Romina es la inspiración de Karla Cortez Woo. La pequeña, además de brindarle la mayor de las felicidades, le trajo una enseñanza profunda y acrecentó su necesidad de ayudar a los demás.
“Decidí abrir la plataforma (sobre neurodivergencias) cuando mi hija tenía apenas tres meses y no sabía que tenía autismo. Mi primera intención fue ayudar a todos los niños, pero con el tiempo se lo detectaron y me di cuenta de la poca información que hay al respecto”, aseveró la activista.
Fue así que Karla fundó la asociación “Be one”, que ofrece información sobre las neurodivergencias existentes para que pueda ser abordado con normalidad entre las comunidades.
Los inicios de “Be one”, de Karla Cortez
En un principio elaboró un directorio destinado a ayudar a los padres a encontrar los recursos necesarios para apoyar a sus hijos. Con el tiempo, otras madres se unieron a su causa, compartiendo sus experiencias y conocimientos, lo que permitió un avance significativo en el proyecto.
Su iniciativa no sólo se centra en los niños, sino que tiene una visión integral.
“Nos enfocamos en meternos más a los colegios, abarcando, además de a los niños, a los profesores y a los padres de familia. La idea es ir implementando sistemas en todas las instituciones de educación para que puedan entender realmente lo que es la neurodiversidad”.
-Karla Cortez, fundadora de “Be one”-
Apoyo invaluable
Entre las herramientas desarrolladas por Karla se encuentran tarjetas de afirmaciones positivas con un personaje llamado “Ely”, inspirado en Romina. Estas tarjetas son utilizadas por padres, psicólogos y maestros para reforzar la información y brindar pasos a seguir.
Además, diseñaron playeras de inclusión con la leyenda: “Be cool, be kind, be one”, cuyas ganancias se destinan a la causa de la asociación.
“Han gustado mucho (las playeras) y las ganancias se van para todas las actividades que realizamos”, afirmó Karla.
Karla Cortez, creando ‘tribus’
Uno de los mayores desafíos que enfrenta “Be one”, es lograr una comprensión adecuada de la neurodiversidad en las escuelas.
“Hay que buscar ese cambio porque es algo muy positivo en los niños. El objetivo a largo plazo es llegar a la mayor cantidad de colegios posibles, proporcionando recursos visuales y tecnológicos que apoyen a padres e hijos”.
-Karla Cortez, fundadora de “Be one”-
Además, está trabajando en proyectos que involucren a adolescentes y adultos, así como en la creación de una “tribu” de apoyo mutuo para las madres.
“Queremos llegar a más colegios, va a tomar mucho tiempo, pero ya estamos buscando. Tenemos un proyecto de adolescentes y adultos, de mamás para crear una ‘tribu’ de apoyo mutuo para orientarnos, para contener y sostener”.
-Karla Cortez, fundadora de “Be one”-
“Nos estamos enfocando en la ayuda en general, en capacitar al personal de los colegios, pero no se puede quedar ahí. Hay que formar un equipo en el que se incluyan a los padres de familia y a los propios niños para evitar el ‘bullying’ y que se puedan normalizar este tipo de temas”, explicó Karla Cortez.
Su trabajo es un testimonio inspirador de cómo la dedicación y la pasión por la inclusión pueden transformar vidas.
A través de “Be one”, está creando un camino hacia una educación más inclusiva, donde todos los niños, independientemente de sus diferencias neurológicas, puedan prosperar y ser comprendidos. Su enfoque integral, que abarca a niños, profesores y padres, está marcando una diferencia significativa en las comunidades educativas.
¿Qué es la neurodivergencia?
- Es un término atribuido originalmente a la socióloga de los años 90, Judy Singer.
- Es una descripción general no médica de las personas con variaciones en sus funciones mentales.
- Las condiciones neurodiversas incluyen el autismo, la dispraxia y la dislexia.