Dõmestique, en ciclismo, es un corredor que trabaja para ayudar a su equipo y a su líder. Su misión es proteger al guía y proporcionar apoyo táctico, así como marcar el ritmo en las subidas y tirar del pelotón.
No por nada, así decidió llamar Jorge Escámez Maldonado a su emprendimiento: un espacio donde los amantes del ciclismo, sean primerizos o expertos, de todas las edades, reciban el cobijo necesario para practicar este deporte y disfrutarlo al máximo.
Dõmestique Cycling Club es una tienda “integral”, con todo lo que él siempre quiso encontrar en una tienda del giro. Hay bicicletas, ropa deportiva, accesorios y taller, pero también cuenta con una pista de cross country/pumtrack, bike fitting, rodadas organizadas, conferencias y entrenamiento. Además, comparte espacio con la cafetería BreAd, al que califica como “el mejor pan y café de Monterrey y del mundo”.
“Dõmestique es el lugar ideal para encontrarse con los amigos antes de rodar y, sin duda, donde querrás terminar cada rodada acompañado de un buen café para platicar sobre las aventuras arriba de la bici”, promete un texto que se puede leer en la vitrina del local.
Aficionado al ciclismo desde los 13 años y mercadólogo de profesión, Jorge trabajó durante 25 años en diferentes compañías, pero hace dos años y medio, inspirado por su esposa, decidió dedicarse a lo que más le gusta y abrió las puertas de este negocio.
“Dicen mis amigos que no es trabajo y creo que tienen toda la razón”, asegura.
Además de contar con un salón especial para poner las bicicletas a la medida de sus usuarios, la tienda está acondicionada con gradas, porque periódicamente realizan pláticas de interés para la comunidad ciclista.
Afición en ascenso
Como un efecto post pandemia, el ciclismo en todas sus variantes (montaña, ruta, BMX, urbano, pista, recreativo) crece cada día más, advierte Jorge.
“En la pandemia, el ciclismo tuvo su mejor época en la historia: se acabaron todas las bicicletas a nivel mundial, fue algo impresionante. Como todos estaban en casa, buscaron qué actividades podían hacer y el ciclismo era una de ellas”, comenta.
Dõmestique, que también cuenta con tienda en línea, ha buscado integrar a los diferentes equipos de ciclistas que existen en la comunidad para participar en las rodadas que se realizan cada miércoles, a las 6:15 horas, y donde participan alrededor de 40 personas.
“Es un deporte muy social. Vivirlo en comunidad hace toda la diferencia, nuestro objetivo es que el ciclista viva una súper experiencia, porque no es lo mismo llegar a un lugar donde no te conoce nadie, a llegar a un sitio donde saben tu nombre”, asegura.
Así como venden las marcas de bicicletas más reconocidas a nivel mundial, a petición de los clientes se abrió un apartado para ofrecer bicis de medio uso.
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Emoción al pedalear
El ciclismo es un deporte que conecta con la libertad: sentir el viento en la cara y pedalear a gran velocidad es una potente inyección de adrenalina. Y cuando se trata de ciclismo de ruta, nunca te aburres, dice Jorge, porque el trayecto siempre es en compañía.
“Me ha tocado practicar otros deportes. En algunos puedes platicar antes o después, pero no durante, y en el ciclismo sí se puede”, añade.
Jorge confía en que las autoridades alienten el ciclismo urbano, con la infraestructura necesaria, y replicar lo que ocurre en países ya no de Europa sino de Latinoamérica, como es el caso de Colombia, donde chicos y grandes utilizan la bicicleta como vehículo de manera cotidiana.
“En Nuevo León somos privilegiados porque tenemos lugares de primer nivel. Hay pocas ciudades que te permiten salir rodando desde tu casa”, comenta.
Mientras platica sobre Dõmestique, unos niños con casco, rodilleras y coderas, pedalean a toda velocidad en la pista ubicada al cruzar la calle, con acceso libre y gratuito para todos. Jorge cuenta que esa es la vista que frecuentemente disfruta en las tardes, así que ¡bendito trabajo!