, libre de prejuicios.
