Su pasión por la cocina surgió a los 17 años, en un momento decisivo cuando debía elegir su carrera.
“Me di cuenta de que hay que estar donde tu corazón se siente bien”, comenta Lula Martín del Campo, recordando ese instante crucial.
Descubrió que la cocina era más que una profesión: era su refugio. A menudo compara el tiempo que pasa cocinando con “nadar como pez en el agua”, describiendo cómo se sumerge en su propio mundo culinario, olvidando el ruido y las preocupaciones del exterior.
Aunque en sus inicios tuvo dudas sobre dedicarse profesionalmente a la cocina, decidió seguir su pasión y apostar por un camino en el que verdaderamente se sintiera plena.
Lula estudió Administración de Instituciones debido a que no existía una carrera especializada en gastronomía, esta formación le permitió entender la importancia de la estructura y la organización en la gestión de un restaurante.
“Todo en la vida es administración”, afirma con convicción, destacando que esta preparación fue clave para el éxito que ha alcanzado a lo largo de su trayectoria.
Esta mezcla de pasión por la cocina y habilidades administrativas le ha permitido navegar con éxito por el competitivo mundo gastronómico.
LA PASIÓN POR COMPARTIR
A lo largo de su carrera, Lula Martín del Campo no solo ha sido una chef destacada, también es una ferviente defensora de la educación gastronómica. Su amor por compartir conocimientos se ha traducido en una vasta oferta de cursos, talleres y la creación de una colección de cocina esencial que ha ayudado a formar a una nueva generación de cocineros y entusiastas de la cocina mexicana.
Para ella, la educación es un pilar fundamental para preservar y difundir la rica herencia culinaria de México. “Ahora estoy en la edad de ser maestra”, reflexiona, reconociendo que, en esta etapa de su vida, su papel como educadora y mentora es tan importante como el de chef.
Asimismo, Lula ha llevado la bandera de la gastronomía mexicana a todos los rincones del mundo. Su enfoque ha sido siempre resaltar la importancia de ingredientes básicos como el maíz, el frijol y el chile, no solo como alimentos, sino como símbolos de la identidad nacional.
Para Lula Martín del Campo, estos ingredientes son el núcleo de lo que significa ser mexicano, independientemente de las diferencias regionales que puedan existir.
Aunque México es un país extenso y diverso, tanto geográficamente como culturalmente, Lula ve en la comida un factor unificador. A través de sus recetas, busca mostrar cómo los sabores tradicionales mexicanos pueden ser un vehículo para la unión, a pesar de las particularidades de cada región.
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AMOR POR LOS SABORES DE MÉXICO
El interés de Lula Martín por la gastronomía mexicana surgió de una profunda curiosidad por entender más a fondo los platillos tradicionales del país. Recuerda vívidamente cómo su desconocimiento sobre los ingredientes del mole poblano la impulsó a aprender más sobre la cocina de México.
Esto la llevó a emprender un viaje por distintas regiones, enamorándose de las costumbres, los sabores y las técnicas culinarias que hacen de la cocina mexicana una de las más variadas y ricas del mundo.
“Solo se ama lo que se conoce”, le dijo en una ocasión su maestro Yuri de Gortari, una frase que Lula ha adoptado como un mantra a lo largo de su carrera.
RIQUEZA GASTRONÓMICA
Uno de los aspectos que más destaca en la carrera de Lula es su visión de la gastronomía como una herramienta para unificar a México. A través de su conocimiento y experiencia, ha logrado integrar las diferentes cocinas regionales bajo un mismo paraguas, destacando la riqueza y diversidad que estas aportan al país.
Sobre la gastronomía del noreste de México, Lula reconoce la gran riqueza cultural y culinaria de la región. Aunque admite que al principio se sentía un poco fuera de lugar cuando viajaba a Monterrey, con el tiempo aprendió a apreciar y admirar la cultura local.
“El noreste es México, somos uno, pero esa diversidad es lo que nos hace grandes”, comenta.
Lula defiende que, a pesar de los orgullos regionales, tanto de los norteños como de los habitantes del centro del país, el intercambio de ideas y costumbres –incluyendo la gastronomía– es lo que conforma el mosaico cultural mexicano.
Para ella, entender y respetar estas diferencias es vital para apreciar la verdadera esencia de México. Con una trayectoria que abarca décadas de dedicación, Lula no solo ha consolidado su lugar en la cima de la gastronomía mexicana, sino que también ha inspirado a generaciones de chefs y amantes de la cocina a valorar y preservar la riqueza culinaria del país.
A través de su trabajo, no solo ha demostrado su talento en la cocina, sino que también ha puesto en alto el nombre de México, mostrando que la comida tiene el poder de unir.
