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septiembre 2, 2024

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Mario Treviño Rivero, con carácter de acero

El Director General de Ventacero une su compromiso y visión para construir el futuro de una empresa con 50 años de trayectoria.

Por

Mario Treviño Rivero

Mario Treviño Rivero, actual Director General de Ventacero, lleva con su propio sello las riendas de una empresa que, tras cinco décadas de operación, es un referente en la industria del acero

Formado como Ingeniero Mecánico Administrador en el Tecnológico de Monterrey, Mario asumió el reto de continuar con el legado de su padre, Don Mario Treviño Botti, quien fundó Ventacero en 1974. 

Bajo su dirección, la empresa ha logrado evolucionar de ser un negocio regional a una firma con proyección nacional, manteniendo la esencia que su padre instauró: trabajo duro, honradez y una atención al cliente impecable.

Legado y compromiso de Mario Treviño Rivero

La trayectoria de Mario Treviño Rivero dentro de Ventacero inició hace cerca de 20 años y lo llevó a una transición generacional, hasta convertirse en la cabeza de su operación actual y su visión de crecimiento a futuro.

“Cuando llegué hace 20 años, era todo muy regional y, en este momento, cada vez más, toda la dinámica se vuelve más desde la ciudad hacia la región e incluso a lo nacional”, señala.

“Hemos tenido aciertos, hemos tenido errores, pero yo creo que, al final del día, ha funcionado, porque hay una clara transición generacional, después de estos 50 años”, dice convencido Mario.

A la par, aunque reconoce que Ventacero lleva la huella de su padre, es consistente en que, si el mercado es dinámico, sus enfoques deben serlo también.

En ese contexto, desde la Dirección General, en la planta de Ventacero ubicada en el Parque Industrial de Gómez Palacio, Mario recuerda con afecto los primeros pasos que dio en la empresa junto a Don Mario Treviño Botti, a quien “en algunas ocasiones, le tocaba hasta descargar camiones, atender clientes y resolver temas de contabilidad”. 

“A mí siempre me gustó la empresa. Recuerdo venir y participar desde chico. Yo creo que eso te genera cierta identidad y, cuando empiezo a participar en Ventacero y, dentro de mis expectativas veo las oportunidades que teníamos por continuar con su crecimiento, el sentimiento, desde entonces, es de compromiso y orgullo”.

Mario Treviño Rivero, Director General de Ventacero.

Este contacto temprano con el negocio, unido al respeto y admiración hacia su padre, forjaron en Mario un fuerte sentido de compromiso. 

Desafíos generacionales de Ventacero

Uno de los mayores desafíos que enfrenta Mario es mantener el equilibrio entre el legado de su padre y las exigencias de un mercado dinámico. 

Para ello, considera que la tecnología ha jugado un papel crucial en la evolución de Ventacero, pues “ha sido uno de los pilares del crecimiento que nos ha permitido consolidarnos”, afirma. 

A la par, para Mario, asumir la Dirección General implica un gran compromiso, especialmente porque “no es lo mismo cuando el dueño se avienta una apuesta con sus fichas a cuando ya, el hijo, está jugando con fichas de la familia”. 

Pese a ello, su visión de crecimiento es sólida, permitiéndole liderar con éxito una transición generacional que ha sido acertada, teniendo como base la comunicación, la transparencia y el dejar en claro las expectativas de todos los involucrados.

“En la medida en que haya una buena comunicación y una buena transparencia, yo creo que esa es la manera en que más fácil se puede dar una transición”, sostiene.

Retos y oportunidades para Mario Treviño Rivero y Ventacero

Amante del campo y las motocicletas, su pasión deportiva lo ha llevado a entender que “hay que estar siempre muy atentos, porque si te acostumbras a caminar donde siempre caminas en automático”, el panorama puede complicarse “cuando te cambian la movida”.

Por ello, comparte que al estar en una Dirección General “tienes algo de tiempo de soñar, eres el encargado de la visión del negocio y puedes contemplar ciertas oportunidades, alcances y retos… hacia dónde quieres posicionar la empresa”.

Su propia clave, para lograr ahora otros 50 años de Ventacero, es mantener la cultura de trabajo que le heredó su padre, distinguiéndose también por su tenacidad y orgullo, comprometido con la institucionalización del legado familiar.

“Hacia adelante, si queremos continuar moviéndonos con éxito, debe haber forzosamente un ingrediente de crecimiento. Tiene que haber espacio para todos”, dice Treviño Rivero.

Mario Treviño Rivero, Director General de Ventacero
Mario Treviño Rivero, Director General de Ventacero

El mercado actual

El dinamismo actual del mercado, con fenómenos como el nearshoring, representa una ventana de oportunidad para el crecimiento sostenido que Mario Treviño Rivero busca para Ventacero.

Analítico y consciente de todos los factores en movimiento, reconoce el alcance que una empresa con la solidez como la que él dirige ha tenido y, junto a ello, es enfático en su atención a lo que podría suponer un reto.

“Hay algunas zonas que participan más que otras. Definitivamente, el nearshoring nos ha apoyado en algunos temas, pero también ha supuesto un reto de que hay más industria, hay más consumo y el mercado laboral se empieza a apretar”, dice.

Por ello, Mario abraza con orgullo la visión estratégica que, desde su base, tiene para encabezar la Dirección General de Ventacero: estar cerca del cliente y tratar de entender las necesidades del mercado, satisfacerlas de manera sistemática.

Aunado a estos factores, pondera la relevancia de su disponibilidad de inventarios, la ubicación de sus tiendas y el que todo el personal de la empresa sabe comunicar estas ventajas para una pulcra atención a cada cliente.

El peso de Ventacero

Con 32 sucursales distribuidas en varias ciudades del país, Ventacero tiene una notable presencia en el mercado del acero. 

En el estado de Coahuila, cuenta con sucursales en Torreón, Saltillo, Monclova, Ramos Arizpe y Francisco I. Madero. En Durango, la empresa opera en Gómez Palacio, Lerdo y la ciudad de Durango. Además, Ventacero tiene presencia en Aguascalientes y Zacatecas.

Y justo durante este 2024, la empresa fijó como meta la apertura de su Contact Center, acompañado con la próxima inauguración de tres sucursales en Querétaro, como parte de un proyecto de expansión de 5 sucursales en esta región.

Mario Treviño Rivero, segunda generación de Ventacero
Mario Treviño Rivero, segunda generación de Ventacero

El origen

La historia de Ventacero comenzó en 1974 en un local ubicado en la Avenida Abasolo y la Calle Javier Mina, en el Centro de Torreón. 

Mario Treviño Botti, su fundador, incursionó en la industria del acero, impulsado por las representaciones que su padre tenía en ese momento, pues trabajaba con empresas como Hojalata y Lámina, Industrias Metálicas Monterrey y Prolamsa.

Desde sus inicios, Don Mario destacó en la industria por su enfoque en la atención al cliente y la honradez, valores que continúan siendo los pilares de la empresa. 

Ahora, en el curso de 2024 y del 50 aniversario de la empresa, valora lo mismo cada pequeño logro de Ventacero que los momentos claves que dieron pauta a su expansión.

Y sin titubear, compartiendo su camino para lograr la consolidación de la empresa, recalca que todos estos años “han sido puro trabajo y honradez”, pues “eso es lo que tiene que caracterizar a un negocio”.

“Siempre ha sido muy positivo todo. Nos gusta mucho trabajar”, dice Don Mario en la oficina de la Dirección General, que ahora lleva su hijo, Mario Treviño Rivero, dentro de la sucursal matriz, en el Parque Industrial de Gómez Palacio.

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