Hablar de Benito Santos es referirnos a un parteaguas de la moda en México. Este diseñador tapatío, cuya infancia se desarrolló en Tepehuaje de Morelos, comunidad de San Martín Hidalgo, Jalisco, ha llegado a cotas internacionales y ha puesto su nombre, con mayúsculas, en los mejores desfiles de moda y en lugares como Mazaryk, en donde existe una tienda con sus vestidos.
Como toda historia, la de Benito tiene un inicio y se remonta a sus primeros años de edad, cuando sus amigos solían jugar futbol, mientras él atendía otro tipo de intereses.
“Desde niño fui muy aficionado a la ilustración, de una forma empírica. En aquellos años, los 80, lo único que teníamos era la televisión local. Mi conocimiento sobre moda era casi nulo. No sabía que esto era parte del arte ni que era una industria tan grande, aunque siempre hice ilustraciones, dibujaba zapatillas, vestidos…”, recuerda Benito, quien también es médico.
Si bien, el dibujo de moda de forma empírica le ayudaba a pasar el tiempo en aquellos años, el diseñador recuerda que no le gustaba jugar con los demás niños de su comunidad. “Tuve muchos momentos complicados en la infancia, porque no era lógico que un niño, en lugar de salir a jugar futbol, quisiera dibujar vestidos”, menciona.
En este entorno, donde Benito no jugaba futbol y anhelaba tener una muñeca, existían dos personajes que lo apoyan: sus abuelas.
“Por parte de mi papá, fui el nieto más grande; entonces sí, debo decirlo, era un nieto consentido. Por parte de mi mamá no fui el más grande de todos, pero sí el mayor de los que vivían en el pueblo, pues mis otros tres primos estaban en Sonora. Por alguna razón, creo que a esa edad, ya maduras, las abuelas entendían muchas cosas.
“Me acuerdo de que era protegido por ambas. Con mi abuela paterna me iba a caminar al campo; con la materna, bordaba. Tengo esos recuerdos de un niño cuyo lugar más seguro no era su casa, sino las casas de sus abuelas. Desde entonces me escapaba de mi casa y era feliz estando con cualquiera de ellas dos”.
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Siendo un niño que sólo contaba con la televisión abierta de los años 80 y su pasión por el dibujo, recuerda una caricatura que lo influenció mucho.
“Como no teníamos contacto con nada, el animé de Candy Candy, que salió al mundo en el 76, según creo, pero debió de llegar a México por los años 80, era de lo poco que me gustaba. Todas las tardes, después de hacer la tarea, veía la caricatura y alucinaba con los vestidos que salían”, expresa.
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Aparece la medicina en la vida de Benito Santos
Todo mundo sabe que Benito es diseñador, pero antes de dedicarse de lleno a la moda optó por una carrera que poco tiene que ver con ella: Medicina. En 1993, dejó Tepehuaje de Morelos y viajó a Guadalajara para estudiar esta carrera en la Universidad de Guadalajara. Egresó en 1999 como médico cirujano y partero, pero pronto descubrió que quería algo más.
“Decido estudiar Medicina por convicción, pero durante la secundaria, el bachillerato y la universidad, seguía dibujando vestidos. Poco a poco me fui convirtiendo en un asesor personal para vestidos de amigas y de mi propia familia.
“Cuando decidí hacer el cambio fue porque, como médico, pasé por algunos procesos terapéuticos. La terapia psicológica me encaminó a tomar clases de corte y confección en el Centro de Diseño de Modas, en 2005 y 2006”, menciona.
Aunque no se decidió a estudiar una especialidad médica, el médico trabajaba en la industria farmacéutica, haciendo pruebas de función pulmonar que brindaban datos para protocolos de investigación. “Decidí no estudiar una especialidad porque estaba buscando lo que quería en mi vida, pero pude haber sido un cirujano plástico, pediatra o dermatólogo”, explica.
El camino de la moda
La Medicina seguía siendo parte de la vida laboral de Benito, pero, tras estudiar en el Centro de Diseño de Modas, participó en Intermoda y empezó a decidir su camino. “Para 2008, ya muy entendido en lo que yo quería, y después de haber estado en Intermoda, representando a la escuela en 2007, decidí que quería dedicarme al diseño de modas; aun así, tardé en dejar la Medicina”, comenta.
“Nunca pensé que iba a dejar la Medicina como para ejercer el diseño, pues no conocía mucho de este mundo. Cuando empecé a estudiar corte en el Centro de Diseño de Modas lo veía sólo como algo que me gustaba”.
Ya con las bases teóricas y una pequeña máquina de coser que se compró, Benito dio los primeros pasos para ser reconocido a nivel estatal, nacional e internacional, en el ámbito de la moda.
Con Valentino como uno de sus primeros referentes de la moda, Benito recuerda cómo era en sus inicios.
“El poquito tiempo que duró Dior me parece muy interesante, pero creo que Valentino es quien más me gusta. Cuando estaba en Guadalajara estudiando, Alberto Rodríguez tenía mucho renombre. Aunque no tengo una gran amistad con él, sí nos conocemos, y recuerdo con mucho gusto sus terminados, que me parecían una maravilla”, expresa.
Ya con su marca consolidada, Benito se ha convertido en un empresario de la moda que busca distribuir su marca en diferentes ciudades de la República, aunque el camino no ha sido sencillo.
“Quiero que digan: ‘Este mexicano está ocupando un lugar en ese grupo de grandes diseñadores del mundo’. Así me quisiera desarrollar como empresario y diseñador para dejar un precedente de la industria de la moda en México.
“Ahora tenemos Mazaryk, tenemos Rubén Darío… lancé Home en 2020 y ya lo vamos a retomar; entonces, es un tema complicado, pero el secreto es que yo no puedo hacer todo, necesito encontrar gente experta en distintas áreas, como el manejo de tiendas”, dice.
Los sueños de Benito Santos
Tras haber sido un niño que nunca pudo jugar con muñecas, por las situaciones que vivió en su infancia, diseñar el vestuario de una muñeca para Mattel, en 2022, es un sueño que jamás esperó cumplir.
“No jugaba con muñecas, y fui el primer mexicano en tener una Barbie, así que se han sanado muchas cosas. Todavía me gustan mucho los concursos de belleza. Yo vivía la fantasía de ver a esas mujeres salir en traje de noche y recibir una calificación. Y bueno… tuve una mexicana que ganó Miss Universo (Ximena Navarrete); ese fue otro sueño que se me cumplió.
Este es el vestido de gala que Ximena Navarrete usó en el Mandalay Bay, cuando fue nombrada Miss Universo
También quería vestir a mexicanos importantes que nos representaran en el mundo. Entonces me tocó vestir a Angélica Rivera, la mujer que, en su papel de primera dama, nos representaba en ese momento. Así han llegado muchas mujeres a mi vida”.
Aspectos de la muñeca creada en octubre de 2022, en conjunto con Mattel, para conmemorar el Día de Muertos.
Como dibujante, doctor, diseñador y ahora empresario, Benito Santos ha construido su vida de inicio a fin para poner en alto el nombre de Jalisco y el de México en el competitivo mundo de la moda. Con el amor de sus abuelas como soporte, este diseñador supo desde temprano que llegaría a ser lo que ahora es: un triunfador.
Frases:
- “Todos los seres humanos vamos buscando los lugares que nos dan mucha seguridad”.
- “La gente que tiene muy presente Candy Candy se puede dar cuenta de que muchos de mis trazos tienen que ver con lo que yo veía que pasaba”.
- “Creo que el mundo del lujo, en cuestión de ropa, no es tan viejo; en México, en la industria de la moda como tal, tampoco hay mucha información”.
- “Tengo muchas ganas de trascender haciendo una marca global, primero, y convertirme en una marca mexicana con un producto de exportación”.
- “Hay días en que soy muy colorido, y hay días en que estoy oscuro. Es como si se tratara de una extensión mía, una ilustración sobre mi estado de ánimo”.
Bellezas de alto impacto: ¿Cuáles famosas han vestido de Benito Santos?
Ellas han usado sus vestidos:
- Ximena Navarrete
- Angélica Rivera
- Anahí
- Aislinn Derbez
- Bárbara Mori
Fotos: Cortesía e Instagram