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octubre 31, 2024

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María Teresa Anaya, sigue su pasión a nivel profesional

No muchas personas tienen la dicha de poder decir que encontraron su vocación de vida a una edad muy joven, pero en el caso de la lagunera María Teresa Anaya, sí puede decir que encontró lo que quería y a la tierna edad de dos años.

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María Teresa Anaya
María Teresa Anaya

No muchas personas tienen la dicha de poder decir que encontraron su vocación de vida a una edad muy joven, pero en el caso de la lagunera María Teresa Anaya, sí puede decir que encontró lo que quería y a la tierna edad de dos años.

La joven de 18 años siempre tuvo cariño especial por los animales, sobre todo los caballos, pues en el rancho de su padre comenzó a montar a los dos años.

“De chiquita yo vi que este va a ser mi deporte para toda la vida. Me apasionan mucho los caballos, los animales y desde los dos empiezo a practicar este deporte y desde chiquita dije: ‘Esto es lo mío’”.

María Teresa Anaya, jinete.

Los caballos es lo suyo, pero llevarlo a un nivel deportivo y de ahí a competencia, fue un trabajo familiar; su padre tenía un rancho donde ella pudo aprender a montar, pero en cuanto surgió el interés por la equitación, el proyecto familiar se encaminó a crear el hípico donde ella entrena.

“En la tele veía equitación y mi papá vio mi interés que era más profundo, empezó a investigar y pues hizo este hípico y aquí estamos”.

María Teresa Anaya, jinete.
María Teresa y Tarma
María Teresa y Tarma

De un hobby a competencias de alto nivel

Su preparación en la equitación la llevó a avanzar de nivel y por recomendación de una maestra comenzó a competir en eventos nacionales.

De concurso en concurso fue mejorando y en diferentes estados de la república se fue desenvolviendo y poniéndose a la par de jinetes mayores y más experimentados.

“En Monterrey hay tres hípicos, el CESPAC, el Hípico Monterrey y La Silla, en San Miguel que se llama Otomí, Querétaro que ahí es el nacional y en Puebla”.

María Teresa Anaya, jinete.

El lazo de María Teresa y ‘Tarma’

En programas de televisión es posible ver algo del lazo que puede desarrollar una persona con un animal y María Teresa lo puede experimentar en carne propia con su yegua “Tarma”, pues mucho de su rutina diaria gira en torno a la convivencia con ella.

“Con esta yegua que se llama Tarma, que es del criadero Hípico la Silla, llevo tres años. He tenido varios caballos pero este ha sido mi corazón”.

“Vengo y entreno, la saco a caminar, la saco a la pista suelta, juego con ella, me voy a la caballeriza, hago videos con ella, entreno mucho, me la paso mucho con ella”.

María Teresa Anaya, jinete.

Su amistad con el caballo implica también ver por su bienestar por encima de las competencias o los premios, tal fue el caso del que iba a ser su primer evento internacional, pues ambas iban a competir en Estados Unidos, sin embargo, una lesión de Tarma la llevó a cancelarlo.

“Iba a competir pero mi yegua se lastimó y no se logró. Ella se lastimó y la recuperación es lo más importante”.

María Teresa Anaya, jinete.
María Teresa Anaya
María Teresa Anaya

‘Si no te caes no aprendes’

María Teresa reconoce que la equitación es un deporte lleno de disciplina y principalmente amor por los animales pero para ella, esto es lo que se necesita para superar cualquier caída.

“Que te apasione más que nada porque es un ser vivo muy grande y más que nada que te guste porque si no te gusta el deporte no se te va a dar, porque te vas a caer y esa es la prueba de fuego. Es como digo: Si no te caes no aprendes”.

María Teresa Anaya, jinete.

Al respecto de las caídas, compartió dos momentos que si bien son dignos de contar, no fueron graves ni la hicieron dejar de montar o replantearse su carrera:

“No he tenido caídas muy fuertes, una que me lastimé la cadera pero nada grave, fue nada más el golpe. Otra que fue en el Hípico la Silla que salimos de lejos y mi yegua no alcanzó a cruzar el obstáculo y caí con mi yegua y mi cuello se lastimó pero nada grave. No paré de montar, eso no me paró”.

María Teresa Anaya, jinete.

Los aprendizajes de María Teresa la han llevado a ganar concursos internacionales, pero no se trata de logros individuales, pues su familia y sus entrenadores han formado parte crucial en su carrera.

De carácter decisivo, la joven lagunera respondió muy determinada cómo se ve de aquí a cinco años:

“Representando a mi país en los Panamericanos y en las Olimpiadas”.

María Teresa Anaya, jinete.

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