Claudio Limón se ha consagrado como uno de los artistas plásticos más destacados no solo en su natal México. A nivel internacional ha impregnado su sello en las más prestigiadas firmas y empresas que, a través de los trazos y colorimetría de este jalisciense, buscan reforzar su identidad y mensaje al mundo.
Recientemente, Claudio retornó a Arandas, municipio que lo vio nacer, y en donde apadrinó la inauguración del Centro Cultural “Justino Ramos”, con la exposición “Flores para Ti”, proyecto que refuerza su enfoque de un estilo vanguardista, pero siempre orgulloso de sus tradiciones y raíces.
Aunque la agenda nunca descansa, Claudio Limón siempre busca la forma de involucrarse en aquellos proyectos que dejarán una huella en su carrera. “Flores para ti” significa no solo ese vínculo con sus orígenes, también ser fuente de inspiración para nuevos talentos que ven en sus piezas, y con la apertura de estos espacios, la posibilidad de hacer del arte una vocación de vida.
“Es como dejar el inicio de un buen proyecto. Que sepan que los nuevos pintores, los nuevos artistas, pueden tener espacio (…) se han acercado papás de niños que me dicen ‘no sé cómo guiar a mi hijo y ahora veo lo que estás haciendo, el saber que sí se puede’. Falta ese contacto con el arte, donde muchos dudan del camino que se puede hacer”.
Claudio Limón, arte para inspirar
Claudio memora los rótulos de su padre, de ese taller en qué definió que el arte sería el camino a seguir. Su talento fue explorando los paisajes de Arandas, pintando también las estampas del entorno cotidiano. Posteriormente, migró a Guadalajara para estudiar Diseño Gráfico en la Universidad de Guadalajara.
Con los años, no solo fue estableciendo sus técnicas, trazos y colores que hoy, sea la pieza que sea, generan la expresión instantánea “es un Claudio Limón”. También ha aprendido a encaminar sus proyectos hacia un trabajo redituable, uno de los principales desafíos que enfrentan los artistas habitualmente cuando se inicia.
“Nadie te enseña a cobrar. En la universidad debería de haber una clase solamente para cobrar tu trabajo. Todo ha sido con la experiencia. Nunca me gustó cobrar barato, sinceramente, le invertí muchas horas de trabajo. Desde chiquito, mis dibujos los vendía”.
Una cosa es el amor al arte, pero otra cosa es darle un valor económico a las horas de trabajo, la creatividad, los materiales, todo lo que hay tras bambalinas de un cuadro expuesto, de un mural monumental pintado a mano centímetro tras centímetro.
Esta visión comenzó a desde pequeño cuando vendía sus primeras obras siempre al precio que le indicaba su instinto y que se fortaleció en su etapa como universitario. Tanto la pintura como la ilustración tienen áreas laborales a explotar, y Claudio, quien nunca ha dejado de dibujar, ilustrar y pintar, reforzó su currículo de habilidades para integrarse al mundo laboral rápidamente en las agencias de publicidad.
“Ha sido muy fácil, ahora lo veo así por la formación que tengo. Mi primera formación es como artista plástico, entiendo muy bien las técnicas, lo que yo quiero transmitir a través de mi obra. Está mi formación como diseñador gráfico, el acercarme a la publicidad, mercadotecnia, prácticamente mi formación también es como publicista. Entiendo perfectamente los mensajes de las marcas. Ahí haces esa fusión”.
Claudio habla abiertamente del proceso que ha implicado que sus obras no solo sean respetadas en el mundo artístico, sino que también sean valoradas y pagadas en el precio que asigna a cada pieza o proyecto.
“Pasas por muchas cosas. Muchas veces regalé mi trabajo, cobré mal, me sentí súper mal. Vas aprendiendo, te vas haciendo de herramientas, entendiendo cómo funciona el mercado, en arte también vas aprendiendo el valor de tu trabajo”.
Una carrera sin fronteras
Camel, la marca de cigarros fue uno de los primeros proyectos en fichar a Claudio. Progresivamente se han sumado campañas, comisiones, trabajos personalizados con firmas como American Express, Tequila Don Julio (con exclusividad), BBVA, El Palacio de Hierro, Heineken, Benito Santos, Fórmula 1, Cloe, Shake Shack. Mc Donald’s, Latin Grammy. La lista es amplia.
La experiencia no solo han sido con grandes empresas o proyectos/exposiciones personales, la diversas de formatos han sido un distintivo de Claudio Limón como el artista más multifacético del arte pop mexicano: desde el lienzo, hasta murales e intervenir espacios.
“El lienzo me gusta bastante, fue cómo inicié, lo siento algo mucho más personal. Prácticamente hago una conversación con el lienzo, se vuelve como una meditación. Con los murales, me encanta esa sensación de ver al muro gigantesco, de saber que tengo que hacerlo. Ver la dimensión tan grande de espacios, ver ese reto, soy de esos artistas que no usan proyector, los murales los trazo a mano, a ojo”.
¿Quién es Claudio Limón, el artista?
“Me siento como un artista en crecimiento. Me falta mucho por hacer, todavía en aprendizaje. Falta bastante por explorar, hay muchos caminos, técnicas, en mi propio estilo, en mis mensajes. Siento que soy un artista que está todavía en proceso”.
Lo que viene
Entre los proyectos que se avecinan y que emocionan a este artista, y del que ya tiene año y medio trabajando junto a Cerámica Suro, es el mural especial para Tequila Don Julio, para la fábrica en Atotonilco. Se trata de un mural de cerámica de 1,780 metros cuadrados, que se proyecta estar listo para finales de 2024.
“Es un mural que habla mucho de la identidad del pueblo de Atotonilco combinado con los valores de la marca. Me dieron completa libertad de hacer lo que quisiera, son como 300 metros por 6 metros de alto”.
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