Desde muy joven, Carlos Barroso sintió una atracción especial por los deportes de pelota. Aunque comenzó su camino a los 3 años con el tenis, la pandemia del coronavirus lo llevó a descubrir el pádel, una disciplina que cambiaría su vida para siempre.
Lo que empezó como un pasatiempo entre amigos, pronto se convirtió en una carrera que lo ha posicionado como una de las jóvenes promesas de este deporte en México.
Un recorrido lleno de logros para Carlos
A lo largo de su carrera como jugador, Carlos Barroso ha competido en diversos torneos a nivel profesional, demostrando su talento y dedicación. Actualmente, participa en el Circuito Profesional de México (APPM) y en el Circuito Profesional de Estados Unidos (USPA), donde se enfrenta a los mejores de cada país. Además, en su etapa de menores, representó a México en importantes campeonatos internacionales: el Panamericano en Camboriú, Brasil, el Mundial en Asunción, Paraguay y el Panamericano en Aguascalientes, México.
Sus logros hablan por sí mismos. En 2022, en el Panamericano en Brasil, se ubicó en el puesto número 2 en la categoría de 16 y menores. Un año después, en el Mundial de Paraguay, mantuvo el segundo lugar en la categoría de 18 y menores. Finalmente, en 2024, alcanzó la cima del pádel nacional, coronándose como el jugador número uno en el ranking de México.
Disciplina y equilibrio
La vida de Carlos Barroso se rige por un estricto régimen de entrenamiento diseñado para llevarlo al máximo nivel. Sus días comienzan a las 7:00 a.m. con una hora de preparación física, que alterna entre fuerza y agilidad. Le sigue una sesión técnica, donde se enfoca en corregir detalles con su profesor, para luego pasar a un trabajo de movilidad en cancha, practicando con un sparring. Por las tardes, de 4:00 a 6:00 p.m., continúa su preparación con activación física y partidos, reforzando lo aprendido.
A pesar de la intensidad, Carlos tiene claro que el equilibrio es fundamental.
“Si no encuentras un equilibrio, no te va a funcionar nada”.
Por eso, además de las horas dedicadas al deporte, valora pasar tiempo con su familia y amigos, aunque a veces signifique sacrificar salidas de fin de semana para descansar y poder rendir al 100%.
Para él, la clave del éxito no solo reside en la cancha, sino también en el descanso y la distracción. “Es importantísimo antes que el entrenamiento pasar tiempo con ellos para distraer un poco”, señala, demostrando que detrás del jugador, hay una persona que prioriza a sus seres queridos.
Más allá de la cancha
Cuando se le pregunta dónde se ve en cinco años, Carlos no solo se imagina como uno de los mejores jugadores del mundo, sino que también tiene un objetivo más grande: ser un ejemplo para los demás.
“Una buena persona más que el jugador de pádel, también construir una persona que sea ejemplar para los demás o para los chiquitos”, concluye. Con esta visión, Carlos Barroso demuestra que su ambición va más allá de la victoria en la cancha, buscando dejar una huella positiva en su camino.
