Los museos no son solo las casas que guardan nuestro pasado, sino también los laboratorios del futuro, donde se forjan las nuevas ideas y se inspira a las nuevas generaciones.
Así lo dice Xavier López de Arriaga, director general de la red 3 Museos, que comprende al Museo de Historia Mexicana, Museo del Noreste y Museo de Palacio, así como de La Milarca.
“Son espacios que tienen una responsabilidad crucial en la educación y la formación cultural de la comunidad. Actúan como custodios del patrimonio, promotores de la identidad cultural, facilitadores del diálogo social y centros de aprendizaje permanente”, añade.
Además, inspiran a los visitantes al aprendizaje, pero también a reflexionar y finalmente a participar activamente en la vida cultural y social.
“Como director de museos, es mi deber asegurar que estas instituciones sigan siendo espacios inclusivos, dinámicos y accesibles, que enriquezcan la vida de todos los miembros de la comunidad”, agrega.
Aunque tomó las riendas de estos espacios apenas en julio pasado, Xavier cuenta con una larga trayectoria en el medio cultural. Fue director del desaparecido Centro Cultural Alfa, así como del museo MARCO y el Centro de las Artes.
Egresado de la Universidad Iberoamericana, hasta antes de asumir este cargo se desempeñaba como consultor de comunicación y gestión de cambio (change management).
No pudo negarse a la posibilidad de regresar al apasionante mundo del arte y la cultura, reconoce. Y por si fuera poco, en un momento particularmente especial, ya que el Museo de Historia Mexicana celebra, este 30 de noviembre, sus tres décadas de existencia.
“Para mí es un privilegio de vida estar aquí e impulsar la excelencia del Museo de Historia Mexicana, que está cumpliendo 30 años, y al mismo tiempo, impulsar un nuevo espacio como es La Milarca”, señala.
TESOROS A LA VISTA
Para López de Arriaga, La Milarca representa un acto de generosidad muy grande, por parte de Mauricio Fernández Garza, quien construyó este espacio para presentar piezas históricas de su colección particular.
De entrada, los cuatro techos mudéjar, de los siglos 14 y 16, son un tesoro por sí mismos.
“Son patrimonio de la humanidad, reconocidos mundialmente, ese es el nivel de museo que tenemos. Es algo que vale la pena que vayamos entendiendo y valorando”, agrega.
Ubicado en los terrenos del Parque Rufino Tamayo, La Milarca es un espacio que se puede visitar de manera recurrente, ya que es inagotable en cuanto a las lecturas que puede ofrecer a los espectadores, opina Xavier.
“Tiene un toque de magia y, seguramente, cada vez que vayamos nos va a sorprender de manera diferente. Por ejemplo, el gabinete con la colección especial del ingeniero Fernández, cada vez que vuelvas, encontrarás algo diferente, o verás la misma pieza con diferente mirada”, añade.
Xavier comenta que, poco a poco, La Milarca construirá su propia comunidad y será un punto de encuentro polifacético, donde lo mismo se podrá escuchar un conversatorio que un recital de música.
“Haremos muchos eventos en relación a la misma colección, para ir resaltando y entendiendo algunas piezas que a lo mejor, en una lectura normal, no acabamos de dimensionar su importancia”, señala.
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LO QUE VIENE
Y, ¿cuál es el futuro de los museos? Xavier López de Arriaga los visualiza, en un plazo de 5 a 10 años, con mayor tecnología, comprometidos con la sostenibilidad y enfocados en la inclusión y la participación comunitaria.
“Los museos estarán en el corazón de la vida cultural y social. Serán espacios dinámicos, accesibles y relevantes, capaces de inspirar a las nuevas generaciones y de liderar en la construcción de un mundo más justo, informado y consciente”, advierte.
Entre los proyectos que tiene en puerta como directivo, está la digitalización de los museos, con herramientas como la realidad aumentada.
“Hacer que de repente tú viajes de una manera virtual a espacios históricos en los que nunca te imaginaste poder estar, esos son los retos que tenemos, y es por donde tengo mucho interés de llevar todo, a la digitalización”, añade.
Lo que no cambiará es su vocación de custodiar el patrimonio y promover la identidad de la comunidad.
“Entender de dónde vienes, lo que te permite entender, con mucho más claridad, hacia donde quieres y puedes ir”, puntualiza.