Es domingo por la tarde y la pregunta que cientos de familias mexicanas comienzan a hacerse es el clásico, “¿qué vamos a comer?”. La respuesta ya es certeza para muchas madres: Un tradicional Pollo Loco. Y es que este platillo, con sus complementos y sus inigualables salsas, se convirtió en la opción más práctica y deliciosa.
El Pollo Loco es un ritual. Es ese instante de la tarde donde sentarse alrededor de la mesa provoca alegrías, risas y cercanía. Pero detrás de cada bocado de este dorado pollo asado, vive también una historia llena de arduo trabajo y mucho corazón…Una historia que comenzó hace 50 años en Guasave, Sinaloa.
Pollo Loco: origen lleno de sazón
Fue Don Juan Francisco Ochoa, hombre de visión clara y sazón arraigado, quien encendió por primera vez la parrilla de ese platillo que se convertiría en legado. Con una receta familiar y una pasión insaciable, inauguró la primera sucursal de El Pollo Loco en 1975. La respuesta fue inmediata: la textura perfecta del pollo asado atrajeron a tantos comensales que muy pronto el pequeño local se convirtió en un punto de encuentro imperdible.
El éxito de Ochoa no fue un golpe de suerte. Fue el resultado de una combinación mágica de sabor, calidez y una propuesta auténtica. Desde Sinaloa, El Pollo Loco cruzó fronteras, conquistando primero el norte de México y luego expandiéndose a Estados Unidos. La fórmula siguió siendo la misma: un pollo cocinado con dedicación, servido con una variedad de guarniciones que abrazan los sentidos, servido con la hospitalidad de quien sabe que la comida es más que solo alimento, es un lazo entre personas.
Hay cosas que no cambian. Y un domingo con El Pollo Loco siempre será una de ellas.
Cincuenta años de deliciosa tradición
Hoy, cinco décadas después, El Pollo Loco no sólo ha sobrevivido, sino que ha evolucionado. Con más de 80 sucursales, la marca se adapta a los nuevos tiempos sin perder su esencia. Ha sabido leer a las nuevas generaciones, conocer sus hábitos y seguir siendo el refugio al que se acude cuando el antojo de un sabor auténtico llama. Ya no se trata solo de visitar un local, la experiencia se ha transformado con opciones de entrega, pedidos en línea, menús innovadores y hasta productos nuevos.
Cincuenta años de parrillas encendidas, de mesas llenas, de manos que parten tortillas para compartir. Cincuenta años de un pollo que es un pretexto para reunirse, para pausar la vida y recordar que la felicidad se encuentra en los detalles más simples: el aroma que despierta recuerdos, la calidez de un primer bocado, ese instante en el que todos, sin importar la edad, vuelven a ser niños al probar el sabor que nunca falla.
Celebra 50 años de tradición con El Pollo Loco
Pide tu favorito hoy y disfruta el sabor que une generaciones
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