Sebastián Arizpe descubrió su pasión por el alpinismo en el Cañón de San Lorenzo y las Lomas de Lourdes, las montañas más cercanas a su ciudad natal.
Desde muy pequeño, su padre lo llevaba a la montaña y a diversas áreas naturales, tanto dentro como fuera del país.
Al principio, no mostraba gran entusiasmo, pero con el tiempo, el cariño por estas experiencias creció en él de manera significativa.
Los días pasados en la montaña comenzaron a convertirse en aventuras inolvidables, y cada vez más desafiantes.
Comencé con las montañas altas de México, y todo fue un éxito, después El Ecuador, después Bolivia, después Canada etc., y así vas creciendo.
Desafíos y triunfos para Sebastián Arizpe
Cada expedición que ha realizado Sebastián tiene su propio conjunto de desafíos y características únicas.
Todas son diferentes, tienen lo suyo, que lo hace única, una son las montañas mas altas, unos son montañas bajas pero muy inhóspitas, algunas son muy frías otras muy calientes, y cada una tiene sus propias características que la hacen ser única.
Sin embargo, confiesa que si tuviera que elegir la más desafiante en términos físicos, sin duda mencionaría el Broad Peak en Pakistán, la duodécima montaña más alta del mundo.
Esta escalada fue un reto formidable, tanto en preparación física como mental. La logística de equipo e insumos fue compleja, y el riesgo de accidentes siempre estuvo presente.
La determinación y la resiliencia fueron esenciales para superar los obstáculos y alcanzar este objetivo.
La magia de la montaña
Para Sebastián, cada expedición tiene momentos memorables, pero hay uno que destaca especialmente: el sentimiento al descender de una cumbre, sano y salvo junto a su equipo.
La experiencia de estar en lugares remotos y naturales, lejos de la civilización, es lo que más disfruta.
En cada viaje, busca esa conexión con la naturaleza, sabiendo que la cumbre en sí no es lo más importante, sino la aventura y el camino recorrido.
Preparación y equilibrio: El desafío del alpinista
Sebastián sabe que la preparación física y mental es crucial para cualquier expedición. Entrena intensamente en la montaña y realiza ejercicios extenuantes en la ciudad para mantener su resistencia. Caminatas de 8 a 10 horas son parte de su rutina de entrenamiento.
Mentalmente, se esfuerza por mantenerse presente y consciente de los riesgos, valorando cada situación con cabeza fría.
Tener una mente clara y tranquila es fundamental para enfrentar las peores situaciones con optimismo y tomar decisiones acertadas.
Además, equilibrar su vida personal con sus expediciones es un reto constante. Aunque siempre piensa en su familia, novia y amigos mientras está en la montaña, su mente también está siempre planificando la próxima aventura.
Mirando hacia el futuro
El próximo gran desafío para Sebastián es el Kanchenjunga, una cumbre que planea conquistar en abril de 2025, seguida del Monte Vinson en la Antártida.
Cerramos la entrevista cuando le pido un consejo para quienes busquen emprender esta actividad, una no muy practicada: